andalán 50 años » II. Des-velando Andalán » 2.8. Andalán y la Cultura
Mujeres en las Galeradas de Andalán
En sus Galeradas, Andalán acogió trabajos literarios de jóvenes escritoras y poetas. Fueron/fuimos muy pocas, solamente ocho, y por eso me gustaría destacarlas. Y hacerlo poniendo sus fotos, porque son un recuerdo entrañable, reflejo transparente del estilo de cada una.
La primera, en 1982, Ana Cuevas, presentada por Clemente Alonso Crespo, de la que fue alumna, escribía:
“Corría con los muslos repletos de serpientes
y con su pálido silencio
adornado de plumas y de flores.”
Le siguieron, en 1983, las galeradas de la sofisticada, Pilar Navarrete, a la que conocí en Teruel -ya así de moderna- cuando se hizo novia de Carbonell, y que presentaba Juanjo Vázquez.
“Si acaso/ dormir en el alero de tu cuerpo
como un caracol en la moldura del porche…”
Ese mismo año, 1983, Javier Delgado introduce la poesía de la turolense Teresa Agustín, fotografiada con el glamour exquisito que siempre le caracterizó y que conserva en el tiempo.
“A veces las noches nos comen, y el infinito
se vuelve momento para hacernos oscuridad,
oscuridad de mar, de ciudad y de tiempo.”
En el 84, publica M.ª José Ramírez, presentada por su profesora de Literatura, Cristina de Prado:
“Así de efímero
era el viento
de aquella rosa…
cárcava honesta
y lejana
al alcance
de un verso”
Y también en 1984, tengo el lujo de que José Antonio Labordeta, que había sido profesor mío de Historia en Teruel, presente unos incipientes poemas míos, agrupados bajo esa mirada de ausencia y melancolía, que se acomoda a los versos:
“Nuestros ojos absortos
están llenos de vida
cotidiana
repletos de ternura
inconfesable en los aforos públicos”
Un año después, en 1985, Aurora Cruzado Díaz presenta a Francisca Sánchez Peiró, a la que llama Chesa, quien bajo una mirada ausente escribe:
“Con toda mi profundidad,
y de ella, surjo.
Separada desde siempre
de las aguas y la música,
me elevo cálida
por tus dedos a tus manos,
y de ellas, surjo.”
Así fue que nosotras fuimos las elegidas. Y lo fuimos antes en el tiempo que las más consagradas, Ana María Navales y Soledad Puértolas, quienes publicarán sus Galeradas en el penúltimo número, en 1986 (Navales ya en 1985 había dado otra entrega).
Nadie firma su presentación, pero intuyo por la escritura que lo hizo Eloy. Sí, aunque era un país de “señoritos” ellas ya eran escritoras conocidas. Quienes coordinamos aquel número, quisimos que estuvieran en él, acompañándonos.