20/03/2021

Carlos Forcadell navega en Clío

 

 

 

Carmen Frías, Pedro Rújula y Alberto Sabio (eds.)

Carlos Forcadell. A propósito de la Historia

Institución Fernando El Católico-Diputación de Zaragoza

Zaragoza, 2020

482 págs.

 

El libro-homenaje constituye un subgénero ya conocido, caracterizado por determinadas pleitesías, y algunas fortalezas. Si  se deja llevar por las primeras, puede llegar a convertirse en una recopilación de laudatorios escritos, útiles indudablemente para mejorar la autoestima del ensalzado -y servir como moneda de cambio de pretéritos favores- pero de escaso interés para el lector ajeno a esta fiesta. ‘Ad maiorem gloriam’… No obstante, a medida que avanzaba en mi lectura de este ‘Carlos Forcadell. A propósito de la Historia’, quinientas páginas en letra no muy grande, comprendí que ni de lejos era este el caso. Vaya esto por delante: los lectores aficionados a la Historia, el estudiantado de Grado de la disciplina, doctorandos, profesores o quienes se consideren pertenecientes al oficio de historiador descubrirán aquí muchas de las claves profundas de escritos de la especialidad, atisbarán decenas de pistas y comprenderán (nunca es tarde) que todavía están a tiempo de cubrir los variados déficits de su formación. Tiempo y cambio son la materia prima de la Historia: aquí vamos a encontrar las claves de cómo se reflexiona sobre este ‘tiempo de cambio’ a la vez que se está produciendo, en correspondencia con las décadas que van de 1970 a la actualidad misma, dilatado periodo perteneciente al trabajo intelectual de CF.

El historiador

Titulado por la Universidad de Zaragoza en la especialidad de Filosofía y Letras el año 1969, transitará de ser profesor en prácticas en la misma Facultad a dos años en enseñanzas medias y una estancia en Heidelberg (1972-1974), que dará paso a la docencia en la Universidad del País Vasco, donde obtendrá la titularidad (1980). Antes, en calidad de profesor interino, impartirá clases de Historia Económica en la Facultad zaragozana de Empresariales (1975-1980). Definitivamente, el año 1982 recalará en el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, en el que será catedrático ocho años después. Señala con acierto Eliseo Serrano (pág. 335) que tres son los aspectos primordiales en la vida de un profesor: docencia, investigación y compromiso. Iremos dando cuenta de ellos a lo largo de esta reseña pero queremos fijarnos ahora en dos, docencia y compromiso. Ángela Cenarro (p. 419) nos lo presenta como un maestro dedicado que prepara las clases con esmero, confecciona dosieres sobre los temas que explica y adjunta bibliografía comentada: sus alumnos van a la biblioteca no a estudiar apuntes sino en búsqueda de libros.

Carlos Forcadell (Zaragoza, 1946). Fuente: E. F., ‘El Periódico de Aragón’

Obligado es aquí hacer especial mención al compromiso, que mucho tiene que ver con la participación de CF en Andalán, proyecto cultural aragonesista y de izquierdas. Nos recuerda Eloy Fernández Clemente (“Memoria compartida”, p. 43)  que el 15 de septiembre de 1972 se preparaba el nº 1 de la revista y que Forcadell, desde Alemania, le hace saber lo siguiente: «Me apetecería ver mi nombre en alguna esquina de Andalán, y más estando por estas tierras con morriñas y añoranzas». Seguirán docenas de artículos de política internacional, análisis nacional, Aragón Contemporáneo, reseñas de libros y entrevistas. El libro que en 1997 se editó sobre la trayectoria de la revista es él quien lo dirige. En la misma línea de compromiso iniciático se encuentra su participación activa en la creación del Partido Socialista de Aragón (PSA), en febrero de 1976. Todas estas actividades, complementadas por la peregrinación a Pau a las jornadas que se hacían en torno a Tuñón de Lara, desembocarán en confirmar su identidad profesional. Él mismo nos dice (p. 71): «(…) Yo creo que consiste en leer, investigar, escribir y enseñar historia, en practicar un método histórico venerable que consiste en documentar, interpretar, explicar y relatar aspectos de la historia, cuya construcción a partir de huellas y vestigios del pasado es posible, más allá y por encima de relativismos, y constituye una actividad intelectual socialmente útil que es necesario trasladar y transmitir así al espacio público como al sistema educativo».

