La socialdemocracia austriaca
El origen de la organización política socialista en Austria debe mucho a la influencia alemana. En 1874, a partir de grupos existentes, se creó el Partido Socialdemócrata Obrero de Austria. Pero los enfrentamientos internos fueron constantes desde el principio, especialmente entre un sector influido por las ideas de Lasalle, y otro más marxista. Por fin, en el Congreso de Hainfield del año 1889 el Partido se reorganizó. La figura clave para esta reunificación fue Víctor Adler. Así pues, el primer día de aquel año es la fecha considerada como oficial de la fundación de la socialdemocracia austriaca y del despegue de la formación, especialmente al final del siglo, en Viena y en las zonas industriales. En el verano de 1899 salió el primer número de su órgano de prensa, el Arbeiter-Zeitung. En ese mismo verano, los socialdemócratas austriacos participaron en la Segunda Internacional en París.
En 1907, y tras una huelga general, se reconoció el derecho al sufragio universal, factor clave para el despegue de muchos de los partidos socialistas europeos, como es el caso que aquí nos ocupa. En las elecciones del Reichsrat se obtuvo un verdadero éxito electoral, ya que el Partido se convirtió en la segunda minoría parlamentaria. En 1911 pasó a ser el principal grupo parlamentario. Uno de los aspectos más interesantes tanto en la historia política austriaca como alemana del momento, es decir, en vísperas de la Gran Guerra, es la combinación entre el enorme peso de los socialistas en los respectivos sistemas parlamentarios con los fuertes elementos autoritarios de sus respectivos regímenes políticos.
La socialdemocracia austriaca se caracterizó por el fuerte debate ideológico desarrollado en su seno, algo que compartía con el alemán, que fueron las dos formaciones socialistas más interesadas en los aspectos teóricos del socialismo, como se comprueba con el surgimiento del revisionismo. Entre los grandes teóricos austriacos estaban Karl Renner, Max Adler, Rudolf Hilferding y, especialmente, Otto Bauer. Conformaron lo que se conoce como el austromarxismo, término que comenzó a emplearse a partir de 1914.
El austromarxismo constituye, pues, el conjunto de ideas de los socialistas austriacos a principios del siglo XX, pero debe tenerse en cuenta que no es un pensamiento homogéneo, puesto que cada autor defendió posturas distintas. Aún así, el austromarxismo pretendía desarrollar una teoría política que intentara situarse en una especie de punto medio entre las posturas moderadas y democráticas del socialismo occidental y las defendidas por Lenin. Tanto la reforma como la revolución eran formas lícitas de llegar al poder, en función de las circunstancias de cada país. Max Adler hizo una aproximación filosófica kantiana al marxismo, frente a un Otto Bauer más interesado en intentar combinar el socialismo con el nacionalismo. Efectivamente, para el socialismo austriaco la cuestión nacionalista siempre fue muy importante, habida cuenta de realidad plurinacional del Imperio Austro-Húngaro. El socialismo siempre ha sentido mucha prevención hacia el nacionalismo, pero en este caso era obligado debatir y posicionarse ante la infinidad de pueblos que estaban sometidos al gobierno dual de Viena y Budapest. Los socialistas austriacos terminaron por tomar una postura, al respecto, en el programa de Brno de 1899, que defendía la creación de una confederación democrática de pueblos autónomos.