¡Que viene el Lobo!…Perdón… ¡La Gripe A!
Hace algo menos de un año, la sociedad mundial fue sorprendida por un aviso de Pandemia de la O.M.S. Un terrible virus gripal, el virus H1N1, estaba a punto de diezmar a la humanidad, según la interpretación que algunos medios de comunicación, transmitieron a la sociedad en nombre de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.).
Algunos profesionales pensamos… ¿Dónde he oído esto no hace mucho?… ¡Ah, claro!. La gripe aviar del 2005.
Aquella epidemia, también iba a destruir la población mundial, sería el holocausto, el fin del mundo. Por ello, desde la presidencia de la O.M.S. se instó a todos los Gobiernos del Mundo a aprovisionarse de vacunas específicas y a comprar los nuevos e infalibles antivirales, recién comercializados por las principales industrias farmacéuticas, en cantidades masivas con el fin de salvar a la población.
De creer a algunos medios de comunicación, en el sudeste asiático, foco primigenio de la presunta pandemia, los muertos poblaban las ciudades no quedando quien los enterrase. Al parecer no fue así y, hasta donde sabemos, en España solo hubo constancia de un pobre pato, fallecido en el País Vasco… Eso sí, la alarma nos costó un buen puñado de millones de Euros a repartir entre algunas multinacionales del medicamento y múltiples asesores de Ministerios y Consejerías de Salud Autonómicas.
El resultado final, no mereció ni la más ligera autocritica dentro de la O.M.S. Ni la más leve investigación en los órganos políticos donde se tomaron decisiones caras y, encima, erróneas.
Hasta donde sabemos, ningún alto responsable dimitió, ni ningún “sabio” asesor fue cesado o despedido… ¡Faltaría más!. Al parecer se aplicó la máxima de aquella Ministra que dijo que “…el dinero público no es de nadie…”
Ante la impunidad y en vista de la crisis económica mundial que se nos venía encima… ¿Sería verosímil pensar que algunos ejecutivos “desenvueltos” decidiesen repetir la jugada?.
No era serio insistir con la gripe aviar, primero porque había resultado inofensiva y todo el mundo lo sabía, segundo porque las pandemias de gripe aviar, como poco, tardan unos 15 años en repetirse. Además, toda la parafernalia de investigación ya estaba hecha, así que la colaboración de Universidades e Institutos en expandir la alarma, no sería fácil.
Pero… ¿Quién dijo miedo? Si la Gripe aviar no nos sirve, pues venga… ¡La Porcina!
País de iniciación Méjico, con algún discreto toque de origen en California que, al fin y al cabo, los Yanquis siempre tienen la culpa de todo.
No había ni mil enfermos diagnosticados y desde la O.M.S. ya se vaticinaba, de nuevo el holocausto. Se hizo una proyección de 18.000 fallecidos en nueva Zelanda, en aquel momento en su otoño estacional y por tanto en fase crítica. Realmente hubo 17 fallecidos, menos que los de cualquier Gripe estacional. Porque, la verdad es que esta resultó mucho más benigna, lo que era de esperar porque su antigenicidad no era, en absoluto, nueva y la población de más edad, la que suele ser más susceptible a las malas evoluciones de la Gripe, presuntamente estaban inmunizados.
Haciendo oídos sordos a la realidad de los datos de mortalidad en los países tomados como testigo, algunos responsables próximos a la O.M.S. llegaron a pronosticar más de 150.000.000 fallecimientos por la terrible pandemia. Por ejemplo de los entre 60.000 y 700.000 que según qué fuentes pronosticaban para el Reino Unido, a día de hoy han quedado en 44.
En España, nos dicen que han fallecido 272 por gripe A, de ellos solo dos no tenían una grave patología previa…”que se conociese”. La mortalidad normal de la gripe estacional es de unos 3000 pacientes anuales.
Veamos ahora, las alforjas que nuestros dirigentes han acopiado para semejante viaje: 93.000.000 de Euros en 13.000.000 de vacunas, se han utilizado unas 2.000.000, el resto ya no sirva para nada.
Pero no solo han sido vacunas, gastos adicionales en propaganda de las medidas de higiene, de la movilización sanitaria etc… Todo ello hace que la factura total pueda ser próxima a 330.000.000 de Euros. Como botón de muestra, se han vendido unos 15.000.000 de mascarillas, 25.000.000 de desinfectantes de manos, guantes de latex y kits antigripales… ¡En plena recesión económica!
Y con decir que… “si hubiese resultado de verdad que hubiésemos hecho” o que… “es que el virus esta latente y puede repuntar”… Nuestras autoridades sanitarias y sus sabios asesores, a sueldo, se quedan tranquilos. Ni una autocrítica, ni un reproche científico, o de otro tipo, a quienes tenían la obligación de haber previsto la realidad que datos había suficientes, según se va sabiendo.
En los países serios se han abierto investigaciones a determinados próceres ligados a la O.M.S. y… ¡A la Industria Farmacéutica!
Pero el peor daño no es el económico, que lo es, sino la desconfianza que se ha generado sobre el órgano mundial encargado de velar por la salud y de prevenir la enfermedad, la O.M.S., y, de no mediar una profunda depuración y rehabilitación, el terrible peligro de que, de verdad, venga un auténtico lobo feroz y, esa vez, no nos lo creamos.