El libro

La cuidada edición, que coordina Álvaro Capalvo, está dirigida por tres de sus discípulos (Carmen Frías, Pedro Rújula y Alberto Sabio) y tiene a bien animar la publicación con interesantes fotografías en las que ponemos cara a todos los colaboradores, y cambiar de color las páginas de dos de los apartados (‘Carlos Forcadell, una cronología académica y científica’, pp. 93-101; y ‘Carlos Forcadell, bibliografía’, pp. 462-482). Ingente, inmensa labor de más de cuarenta años de oficio: decenas de libros de autoría individual o compartida; más de ciento sesenta artículos y capítulos de libros; manuales, colaboraciones en obras colectivas, reseñas, participación en prensa, prólogos. Sumemos a la labor investigadora, la pertenencia a comités y comisiones, la dirección de 21 tesis doctorales; colaboración o dirección en proyectos y grupos de investigación y nutrida actividad en labores de evaluación. Sin embargo, lo mollar no es la cuantificación de este currículo sino su cualificación y significado que convierte a CF en ejemplo paradigmático «de la fusión producida entre la militancia antifranquista –no necesariamente ligada a obediencias partidarias u organizativas-, la presencia en la plaza pública y la renovación académica e historiográfica haciendo de su compromiso el correlato a su vocación histórica» (M. A. Ruiz Carnicer, p. 412). De modo palmario queda dibujada toda una genealogía intelectual en la que figuran como padres Juan José Carreras y Tuñón de Lara; en calidad de hermano, Eloy Fernández Clemente -académicamente hablando, una ‘pareja de hecho’-; herederos significados por un brillante grupo de contemporaneístas (Julián Casanova, Carmelo Romero, Pedro Rújula, Alberto Sabio, Ignacio Peiró, Ángela Cenarro, Mercedes Yusta, Carmen Frías…); y hasta nietos, como se autodefine F. J. Ramón Solans.

En noviembre del año 2018 se celebra en Zaragoza, organizado por la Universidad, la DGA y el IFC, un congreso titulado A propósito de la Historia. Encuentro en torno al profesor Carlos Forcadell. Este congreso, el espíritu al menos, es el que recoge esta obra que se articula en tres partes. En la primera de ellas, los editores recorren las múltiples facetas de la labor de CF, se dibuja toda la memoria compartida con Eloy F. C., quien, junto a Juan Sisinio Pérez Garzón, realiza un interesante diálogo con el protagonista. La segunda sección es la que más espacio ocupa, doscientas páginas dedicadas sustancialmente a cuestiones historiográficas. El tercero de los capítulos es menos específico y vuelve sobre nuevos enfoques de aspectos ya tratados o acerca del impacto del trabajo de CF en algunos de sus alumnos. Vamos a recorrer más concretamente este contenido y su coral realización, ejercida en su mayor parte por profesores y profesoras de variadas universidades, pero también por un librero y hasta una traductora:

