07/05/2015

Elecciones 2015 en Aragón (II). La contienda electoral autonómica.

Se van conociendo las propuestas y programas electorales de los distintas formaciones políticas, aunque teniendo en cuenta que ya se considera normal que los programas electorales no obligan a cumplirlos, la composición de las listas puede dar alguna pista más expresiva sobre lo que nos espera. En ellas puede buscarse una distinción, más allá de las presuntas ideologías, entre los viejos y los nuevos, pues aquéllos mal pueden vender como posible lo que no han sabido o podido llevar a cabo.

 

A la vista de las candidaturas presentadas a las Cortes de Aragón, el elector puede debatirse entre la continuidad sin brillo y las alternativas sin suficientes referencias. O sea, el votante puede elegir entre lo conocido, aunque deficiente, y la fe en que es posible algo mejor. Eso es lo que hay. La aspiración a una mayor autonomía –para eso debieran servir unas Cortes autonómicas–, que despertó en tiempos tantas ilusiones, parece cosa de otra época. Aragón cada vez pesa menos en el conjunto del Estado y, a la vista de quienes aspiran a representarnos, no hay que abrigar muchas esperanzas.

Un análisis detallado de las candidaturas exigiría un espacio excesivo. Por ello, siguen unas simples impresiones generales.

— El Partido Popular, encabezado por la actual Presidenta, Luisa Fernanda Rudi, presenta unas listas totalmente continuistas. Sigue primando, ante la falta de debates internos y muy de acuerdo con la personalidad de Rudi, la lealtad incondicional sobre la capacidad y los méritos propios.

En Zaragoza, acompañan a Rudi varios de sus Consejeros (Serrat, Suárez, Lobón, Campoy), que han pasado sin pena ni gloria, sin carisma polìtico ni muchas ideas propias, y el Presidente del partido y de la Diputación Provincial, Sr. Beamonte. En Huesca, Torres,  Bermúdez de Castro, Susín y Oliván. En Teruel, Carmen Pobo (que también preside el partido y la Diputación provincial), Vallés, Lafuente, Galve, Marín, Navarro,etc. O sea, más de lo mismo.

Tras estas elecciones, sea cual sea el resultado, el PP aragonés, falto de la más mínima renovación, pudiera acabar decayendo por aburrimiento, por falta de ideas y carisma de sus líderes, tanto institucionales como orgánicos. Aunque también está comprobado que por interés propio o porque teme cualquier cambio hay mucha gente que seguirá votando al PP, sin importar la corrupción o el recorte de los servicios básicos.

— En el Partido Socialista, aunque en las listas –especialmente en Huesca y Teruel—hay un importante cambio de nombres, el aparato sigue imponiendo su disciplina, aunque en este caso la influencia de Javier Lambán se haya visto aminorada por la resistencia de las ejecutivas provinciales de Huesca y Teruel.

En Zaragoza, Lambán se ha rodeado en los primeros puestos de sus fieles, como Javier Sada y Pilar Alegría. Y ha recogido a personas como Fernando Gimeno, hasta ahora Vicealcalde de Zaragoza, pero ya sin sitio junto a Pérez Anadón en el Ayuntamiento.

En Huesca, Antonio Cosculluela encabeza una lista renovada, manteniendo su apuesta por la Alcaldía de Barbastro pero renunciando a la presidencia de la Diputación Provincial. Esa lista ha experimentado un cambio radical, dejando fuera los pesos pesados que acompañaran a Marcelino Iglesias en las legislaturas anteriores.       .

En Teruel, Vicente Guillén, lidera una lista también renovada, pero asegura su control., pues no es precisamente nuevo en política, ya que lleva toda la vida dedicado a ella como profesión: alcalde, senador,  Secretario del PSOE de Teruel desde 2004 y Diputado en el Congreso desde 2008.

Lambán, como cabeza de candidatura en Zaragoza y Presidente del PSOE en Aragón, se enfrenta a su primer desafío electoral directo en un ámbito mayor que el del Ayuntamiento de Ejea. Quizá se las promete felices pensando en un posible apoyo de “Podemos” para alcanzar la Presidencia de Aragón, pero está por ver, en primer lugar, el respaldo electoral de su propia lista, que servirá para juzgar su capacidad de liderazgo ciudadano.

