26/09/2020

¿Qué vamos a hacer con Labordeta?

Según nuestra costumbre, reproducimos, en este enmudecido 10º aniversario de la muerte de nuestro gran amigo y maestro José Antonio Labordeta, el texto que publica el 25 de septiembre en El Periódico de Aragón, nuestro compañero Eloy Fernández Clemente

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Paseo emocionado por el Jardín de Invierno del parque de Zaragoza que lleva su nombre, que otros años acogía sus canciones y las de otros cantautores y grupos, cientos de hombres y mujeres con niños y ancianos, apiñados en el recuerdo. La recrudecida pandemia ha impedido que se conmemorasen los diez años, cumplidos el pasado día 19, de la muerte de José Antonio Labordeta. Y otras actuaciones que la Fundación que le recuerda tenía previstas, en línea con los anteriores dos congresos de estudios, cinco premios a destacadas gentes de la cultura, etc. Esperemos que los amables pero muy justicos apoyos que recibe no le sean recortados con excusa de la que está cayendo, porque la cultura es casi tan importante como la salud, sólo menos que la vida.

Algunos medios han recordado la fecha: TVE ha repuesto en su serie Imprescindibles un buen documental; nuestra TVA ha entrevistado a una hija y unos amigos de José Antonio; este periódico saca hoy un precioso libro que recoge docenas de artículos en sus varias etapas de colaboración, prologado por esa misma hija, Ángela, y muy documentadamente introducido por el periodista Antonio Ibáñez. Y, cuando todo esto termine, volverán a pedir exposiciones itinerantes en muchas ciudades y pueblos, habrá recitales (en los que, ay, ya no estará Carbonell), se seguirán haciendo congresos de alto nivel y convocatoria, publicaciones, discos… Y visitarán la Fundación, un auténtico museo de recuerdos, escolares que no le conocieron pero se asombran ante la figura desbordante del cantautor, poeta, periodista, político, actor de televisión… un maravilloso hombre sin más.

Todo eso nos demostrará, como lo ha hecho paradójicamente esta fecha en silencio forzado, la absoluta vigencia de Labordeta, su pervivencia en el recuerdo de miles y miles de personas, y la eficiencia y entrega de Juana de Grandes y sus hijas, y un grupo de los amigos más cercanos. La prueba, el asombro de muchos al constatar que son diez años los transcurridos, porque él, su música y sus versos, sus palabras, parecen estar en nuestro entorno alimentando, como lo hubiera hecho entonces, la rabia y la melancolía.

Pero me atrevo a dar un paso más, y pensar qué deberíamos hacer, en Aragón, en esta sociedad que demostró admirarle y deberle mucho para que, además y junto a esa meritoria labor, codo a codo, aporten trabajos e ideas desde la Universidad que lo hizo Doctor honoris causa; el Gobierno y las Cortes, que le honraron de diversa forma; el Ayuntamiento (en el que hizo un sonado pregón de esas fiestas que no habrá dentro de tres semanas), las instituciones culturales. ¿Qué, cómo, quiénes? Lo diré de un tirón: si estamos de acuerdo en que era el aragonés más querido, en que su obra literaria (libros, poemas, letras de canciones, artículos) y audiovisual (con o sin mochila, en muchas horas de radio, cine, televisión), eso le convierte en uno de los grandes aragoneses, y señalo a Gracián, Goya, Costa, Cajal, Sender y Buñuel. Y con ellos, aunque ha habido dificultades y desidias para honrar sus casas natales, hacer museos y centros, proyectar a medio y largo plazo estudios sistemáticos, que esos sí los han tenido todos ellos, ediciones críticas

Que no se conformen los educadores: un día, pronto, ya, Labordeta y toda esa historia alrededor que simboliza las luchas finales contra el franquismo, la transición, la vida autonómica y democrática aragonesa, deben ser objeto de aprecio en las escuelas e institutos; de estudio en la Universidad, con tesis de máster y doctorales; en el mundo editorial. Y, aunque parece que sea proponer imposibles, que cuanto antes, con los recursos necesarios y las mejores técnicas y praxis jurídicas, sea posible encontrar en la red todas sus fotos, todos sus escritos, sus vídeos y entrevistas, sus canciones. Ya sé que es soñar, que es casi lo único que, en estos encierros, tiene uno todavía permiso para hacer.

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Ah: y para quienes deseen conocer una estupenda web bajo el nombre de “Conversaciones sobre la Historia”, aunque no se suele hacer en la prensa de papel, me permito recomendarla y copiarles el enlace de una página en que sus organizadores han querido recordar a Labordeta:

https://conversacionsobrehistoria.info/2020/09/22/labordeta-el-aragones-mas-querido/

 

Y para quienes quieran conocer la Fundación José Antonio Labordeta en una visita virtual:

www.fundacionjoseantoniolabordeta.org