PARTE I. A PROPÓSITO DEL HISTORIADOR. Carmen Frías, Pedro Rújula y Alberto Sabio, «Tejiendo redes de historia»; Eloy Fernández Clemente, «Memoria compartida»; Eloy Fernández Clemente y Juan Sisinio Pérez, «La Historia: razones y pasiones. Diálogo con CF»; termina con la cronología académica y científica. PARTE II. A PROPÓSITO DE LA HISTORIA. 1. El compromiso social del historiador: Pedro Ruiz, «El compromiso social del historiador»; Ramón Villares, «Sobre el compromiso del historiador, con Marc Bloch al fondo»; José-Carlos Mainer, «Unas palabras para CF». 2. ¿La disolución de lo social en la Historia?: Ismael Saz, «¿Disolución o dilatación. ‘Lo social’ en la Historia»; Teresa María Ortega, «El desvanecimiento de las ‘leyes’ de la Historia. Críticas posmodernas al concepto, sentido y funcionalidad dela Historia»; Juan Pan-Montojo, «¿La disolución de lo social en la Historia?»; Mª Cruz Romeo, «Una propuesta de lo social y un ejemplo neocatólico»; Luis Castells, «La disolución de lo social en la Historia». 3. La huella de la docencia y de los saberes transmitidos: Gema Martínez de Espronceda, «Afectos y conceptos sobre la huella de CF»; Gloria Sanz; «Manual y arte del laissez fairede CF» Mercedes Yusta, «Je me souviensde CF» F. J. Ramón, «Cartografía de un maestro»; Paco Goyanes, «El Dúo Dinámico de la historia zaragozana»; Virginia Maza, «Con el amigo». 4. De la ideología a la cultura. María Sierra, «Los paseos de CF Rilke»; Isabel Burdiel, «Ideología, cultura y biografía: en torno a Emilia Pardo Bazán»; Mariano Esteban de Vega, «Sobre la primacía de lo cultural en los estudios sobre nacionalismos»; J. Mª. Portillo, «Libre e independiente: historia de un sintagma». 5. ¿Dónde ha quedado la ambición explicativa de la Historia? De los grandes relatos a la fragmentación postmoderna: Elena Hernández-Sandoica, «¿Explicación en historiografía?»; Juan Pro, «Que el futuro no nos tome por sorpresa: viejas y nuevas ambiciones de la Historia»; Manuel González de Molina, «Fake history… El relato histórico en tiempos de posverdad»; Manuel Montero, «Función explicativa de la Historia, historias locales y el metarrelato identitario del conflicto vasco». PARTE III. EN LA ESTELA. Eliseo Serrano, «Docencia, Investigación y Compromiso»; Gregorio Colás, «¿Qué fue del materialismo histórico?»; Esteban Sarasa, «Pla y Vicens. Dos ampurdaneses en l’hora de les decisions»; Anna García, «Mauthausen: pasado, presente y memoria, un juego de contrastes»; Carmelo Romero, «Del azar a la voluntad»; Ángel García-Sanz Marcotegui, «CF, historiador imprescindible»; Luis Germán, «Al volver la vista atrás, el encuentro de CF»; Enrique Solano, «Labor de Departamento»; Julián Casanova, «Aquellos años de renovación»; M. Ángel Marín e Ignacio Peiró, «Maestro de la historiografía democrática»; M. Ángel Ruiz Carnicer, «Seguro azar. El viaje de CF en el contemporaneísmo español»; Javier Muñoz, «El magisterio de CF y el oficio de historiador»; Ángela Cenarro, «Recuerdos de la docencia de CF a finales de los ochenta»; Pilar Salomón, «El republicanismo histórico en Aragón: breve semblanza historiográfica»; José Luis Ledesma, «Cualquier tiempo pasado fue diferente»; Javier Rodrigo, «Carlos en el aula»; Nicolás Sesma, «Un capitán Swing de la enseñanza»; Gustavo Alares, «La audacia discreta. A propósito de Carlos». La CONCLUSIÓN se resuelve con unas palabras de CF y su bibliografía.

La Historia

La musa Clío y sus atributos: corona de laurel, trompeta y libro abierto

La historiografía del franquismo había dejado en cuarentena a la Historia Contemporánea, que identificó como portadora de ideologías disolventes, intolerables laicismos y libertinajes sin freno. En los últimos cincuenta años quedaba por realizar todo un despliegue que la adaptase a patrones europeos y liquidase modelos académicos fuertemente ideologizados o, en el mejor de los casos, meramente positivistas. Testigo y actor de estos cambios hacia una mayor complejidad conceptual y metodológica ha sido CF, con el telón de fondo del tardofranquismo a la transición democrática, de la Guerra Fría hasta la caída del Muro de Berlín, del postmodernismo al imperante neoliberalismo actual.  A modo de ejemplo, enunciaremos las complejas batallas epistemológicas  que se han venido librando, y a las que sobre la marcha se ha tenido que dar respuesta:

