Arte. El turolense Juan Zurita
Juan Zurita (Aguaviva, Teruel 1975), presenta en la Galería A del Arte de Zaragoza, su exposición: Overwrite, del 8 de enero al 6 de febrero de 2015. Esta es la información que la Galería, como siempre muy amablemente, nos facilita:
Zurita se graduó en Arte en la Escola Massana en el 2001 y pocos años después en Artes Plásticas y Diseño en la Universidad Autónoma de Barcelona. En el 2005 obtuvo el primer premio de pintura del Gobierno de Aragón, y desde entonces ha obtenido numerosos premios y reconocimientos a nivel nacional que consolidan su trayectoria como artista plástico, sin duda con una prometedora proyección internacional por delante.
El título, Sobrescribir, hace referencia a la acción de escribir encima de lo que subyace, sin duda nos evoca una nueva etapa artística. Su obra siempre se ha caracterizado por la plasmación de una estética postmoderna, atractiva, seductora, siempre bañada de colores vibrantes. En esta ocasión da un paso más allá, dibuja encima de lo existente, escribe una nueva historia.
No es fácil identificar su técnica a primera vista ya que se trata de pinturas realizadas al óleo, ejecutadas con una pulcritud que las asemejan asombrosamente a impresiones mecánicas. Sobre el fondo figurativo aparecen formas que se asemejan al pixel y líneas que parecen haber sido dibujadas con el ratón del ordenador. La nitidez del trazo nos puede llevar al engaño visual, se trata de la maestría de un artista conocedor de la técnica, que la controla y encauza hacia su propio objetivo: la plasmación de lo real, una realidad postmoderna. Y es que Zurita ha conseguido el dominio de la técnica llevándola hacia su intención estética, lúdica y colorista, que nos es transformada en impulso digital.
La estética de Zurita nos revela cómo el status de participación individual se diluye en un modo global de existencia, donde el anonimato nos tiñe de un color neutro, fundiéndonos con el fondo urbano en el que nos instalamos como pseudo protagonistas. Tal vez se trata de un modo de rebelión contra la homogeneidad, lo anodino, para remarcar lo anecdótico, llamarnos la atención y despertarnos del letargo cultural y social en el que estamos sumergidos. En sus cuadros el flujo de tiempo parece haberse detenido, todo permanece estático aunque la imagen vibra con fuerza. Una realidad atractiva, seductora, deseable, pero que repentinamente resulta ser tachada por lo que parece el trazo de alguien que quisiera transmitirnos su censura, la negación de lo visual, de lo estético para hacernos retrotraer el pensamiento a la crítica de lo que vemos.