24/09/2019

Libros de otoño

El largo verano ha ofrecido tiempo para degustar libros muy esperados y apetecidos de autores como Antón Castro, Miguel Ángel Yusta, Cristina Grande, Juan Manuel Calvo Gascón, y sorpresas como una edición de Joaquín Dicenta, y un libro coordinado por  Carmen Peña Ardid.

 

Antón Castro, que acaba de alcanzar los 60 años (Felicidades, amigo), publica un primoroso libro de poemas sensual, desbordado: Vino del mar (lo edita Olifante, meritoria editorial que cumple así 40 años). Antón trabajó en la vendimia hace 41 años, y lo contó en una novela autobiográfica (Cariñena, de que acaba de salir segunda edición). Ha vuelto a mirar, escuchar junto al viento, oler, tocar, las uvas en sazón en este tiempo. Y escribe, para comenzar, sobre el mar infinito del viñedo, el primer oro del moscatel. Ladrón de racimos, evoca una infancia en que desdeñó enseñanzas, y ahora se quedaría al lado del padre, “entre el asombro y el silencio, para descubrir el don de la ebriedad”. A modo de cuento, recorre como una moto las tierras de ese inmenso Campo de Cariñena y sus recuerdos, sus gentes afamadas y míticas. Dedica reflexiones y loas a Marín Bosqued, Pilar Bayona, Simón Tapia, Ildefonso Manuel Gil; y una elegíaca y extraña loa de Ángel Guinda. Delira entre sirenas, Sherezades, y otros amores difíciles, otros secretos y confesiones del vino. Y en un Apéndice vibrante, ofrece, con jugosa erudición, “una pequeña biografía de una uva muy singular que atesora una fascinante historia”. La foto, la tomó Daniel Mordzinski en septiembre de 2018 en Querétaro, México.

 

Si Antón es desbordamiento, borbotones de palabras y vida, otro gran poeta nuestro, Miguel Angel Yusta, nos ofrece en Reflejos en un espejo roto, (Lastura, que edita en la Ocaña manchega e imprime en la andaluza Antequera) su más logrado intimismo, acercándonos al verdadero sufrimiento del amor perdido, “el difícil camino del olvido”. En diez partes, nos lleva de la nostalgia (“llegó la oscuridad a las palabras”), “hoy caminamos sobre los recuerdos”), al desamor (“por qué, si sembré amor, cosecho en el final tanta tristeza”) y el olvido (“demasiada la vida/y qué largo el olvido”) y la soledad (“todo el día es ocaso/ y las horas finales/ borran la postrer huella del recuerdo”), y “el silencio es acaso una muestra de gran sabiduría”. Navega luego por la incertidumbre (“vivir y acostumbrarse”) y la desolación (“la esperanza ha cerrado nuestros ojos”), el escepticismo (“hoy no puedo escribir si no es con sangre”). Pero aú  queda un resquicio de esperanza, como “esos días que esperan/ la noche apacible que nos salva”, para terminar sintiendo que “sólo el vacío ya, solo e silencio/ mas silencio de amor esperanzado”, que hubiera dicho el mismísimo Gutierre de Cetina. Este libro, de alta madurez, se merece un ¡bravo!: Miguel Ángel, es un melómano de categoría –lo demuestra en atinadas alusiones en muchos poemas a sus compositores preferidos-.

 

Cristina Grande constituye,  con Isamel Grasa y Fernando Sanmartín, un trío de importantes voces finas, serenas, intimistas, en la actual narrativa aragonesa (en poesía hay unas cuantas más). Busca, y logra, una escritura exquisita y, a la vez, cercana y serenante. Su libro Nubes altas, que publica Olifante, nos produce una emoción callada, un gusto extraordinario al escuchar a una querida amiga en sus reflexiones cotidianas, sus miradas al paisaje, la sociedad sencilla de pueblos y ciudades. Humor, melancolía, acomodo a realidades iterativas, autoexamen, belleza en la escritura y pasión sorda en la busca de sentidos.

 

Juan Manuel Calvo Gascón, profesor e investigador, representa hoy la voz más cualificada en Aragón sobre el tema de los aragoneses en campos nazis: desde hace quince años ha mantenido el recuerdo y la dignidad de las víctimas de la deportación y participado en la difusión de los valores republicanos; ha estado cuatro veces en Mauthausen (de cuya Amical es miembro) con alumnos de distintos institutos de Aragón, presentando y explicando aquel horror a nuestros jóvenes. Ha publicado trabajos importantes, que confluyen ahora en un libro muy singular e interesante Dentro de poco os podré abrazar. Supervivientes aragoneses a los campos nazis (Centro de Estudios locales de Andorra) , que responde a un plan cuidadoso, laborioso, de entrevistas a familiares y conocidos de un grupo de los que padecieron esas deportaciones y muertes. También nuevas fuentes no caracterizadas antes como la célebre “Causa general”, correspondencia, etc. Juan Manuel me pidió un prólogo, y tomo esta noticia del mismo. Por fin hay un conocimiento bastante exacto del número de españoles que sufrieron deportación a los campos nazis a partir del mes de agosto de 1940 (9.000 nombres registrados, de los que unos 7.000, al campo de Mauthausen. Más de la mitad hallaron la muerte durante su deportación. Los aragoneses fueron algo más de mil, “de los que 651 no resistieron su internamiento y fallecieron antes de la liberación de los campos en 1945”. El último vivo falleció en 2017.

 

Renacimiento publica una pulcra, cuidada edición de Crónicas viajeras Joaquín Dicenta, en edición e introducción oportuna de Begoña Sáez Martínez, que espiga entre los seis libros viajeros del versátil escritor bilbilitano. En 2005 publicó la IFC un tomo de obras escogidas a cargo de Claire-Nicolle Robin, y otra media docena de ediciones han recuperado justamente a quien bien lo merecía, víctima del enorme éxito de su teatral Juan José. En esta que comentamos, se recogen recorridos por el Levante, Canarias, algunas minas andaluzas, Santillana, Montserrat (con Odón de Buen, ambos a lomos de asnos)… sin faltar repetidas visitas a nuestro Monasterio de Piedra, que describe encomiástico. También miradas a la Bretaña francesa. Preciosismos, epigonal romanticismo aún, lectura siempre amable, curiosa, selecta.

 

Con Carmen Peña Ardid como editora, Catarata publica una muy interesante Historia cultural de la Transición. Pensamiento crítico y ficciones en literatura, cine y televisión. A cargo de sus catorce capítulos están, entre otros, además de ella, profesores y estudiosos como Calvo Carilla, Juan Carlos Ara, María Ángeles Naval, Gonzalo Pasamar y otros que conocemos menos, pero aportan, todos, visiones originales, estimulantes.