Social vs. cultural; local vs. general; micro vs. macro; individual vs. colectivo; privado vs. público; lenguaje vs. materialidad; ciencia de lo particular vs. generalización y formulación de leyes; monismo metodológico vs. pluralidad; interpretaciones teleológicas y determinismos totalizantes vs. retorno al sujeto; ciencia o narración; paradigmas políticos e ideológicos vs. relativismos y comparativismos; historia vs. memoria; solo historia vs. interdisciplinariedad (sociología, literatura, lingüística y teoría literaria, antropología); realidad ficcional vs. realidad factual; explicación vs. comprensión; actitud retórica vs. actitud científica; estructura vs. sujeto; hiperespecialización vs. síntesis; corta duración vs. larga duración; reducción del objeto histórico vs. ampliación (género y mujer, etnia, mentalidad…); nación-regionalización vs. mundialización; lo nuevo vs. lo novedoso; acontecimiento vs. grandes estructuras y procesos complejos; primado de la economía y el materialismo histórico vs. lo social y lo cultural; esfuerzos solitarios vs. trabajo en redes…

Podría continuarse con estas dicotomías, antinomias y absolutos hasta abrirse a una mayor variedad de enfoques, a una hibridación de distintas perspectivas que han fragmentado el discurso histórico tras la crisis de las Grandes Narraciones. Todas estas batallas epistemológicas se han librado en los últimos cincuenta años y conducido a una redefinición del conocimiento histórico como «un saber ‘construido’, obtenido por la inferencia a partir de evidencias lo más amplias y certeras posibles posible, que nos llevan a componer narrativas y representaciones verosímiles» (A. Munslow, cit. por Elena Hernández, p. 299).

Responde CF en su quehacer histórico a todas estas disquisiciones -entre los Annales y el materialismo histórico iniciales hasta un multiperspectivismo mayor- desde atalayas distintas. La primera de ellas es su formación, a la que ya hemos hecho mención. En segundo lugar, una posición «generalista» y muy atenta a no considerar algo como nuevo sin atender a los antecedentes y definir la cultura en su sentido más antropológico, en una concepción amplia que atiende tanto las lecturas de la especialidad como a Rilke, a Kafka, Shakespeare…;  en tercer lugar, también hay que decirlo, con un talante, un carácter. Dice Virginia Maza en pág. 230, que «nosotros somos tantos como los que nos miran, que se transforman a su vez con la mirada y la compañía». Sale el protagonista bien parado de esa mirada del otro: acompañador, inquieto y curioso, aglutinador, discreto, independiente, generoso, voraz lector, erudito y amante de la alta cultura, maestro carismático, de camaradería afable y algo socarrona, humanista…

Destilan estas páginas algo que da un plus a su tarea de contemporaneísta español: la reflexión sobre el oficio, el historiar la Historia, la permanente revisión de objeto y método. Sabe Forcadell que lo principal no ocurre en el cerebro sino entre cerebros, y que es eso lo que le ha permitido navegar de la historia del movimiento obrero a la de la prensa e historiografía aragonesa, de la historia económica a la nueva historia social y cultural, de los usos públicos de la historia a las culturas políticas contemporáneas y hasta de las emociones. El año 2007 es nombrado director de la Institución Fernando El Católico. A raíz de ello, M. Á. Marín e Ignacio Peiró subrayan lo siguiente en la pág. 393: «(…) destaca su faceta de catedrático administrador. Se trata de un modelo básico en la historia de la comunidad profesional. Una tipología definida por la combinación congruente de posiciones de poder y funciones del historiador-docente que, además, dedica parte de su práctica a la gestión de los recursos e instrumentos para la investigación histórica y la difusión pública de sus resultados». La antigua creación de la Asociación de Historia Contemporánea (y la revista Ayer), derivará de forma indirecta en la puesta en marcha en la IFC del Seminario Permanente de Historia de la Historiografía Juan José Carreras, tres decenas de historiadores (franceses, italianos, españoles, alemanes) que conforman una red internacional de especialistas.

Y es que únicamente en red es posible orientarse por los procelosos mares en los que se agita actualmente Clío, la musa de la Historia.