Vilas, premio de las Letras Aragonesas
El estupendo escritor barbastrense Manuel Vilas ha sido galardonado con el Premio de las Letras Aragonesas correspondiente a 2015. Muy estimado poeta y narrador, escritor en prensa y revistas, muy premiado ya (entre otros, ha recibido los Antonio Machado, Librería Cálamo, Fray Luis de León, Gil de Biedma, Pedro Saputo), autor de inquietantes ensayos y textos híbridos, recordamos entre sus novelas El luminoso regalo (traducida al Turco), Los inmortales, Aire Nuestro, On Air (traducido al francés) y España (que tiene también edición argentina); colecciones de relatos como Setecientos millones de rinocerontes, Magia, y Zeta. Autor de Calor, Resurrección, El Cielo, El rumor de las llamas y otros poemarios, y el excelente El hundimiento, su Poesía Completa (1980-2015) acaba de ser editada por Visor, y también apareció el año pasado en Venezuela una Antología poética y otra en Francia (Le poète de cinquante ans); otras ediciones extranjeras son la reciente traducción inglesa de Gran Vilas y las antologías aparecidas en Bulgaria (2012) y Cuba (2009). Y escribe en la nueva web de culto, Zenda.
Vilas respondió recientemente a la excelente revista Jotdown: “Jamás me he considerado un escritor experimentalista, me considero un escritor realista. Lo que pasa es que la realidad se ha vuelto loca, y entonces es normal que la naturaleza que quiera reflejarla sea un poco loca. No vivimos en un mundo racional sino en uno inverosímil, de una profunda irrealidad, donde nadie sabe lo que está pasando ni lo que va a pasar, un mundo en el que hay una crisis económica que nadie sabe en qué se basa. No sabíamos por qué éramos ricos cuando lo éramos ni por qué somos pobres ahora. Por otro lado vivimos en un mundo de una alucinación política constante. Los políticos nos están convirtiendo en esquizofrénicos, nos mandan mensajes absolutamente contradictorios. El mundo occidental vive una enorme contradicción, la realidad ha tomado una complejidad brutal y se ha hecho surrealista. Por tanto, que haya una literatura que al intentar reflejar esa sociedad expanda sus formas y dé la sensación de que es experimental… creo que es una falsa sensación. En mi caso lo único que intenta es describir las nuevas realidades de este mundo. Si tengo que describir un coche eléctrico tendré que apañarme de otra manera, no voy a poder describirlo como se describe uno a gasolina, y así cincuenta mil cosas más. Y luego está lo de las nuevas tecnologías: Facebook es un mundo surrealista. Solo Facebook ya da para plantear otro tipo de literatura”.
Leemos en el ya veterano El mal gobierno (Libertarias, 1992) lo que parecería una profecía para estos tiempos: “Deberías retirarte ahora… Pero tú no renuncias, no haces caso de aquellos que te recomendaron, con su gesto implícito, otras formas en que invertir la tarea del tiempo y de la vida…”.
Nos alegra extraordinariamente este premio, que sigue alcanzando las principales cotas de nuestra literatura, desde hace décadas en excelente “momento” creador. Felicidades, Manolo.