Ha muerto Iñaki, el escultor de Goya y Buñuel
En la muerte del escultor Iñaki, muy vinculado al Andalán de papel, reproducimos un texto que nuestro compañero Eloy Fernández publicó a petición del Diario de Teruel cuando se inauguró la cabeza de Buñuel en su centenario:
“Los medios, agobiados y nerviosos por los acontecimientos apretados en torno al centenario de Buñuel, olvidaron en la mayoría de los casos quién era el autor de esa enorme, soberbia, escultura inaugurada por el entonces Príncipe Felipe de Borbón en su Calanda natal. Me animo a escribir sobre él por la vieja amistad que me une a Iñaki Rodríguez, la curiosidad que supongo habrá en muchos turolenses por saber de él, y la conveniencia de hacer justicia a este gran artista aragonés: así le gusta denominarse, pues de los sesenta años que hace que nació en Bilbao, los lleva todos entre nosotros, porque le trajeron a Zaragoza con pocos meses.
Desde la adolescencia, comienza a estudiar dibujo y otras técnicas artísticas en la Escuela de Artes de Zaragoza. Su gran vocación le lleva a indagar y estudiar en todo tipo de modelos. Iñaki se mueve dentro de las premisas de integración de las artes que ya propagara William Morris, el gran artista británico del XIX, y el movimiento “Arts and Crafts”, precursores del modernismo europeo, “de forma que amalgame la labor paciente del artesano, del carpintero y del herrero a la del artista, el dibujante y pintor”. De ahí su conocido polifacetismo, a la manera de Leonardo da Vinci: nada queda fuera de su curiosidad e interés en el mundo del arte.
Por eso, en sus pinturas, que ha expuesto en muchos lugares de España y en bastantes de Francia, amén de la Art Gallery de Washington, y que se exponen en numerosos museos españoles y en Burdeos (Casa Museo de Goya) hay una gran versatilidad, se buscan siempre caminos expresivos nuevos. Otra característica fundamental suya es el compromiso desde el arte, compromiso social, intento de acercamiento al ser humano, a través de un arte fuerte, expresivo, de afirmación de la libertad y la democracia. No en vano Iñaki ha sido muy conocido en los últimos tiempos del franquismo y durante toda la transición como animador de exposiciones, subastas, aportaciones a mil batallas por esas ideas. Destaquemos su contribución decisiva a los homenajes a Salvador Allende o Miguel Labordeta.
Colaborador de “Andalán”, director gráfico de la Gran Enciclopedia Aragonesa, a cuya dirección me llevó, presentándome al editor y colaborando conmigo lealmente en sus doce tomos y un par de apéndices, caricaturista espléndido, hoy colabora con “Trébede”, la revista mensual crítica, cultural y aragonesista. Colaboró también a ilustrar una colección de cuentos del máximo escritor costumbrista aragonés López Allué, en la Historia de la Jota de Alfonso Zapater, en una obra colectiva sobre Goya y en la Enciclopedia de Parapsicología de Kaydeda.
Pero es posiblemente en la escultura donde ha sido más conocido en los últimos años, prueba de ello sus enormes (como los retratados) cabezas de Buñuel (ya hizo una para el Reina Sofía), varias de Goya y Palafox, ambas próximas a inaugurarse y logradísimas: nuestros lectores tienen aquí una buena primicia. Tiene también numerosos monumentos repartidos por todo Aragón, y en nuestra provincia en concreto en Alcañiz.
Vicepresidente de la Asociación de Artistas Plásticos Goya Aragón, en su seno ha impulsado campañas tan celebradas como la de la petición de una Facultad de Bellas Artes para Aragón, de un Museo de Arte Contemporáneo, y, ahora, en torno al centenario de Buñuel, la gran exposición pictórica en su homenaje, aún abierta en Calanda.
Este es nuestro hombre. Un gran artista, un hombre cabal, un enamorado de Aragón.