26/06/2020

Arte en Aragón

Con gran satisfacción saludamos el retorno de varias de las principales y más próximas galerías aragonesas. Agradecemos la espera y el esfuerzo (y la valentía). Y ojalá sus pasos tracen bien el camino a esa “nueva normalidad” tan ansiada.

Las aperturas se producen con cierta pauta: el 3 de junio “tras unos meses de trabajo de puertas adentro”, reabre La Carbonería, de Huesca, con la exposición  60 autorretratos, de Dorian Wood, que prorroga durante el verano, en horarios de seguridad que en  junio será: miércoles a viernes, de 18h a 21h y Sábado, de 11h a 14h. Ofrecen, además, bien visitas concertadas fuera de horario o enviar un dossier completo de la exposición a quienes no puedan viajar a verla. (Somos incapaces de reproducir el sugerente pero apenas visible grabado que nos manda, con muy buena pinta).

A del Arte, grandes coleccionistas y amigos de los artistas, ofrecen en exposición su amplia conserva de más de 200 obras de más de 80 artistas, a partir del 4 de junio y hasta el 31 de julio, en horario de 6 a diez de la noche, de martes a viernes.

Desde el 10 de junio será la reapertura del Museo de Teruel, con la muestra “La arena del tiempo (2013-2019) de Pedro Pérez Esteban, visitable hasta el 26 de junio todos los días (salvo los lunes) de 10 a 14 h. y de martes a viernes, además, de 16 a 19 h.  Del prestigioso fotógrafo, escribe Miguel Ángel Artigas en el Diario de Teruel, “desde la obra coral Escuelas. El tiempo detenido (2006) inspirado en la pedanía de Peñas Royas hasta Memoria difusa  (2011), un acercamiento de la Guerra Civil a través de sus restos materiales, pasando por Masada/signos (2007), acerca de las formas de vida rurales en las masadas del Maestrazgo, uno de los principales lugares artísticos… han sido las particularidades del interior rural y el sentimiento de pérdida que se produce cuando, para bien o para mal, van siendo sustituidas”.

María Gimeno, Abrir palabra por palabra el páramo

La Casa Amarilla abrirá el 16 de junio, con obras de María Gimeno y Louisa Holecz. En ella, tras “la incertidumbre y extrañeza emocional que nos acompañaron durante el periodo de confinamiento y continúan presentes en el lento regreso a una normalidad que no reconocemos, incitan a reflexionar sobre el miedo a la enfermedad y sus consecuencias en todos los ámbitos, privados y colectivos”. El lienzo bordado de María Gimeno, “Abrir palabra por palabra el páramo” (que reproducimos), al que acompañan los libros cosidos de Louisa Holecz, tienen ese “ánimo de recuperar miradas, voces y experiencias; y abordar posibilidades de futuro para el arte y la cultura”.