11/11/2014

La ejemplaridad política de los dos diputados populares de la provincia de Teruel

Hace poco tiempo los turolenses nos vimos sorprendidos lamentablemente, circunstancia que ya comenté en este mismo periódico pero que tampoco viene mal volver a recordar, porque  el diputado por Teruel en el Congreso de Diputados, Santiago Lanzuela renunció a su escaño, donde era portavoz del PP en la Comisión de Industria, Energía y Turismo, y presidente de la de Economía, para fichar como consejero dominical por Red Eléctrica Española en representación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, después de haber legislado sobre esta materia. Ha sido un político de postín, ya que desempeñó puestos importantes en la Comunidad Autónoma de Aragón, llegando a ser su presidente de 1995 a 1999.  Me llamó extraordinariamente la atención que en la mayoría de los medios de comunicación nacionales, autonómicos, provinciales y locales no se criticó esta decisión de abandono de las Cortes del Reino de España, pasando prácticamente desapercibida, siendo, desde mi punto de vista, muy negativa para la actividad política, tan denostada hoy, y que nuestros políticos “dicen” estar muy preocupados por regenerarla. Es un ejemplo más de “las puertas giratorias”, de políticos que abandonan su actividad para llegar al mundo de la gran empresa, en pago por los servicios prestados. Un auténtico chollo. Sabemos que es una acción muy criticada actualmente por la sociedad española. Mas a esta clase de políticos, mejor casta, les da igual. Ellos a lo suyo.  Noticias, como estas, no solo no contribuyen a eliminar este desprestigio hacia los políticos, es que lo incrementan. Es muy poco ético abandonar sin finalizar la legislatura un puesto, producto de la elección de los ciudadanos turolenses que le votaron, cabe pensar porque depositaron en él su confianza. Exactamente lo hicieron un 51,73% de los votos emitidos, una cifra de 39.791 turolenses. Lanzuela en su despedida, dijo que «después de unos cuantos años era el momento de salir, tenía una oportunidad y creí que debía aceptar» y que supone para él “un momento agridulce;  aseguró que la provincia «está mejor ahora que hace 30 años» y se mostró «optimista» sobre su futuro a pesar de que todavía está sufriendo los efectos de la crisis económica. No sé cuál será el futuro de la provincia a la que manifiesta que tanto ama, mas lo que sí sé que el suyo se vislumbra muy positivo. Veámoslo. En La Red Eléctrica Española presidida por José Folgado, ex secretario de Estado con José María Áznar, los 11 consejeros, entre los que estará el Sr. Lanzuela, cobran cada uno entre 130.000 y 180.000 euros brutos al año por asistir a las 12 reuniones del Consejo de Administración. Los que más cobran son los que asisten también a las reuniones de la Comisión de Retribuciones y Comisión del Buen Gobierno. Uno de los consejeros es la socialista, María de los Ángeles Amador, que  fue ministra de Sanidad y Consumo. Mas lo de Red Eléctrica Española no es una novedad. Los políticos fichados como consejeros o asesores externos de compañías energéticas dentro y fuera de España, es lo que en la jerga económica anglosajona se llama «captura del regulador». Según la interpretación de los expertos, las empresas que están muy directamente sometidas a la acción de un gobierno, como las eléctricas, buscan captar la voluntad de quien les tiene que dirigir de muchas maneras entre en ellas, haciendo que los políticos acaben trabajando en el sector. Santiago Lanzuela, que acaba de cumplir 66 años, una edad ya adecuada para jubilarse, y que, en un ejercicio de patriotismo, del que tanto alardea su partido al que pertenece desde hace tiempo, podría renunciar a este cargo, y dejarlo a alguno de los muchos jóvenes que están en el desempleo y con una extraordinaria preparación. Con ese sueldo se podrían crear bastantes puestos de trabajo. Un auténtico patriota es aquel que quiere lo mejor para sus ciudadanos: los mejores colegios, los mejores hospitales, las mejores autopistas, y suficientes y dignos puestos de trabajo. El patriotismo de algunos, circunscrito a envolverse en la bandera y besarla con pasión, a vitorear a la Legión en los desfiles militares, descorchar botellas de cava cuando gana la Roja y a la vez tener dinero en paraísos fiscales, es de cartón piedra. El verdadero patriotismo, es el que quiere lo mejor para sus ciudadanos, cosa que no dudo que usted D. Santiago desea encarecidamente.

Si ya los turolenses nos sentíamos profundamente apesadumbrados  porque nos dejaba abandonados D. Santiago, este sentimiento se incrementa al renunciar D. Carlos Muñoz,  otro político de postín, tras conocerse que estuvo tres años viajando de forma recurrente a Tenerife con cargo al Congreso de los Diputados,  al acta de diputado provincial  y también a su cargo como secretario general del PP provincial, del que se ha dado de baja, parece que por presiones de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Aragón y del PP en Aragón, Luisa Fernanda Rudi. No creo merezca la pena dedicar más líneas a explicar los motivos de su renuncia, al ser conocidos por todos. Muñoz ha enviado un mensaje de WhatsApp a sus compañeros de partido en el que comunica que se va con la conciencia muy tranquila porque no ha hecho nada ilegal y no ha robado a nadie y, por tanto, pone fin a su etapa política «con la cabeza bien alta». No se corta en absoluto.  De verdad, tales declaraciones son todo un ejemplo de la falta de ética y de autismo en relación al sentir ciudadano, que invade a una parte importante de nuestra clase política. Usar dinero público, que pagamos con nuestros impuestos, para fines particulares, es extraordinariamente grave y todavía más en los momentos actuales. Viven en otro mundo. Tales manifestaciones solo pueden explicarse, no justificarse, por un estado de desvarío momentáneo,  estado que tal como se ha mostrado ante los medios de comunicación no parece que se haya producido. Por lo que me inclino a pensar   que pueden deberse a dos razones diferentes, lo que no significa el que sea excluyentes. Una primera, producto de la desvergüenza; y una segunda, de no saber valorar lo que significa lo público, algo que sería exigible sobre todo en alguien con una  tan larga trayectoria política en el ámbito municipal, autonómico y nacional.

Termino con una reflexión a los turolenses. Supongo que tomarán buena nota en las elecciones venideras.