16/02/2016

La razón ilustrada de Lola Albiac

María-Dolores Albiac, profesora en nuestra Universidad en cuya jubilación recibe este justo homenaje, tenía ya cuando llegó desde Barcelona una importante trayectoria que, recuerda el prologuista Jesús Delgado Echeverría, incluía su formación francesa (alumna en París de Roland Barthes) a la que atribuye «su gusto cartesiano por las ideas claras y distintas, los primores de la gramática y el análisis racional de los comportamientos individuales y colectivos. Añadió luego el método marxista y la ética de la resistencia en la lucha sindical y política contra la dictadura de Franco. Todo ello sin perder la compostura ni la sonrisa, con ademanes comedidos, disciplina del gesto, de los pensamientos y de los sentimientos. Con mucha generosidad de su tiempo y de sus intereses». Recuerda Delgado su
presencia desde los inicios de ‘Andalán’, y añado el largo tramo de trabajos y esperanzas; los encuentros de Pau con Tuñón de Lara, y entre muchos, el importante Seminario que en los ochenta organizó sobre la Ilustración aragonesa, modélico proyecto multidisciplinar.
Tiene Lola (los amigos no la reconoceríamos de otro modo), una trayectoria académica e investigadora que comenzó con una brillante tesis sobre Ramón Pérez de Ayala, y culminó en 2011 con un impresionante volumen, ‘Razón y sentimiento 1692-1800. Historia de la literatura española’, tomo 4 de la prestigiosa colección que publicó Crítica. Allí, resumiendo sus estudios, repasa la voluntad modernizadora de los reformistas españoles y las dificultades que interpuso la tradición; también los nexos europeos de nuestra Ilustración y su decidida voluntad patriótica. De ahí su predilección por los ilustrados: Moratín, Jovellanos, Viera y Clavijo, Goya, Pignatelli, Arteta, Luzán y otros aragoneses, en especial Félix de Azara y el Conde de Aranda a los que dedicó sendos primorosos libros. Y artículos muy importantes que pudieron volverse libro, sobre el regeneracionismo de la Revista de Aragón y su secuencia, Cultura española, antecedente del Centro de Estudios Históricos. O sus aportaciones a la Historia del periodismo en Aragón.

Lola Albiac

Al reseñar este libro, hermoso premio a una vida de excelente y callada labor, es preciso recordar que ella ha gustado mucho de dirigir o colaborar en obras colectivas. Sean revistas como ‘Cuadernos de estudios del siglo XVIII’, ‘Cuadernos de Historia Moderna’, ‘Hispanic enlightenment’, ‘Bulletin hispanique’, y publicaciones de Ibercaja, la Fundación March, la Casa de Velázquez, ‘Ínsula’, ‘España contemporánea’, o nuestras ‘Archivo de Filología Aragonesa’, ‘Turia’, ‘Nassarre’. Y ha aportado sus análisis a homenajes a Cajal, Carmen Martín Gaite, Juan Marsé, René Andioc y François Lopez, Rafael Lapesa o Aguilar Piñal, Gil Cremades, Romero Tobar, que devuelven aquí gesto y homenaje. Como todo libro misceláneo éste es variado, intenso, todo él referido al mundo ilustrado o sus percepciones. Colaboran junto a especialistas egregios de muchas universidades (los coordinadores, E. La Parra, V. López-Cordón, J. F. Cáseda, P. Álvarez de Miranda, Ricardo Robledo y otros muchos), un grupo de colegas de Zaragoza, que testimonian respeto y afecto: G. Fatás, J. M. Enguita, G. Pérez Sarrión, A. Fernández Doctor, C. Miqueo. Hay mil noticias, hallazgos bibliográficos y documentales, se enuncian nuevos asuntos, se debaten cuestiones generales o aragonesas como la Academia del Buen Gusto de Zaragoza, textos de Lezaún, Félix de Azara, Goya, el nombre de Servet como eufemismo. ¿Y Mainer?, preguntará alguien. José Carlos Mainer, esposo amantísimo de María-Dolores, es siempre su compañero en viajes, amigos, debates; y una presencia y apoyo muy discretos ante su trayectoria independiente y diferente, tan meritoria, aquí reconocida.