Nuestra historias
Un tórrido verano, para muchos, o más aplacante para quienes han disfrutado de mares y montañas, ha dado apenas tiempo para saber de un montón de libros, herencia ya de ferias del libro y otras presentaciones. Entre el mayor retraso y el silencio, queda esta breve información de lo que nos ha llegado en temas aragoneses e interesa más.
Muy lejos queda, y por ello primero en la fila, el precioso álbum de Alfonso Marco, “El Canfranc. Historia de un tren de leyenda” (Doce Robles), e que con un aparato documental y fotográfico extraordinario, este laborioso y eficaz historiador de ese mundo ferroviario, en el que ha trabajado décadas, nos muestra una de las más bellas y frustrantes historias económicas, sociales, malpolíticas, de esta tierra. El libro se añade, por formato, diseño, cuidados gráficos y presencia casi espectacular, al que un tiempo atrás publicaron en esa misma editorial El siglo de la Peña, 1913-2013, una historia impresionante sobre los pasos, ilusiones, frustraciones, para construir ese pionero pantano, por Javier Lafuente y Jacob Gragera.
Un libro espléndido, ejemplar por muchas razones, es el que recoge la tesis de Emilio Benedicto, “Sierra Menera y la siderurgia tradicional en los siglos XV-XIX”. Obra de madurez de un historiador local magnífico, tan importante en la cultura de la comarca de Calamocha. Y al citarlo, recordemos, pues se nos pasó en su día, la edición al cuidado del gran erudito aragonesista oriundo de esa comarca José María De Jaime Lorén, editor entusiasta de una historia del Centro Aragonés de Valencia, en su centenario, en este 2018.
Recordemos, ya citada la exposición, el precioso e interesantísimo libro catálogo de la exposición “La Crisálida”, con datos y fotos de gran rareza, y reflexiones sabrosas sobre la Zaragoza de los setenta y sus escenarios (un espléndido esfuerzo liderado por Carlos Serrano, de Rolde); la edición por la Fundación Gaspar Torrente del libro Aragón y su historia, Artículos escogidos, de Miguel Martínez Tomey. Libro bilingüe (aragonés/castellano) que recoge, de forma amena y rigurosa, aspectos imprescindibles y poco conocidos de la historia de Aragón.
Y el curioso libro de Carlos Sancho Domingo: “Eugenio Láscaris-Comneno: el aragonés que pretendió el trono de Grecia” (IFC), rarísima historia de un abogado zaragozano en aventuras imposibles; echamos de menos la no menos interesante aventura (intelectual) de su hermano Constantino, filósofo exiliado en América”.
Han aparecido, olo harán en breve, varios libros más sobre La batalla de Teruel (La Esfera de los Libros), que en este caso su autor David Alegre Lorenz subtitula con ambición: “Guerra total en España”. Atentos a este tema, que será objeto de varias iniciativas muy importantes. Y de paso recordemos la varia actividad que en ediciones y reediciones está llevando a cabo José María Maldonado, el desvelador de los terribles bombardeos de las tropas al servicio de Franco realizaron sobre Alcañiz. (Y recomendamos la entrevista, que como otras docenas de excelente trazado, le hacen en ese milagro cultural que es Cazarabet.
Y, en fin, una vieja deuda que no queremos dejar sin saldar, es la edición de Conrad Blásquiz ‘Aragón, de la ilusión a la decepción, ¿la Autonomía en crisis?’, que analiza 30 años de Autonomía aragonesa tras entrevistar a representantes con relevancia fundiéndolos con su experiencia en la sección de política de El Periódico de Aragón. En la página de la Asociación de Periodistas se afima que “Se trata de un manual que recuerda acontecimientos de la Historia más próxima de la Comunidad, uniéndola con otros sucesos que se prolongan hasta la actualidad. De forma amena, periodística y concisa, Blásquiz pretende aunar, explicar y contextualizar todo lo que sucedió desde las primeras elecciones. Y, en una excelente entrevista, declara el autor: “El salto tan importante que ha dado Aragón en estos 30 años no lo hubiera dado en un Estado centralista” . Estamos de acuerdo y le felicitamos por el buen trabajo, del que, ay, no se habla y cita cuanto merece.