Ramón Casas en el Círculo del Liceo de Barcelona

Ramón Casas está considerado una de las grandes figuras de la estética modernista en Cataluña, fue además, pintor-cronista de su tiempo, ilustrador y retratista. Pintó más de 200 retratos de personajes ilustres de la época. En el Círculo del Liceo situado en las Ramblas de Barcelona, en la Rotonda, una sala decorada por el pintor, guarda 12 de sus óleos más emblemáticos tras su época parisina.

Ramón Casas nació en Barcelona el 4 de enero de 1866. Comenzó sus estudios de pintura en la Lonja de las Artes. Viajó a París donde residió con Rusiñol y Utrillo, que años más tarde fundarían el museo del “Cau Ferrat” en Sitges. Participó en el Salón de Marte de París con gran éxito. En Montmartre pinta muchas de sus obras más impresionistas como “Au plein air”.

Los dos viajes de Casas a París coincidieron con los años en que se imponían las ideas de Manet: el rechazo a cualquier escuela y el amor a la verdad. Coincidió con autores como Whistler, y Gervex…

También pinta y expresa con sus pinceles el anonimato de los interiores de cafés o de la vida en la calle, retrata distintos tipos de mujeres como “la gitana”, “la manola” donde se observa la influencia de la pintura popular y bohemia de su estancia en París. También su estilo acusa la influencia de Manet o Degas por los colores suaves y los contornos difuminados, que evolucionará hacia una pintura más colorista y marcado carácter realista y social como “Garrote vil, “La carga” de gran contenido dramático y grandes dimensiones. En este último cuadro, el pintor juega con los espacios llenos y los espacios vacíos, creando un ambiente revuelto, humo y polvo, cielos ensombrecidos para crear una atmósfera dramática.

A su vuelta a Barcelona, junto con Rusiñol expone en la Sala Parés de la ciudad. Es uno de los fundadores de la cervecería “Els quatre gats” donde se celebran famosas tertulias. Excelente retratista realiza una serie de retratos al carbón de importantes intelectuales de la época, Albéniz, Granados, Azorín y Zuloaga entre otros. Este último le acusará de pintar temas frívolos, pero para Casas la temática era secundaria y primordiales el color y la forma. Gran parte de sus dibujos se conservan el Museo Nacional de Arte de Cataluña. (MNAC).

Casas es también uno de los máximos representantes del modernismo catalán que refleja en los carteles publicitarios llenos de sensibilidad artística. Participa activamente en las fiestas modernistas de Sitges, junto a su amigo Rusiñol.

En las Ramblas, camino del Círculo del Liceo, me sorprende la multitud que fluye hacia el mar como el río de Heráclito. Flores y música en la calle y al atardecer una pareja ataviada con trajes de fiesta bailando un vals. Evolucionan al son de la música como llevados por una marea.

El Círculo del Liceo es un club privado, un reducto modernista conservado con mimo. Fue fundado en el año 1847 por un grupo de socios con el objetivo de procurar la difusión de todas las manifestaciones de la cultura musical y artística. 

En el vestíbulo unas enormes vidrieras de colores narrando temas Wagnerianos: El oro del Rhin, El sueño de Brunilda, La muerte de Sigfrido. Unas elegantes escaleras con barandillas de latón y escalones de mármol verde, conducen a la sala de recibo con sus paredes cubiertas de pinturas al estilo pompeyano.

Se conserva la impresionante cabina modernista del ascensor cuajada de espejos y tapizada en rojo donde el tiempo se ha detenido.

 Siguiendo la visita pasamos al gran salón cuyas paredes están cubiertas de hermosos cuadros: “La Sargantain de Casas, una de sus obras mas sensuales y cuya modelo es la esposa del pintor donde muestra la pasión del hombre y la maestría del pintor. “La fatigada” de Francesc Masriera, “El ensueño” de Joan Brull. “La acequia de Valencia” de Rusiñol. Otro pequeño salón con una hermosa chimenea acompañados por cuadros de Miralles y Cuxachs y un piano de cola, donde se pueden escuchar íntimos conciertos.

Entro en la Rotonda, un pequeño salón tenuamente iluminado, diseñado por Casas para acoger sus doce óleos, dedicados a las distintas disciplinas de la música. Casas no quiso continuar con la tradición de pintar diosas o ninfas de protagonistas sino a mujeres burguesas o populares con posturas de indiferencia y coquetería. En uno de los paneles “Teatro Novedades” pintó a la multitud mediante un conjunto de manchas vibrantes y las protagonistas visten de rosa pálido, blancos y grises considerados elegantes, frente al rojo considerado vulgar. “Cuerpo de baile”, tiene como protagonistas a un grupo de bailarinas estáticas, que, a diferencia de Degas, no denotan movimiento. “El Liceo”, “Sala de descanso”, , “Sardanas en la fuente de Sant Roc de Olot”, “Las caramellas”, “La verbena”, “Café-concierto”, “Coro de las monjas”, en “El Moulin de la Galette” desarrolla un tema de su estancia en París.

Al salir, alguien recitaba en Las Ramblas unos poemas de amor.

Falleció un 29 de febrero del año 1932. Está enterrado en el cementerio de Montjuic mirando al mar Mediterráneo bajo el cielo de su ciudad natal.