03/12/2014

El Consejo Federal

Este artículo es una propuesta para sustituir al Senado actual de 266 miembros. Podría titularse también Consejo Autonómico o Estatal, pero ninguna de estas dos palabras sugiere la idea de alianza. Federal viene de Foedus, que significa Alianza. España necesita hoy un renovado pacto interno. Hay que instituir una comunicación permanente. Salvo que pretendamos otra farsa, no irían allí los monaguillos, sino los Presidentes. Y también el Presidente del Gobierno Español, claro.

platon

Es decir, 20 personas de máximo nivel: 17+2+1. Cada una podría llevar un asesor de su elección, que puede ser distinto según los temas a tratar. Es decir, 40 personas en total. Se reunirían físicamente al menos una vez por trimestre, 4 días al año. Cada encuentro, una jornada entera. Cada vez, en una Comunidad distinta, que haría de Convocante y Presidente. Televisado y con Actas, claro, nada de secretismos. La finalidad del Consejo Federal es la cohesión de los españoles, la justa armonización de derechos y deberes, el conocimiento progresivo mutuo para aprender todos de todos. Hay que decidir por ley sus competencias. Ellos mismos elegirían contenidos y calendario anual. Nunca más de dos temas por jornada, evitar digresiones e improvisaciones.

Nada de juegos políglotas, normalmente caros y poco prácticos. Se habla sólo en castellano, que, además de ser una lengua internacional, es el único idioma español que entendemos todos: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla” —Constitución, art. 3.1. Las demás lenguas españolas merecen “especial respeto y protección” (art. 3.3), pero será en otros ámbitos, pues ”tan lengua española es la castellana como la catalana y la portuguesa” —Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, 1880-1882. [1]

Yo he tenido experiencias laborales en 6 países (España, Burundi, Inglaterra, Bélgica, Francia, Italia) y en 4 comunidades autónomas (Aragón, País Vasco, Madrid, Valencia). No soy “nacionalista”, ni aragonés, ni español, ni europeo. Pero intento ser buen ciudadano. Creo que España y Europa pasan por un período de desidentificación. Debemos reorientarnos, porque “quien pierde la cabeza, pierde todo”. No se puede ser europeo ni cosmopolita si no sabes quién eres y de dónde vienes. Los pueblos que desconocen su historia, están condenados a repetirla: “Los hombres y los pueblos sin memoria… son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro” —Salvador Allende. [2]

No veo ningún problema en llamar a España “nación de naciones”. Nación viene de “nacer” (concepto cerrado, étnico), pero también es, desde la revolución francesa, el “conjunto de ciudadanos de un estado” (concepto abierto, político). Que una Comunidad se autodenomine “nación” no cambia nada el horizonte federal. Los hechos diferenciales no implican privilegios, sólo tratamientos específicos muy acotados. En realidad, “todos somos diferentes” —Stephen Hawking en 1992 a las Paraolimpiadas de Barcelona. E iguales en derechos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”… (Año 1948, Derechos Humanos, art. 1).

España “existe” en el mundo, y no sólo por los 500 millones de hispanohablantes. El último partido Madrid-Barça de 25-octubre-2014 se retransmitió para más de 400 millones de personas potenciales en más de 100 países. No existe en el planeta ningún duelo deportivo doméstico con más repercusión mediática. También somos el país más visitado, después de Francia y Estados Unidos. [3] Incluso tenemos en Madrid la Sede Mundial del Turismo (OMT). ¡Algo bueno nos verán!… L’Union fait la force (la unión hace la fuerza), pone hasta en el escudo belga desde 1837. Hagamos una España más unida, más justa, más científica, más segura de sí mismo, sin corrupción y sin esquizofrenias.

 


 [3] Informe 2013 de la Organización Mundial del Turismo (OMT), publicado en 2014.