Un canto a la intolerancia religiosa
Hablar de Ken Follett, es hablar sin duda alguna de su gran bestseller, Los pilares de la tierra. El éxito sin precedentes que tuvo esta novela sobre la historia de la construcción de la catedral ficticia de Kingsbridge, hizo que en octubre del 2007 se publicara una segunda parte, que no estaba a la altura de su antecesora, pero que tuvo un gran éxito de ventas sobretodo en España. Este año, acaba de salir la tercera, y esperemos última parte, de esta saga titulada Una columna de fuego.
En síntesis nos encontramos en una historia de espías, en la Europa de la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVII. Pero no es oro todo lo que reluce, pues Follet ha diseñado una recreación histórica bastante aceptada de los tiempos convulsos que vivía toda Europa en aquel tiempo. Como telón de fondo, nos encontramos en la lucha sin cuartel entre protestantes contra católicos. Frente a frente, tendremos a dos mujeres que se disputarán el trono de Inglaterra: Isabel Tudor, hija ilegítima de Enrique VIII, contra su prima María Estuardo, reina de los escoceses. En medio, un abanderado Felipe II, con su implacable lucha contra el protestantismo- Por cierto, hablando sobre Felipe II España, vuelve a aparecer en una obra de Follett, con una imagen de los españoles de aquella época muy desmitificada, siendo tratados casi como bárbaros.- El lector será testigo en la novela, de los grandes escenarios históricos que se describen en este periodo: La Batalla de San Bartolomé en París, o la derrota de la Armada invencible, incluso el autor se permite la aparición de de algún personaje de leyenda como Guy Fawyes. Junto a estos personajes históricos, Follett, coloca a sus dos principales protagonistas: Ned Willard y Margery Fitzgerald, que pasearán su historia de amor/desamor a lo largo de los 40 años en los que se desarrolla la novela. Dentro de la gran telaraña de personajes orquestada por Follett, también debemos destacar otros como el de Cecil, diplomático internacional al servicio de su majestad la Reina Isabel I, la protestante Sylvie, o el estudiante Pierre- a pesar de que, en líneas generales, aparece una correcta visión de la imagen de la mujer en ese siglo, lo cierto es que las dos personajes femeninas descritas, parecen más bien sacadas del siglo XX, pues se desenvuelven con mucha fuerza y soltura para ser “seres inferiores, físicamente frágiles e intelectualmente débiles.” – Para completar este thriller histórico de espionaje, la novela contiene una buena dosis de amor – que no sexo tan explícito como en las anteriores entregas-, secretos, venganzas, traiciones, intrigas palaciegas, dramas y desgracias, vamos, como la vida misma.
Sí segundas partes nunca fueron buenas, esta tercera parte, deja mucho que desear. Follett mantiene la estructura de siempre, que se pudo apreciar en su saga anterior The Century, elenco rico, variado y estereotipado de personajes, repetición de recursos literarios, narraciones excesivamente largas con poca profundidad psicológica en unos personajes que aparecen ante el lector o muy buenos, o muy malos, no hay término medio.
Una novela para pasar un rato entretenido, sin más pretensiones.
Ken Follett. Una columna de fuego. Plaza&Janés 2017. 940pgns