Una vez más, las listas de PP y PSOE ponen de relieve el poder que da la Presidencia de las Diputaciones provinciales (Lambán, Cosculluela, Beamonte, Cobo, como antes Iglesias ó Marco), para tejer la red clientelar y fortalecer el aparato afín del partido.

— El Partido Aragonés no tiene buenas expectativas, pese a la entrega y buena voluntad del candidato Arturo Aliaga. En la última etapa, el presidente del PAR José Angel Biel, dificultando su renovación a tiempo, puede haber contribuido a un daño importante a nivel autonómico, aunque pueda conservar una implantación significativa a nivel municipal. Sus listas han experimentado una casi total renovación, pues, aparte de Aliaga, solo permanece María Herrero, por Teruel, con alguna expectativa de escaño.

— Chunta Aragonesista presenta total continuidad. Sus actuales cuatro diputados figuran en cabeza en Zaragoza (José Luis Soro, Gregorio Briz y Carmen Martínez) y Huesca (Joaquín Palacín). Tras el abandono a finales de 2013, no suficientemente explicado, de Nieves Ibeas, se enfrenta ahora José Luis Soro con el desafío de mantener al menos su actual representación, pues, aunque su labor ha sido seria y trabajada, las expectativas de CHA no son de crecimiento electoral, ante un nuevo competidor como “Podemos”.

— Izquierda Unida también ofrece total continuidad en los puestos de cabeza. En Zaragoza, Ana Patricia Luquín, tras la marcha a otros puestos de Adolfo Barrena. En Huesca, Miguel Aso. En Teruel, Luis Angel Romero. Tampoco tiene fácil mejorar e incluso mantener su representación, pese al esperado desgaste del PSOE.

— Podemos es la incógnita mayor en la próxima legislatura. ¿Podrá confirmar las grandes expectativas inicialmente despertadas? Su cabeza de lista, Pablo Echenique, científico y eurodiputado, destaca como persona sobradamente preparada intelectual y profesionalmente. Sin herencia que hacerse perdonar, ha logrado un alto grado  de conocimiento y valoración, por su talante participativo y su independencia ante los órganos centrales de su formación política. Es uno de los pocos candidatos que, al frente de una lista con gente joven, permite esperar nuevos modos, sin contubernios ni pactos interesados. Podría conseguir un respaldo importante del electorado.

— Ciudadanos: la premura para configurar candidaturas hace que los componentes de sus listas sean muy poco conocidos y sin referencias políticas ni profesionales, y que hayan admitido a última hora a personas procedentes de otras formaciones, como PAR y UPyD. Susana Gaspar lidera la lista en Zaragoza, tras ser avalada por 211 afiliados. A pesar de ello parece contar con expectativas interesantes, apoyadas por el aprecio ciudadano a su líder nacional  Albert Rivera y por aparecer como una derecha nueva, sin sombra de corrupción. Del resultado que obtenga va a depender su protagonismo en la configuración del gobierno autonómico, bien apoyando al PP –subsanando la disminución de diputados del PAR–, bien permitiendo un gobierno de una coalición más a la “izquierda”.

–Unión, Progreso y Democracia (UyD), tras la crisis interna sufrida ha rebajado mucho las expectativas de hace unos meses, que le auguraban obtener diputados. Ha debido improvisar su candidato por Zaragoza, José Luis Lajara, y los componentes de sus listas son muy poco conocidos. Nadie discute a UPyD su labor contra la corrupción y el interés de muchas de sus iniciativas a nivel nacional, pero ha quedado desdibujada su posición en un tablero con nuevos competidores.

 

En conclusión, unas perspectivas electorales que parecen aventurar unos resultados mucho más complejos de lo que han sido hasta ahora. Junto a las opciones tradicionales en Aragón (PP, PSOE, PAR, CHA e IU), se prevé consigan también representación Podemos y Ciudadanos.

Descartado que una formación política obtenga mayoría absoluta, la investidura de Presidente/a exigirá algún tipo de pactos, que serán necesarios a lo largo de la legislatura para la aprobación de Leyes y Presupuestos. Y, como está ocurriendo en Andalucía, con las elecciones generales en el horizonte los compromisos serán más difíciles.