01/12/2021

Notas para una crónica cultural aragonesa

Ha sido muy largo el verano, interminable el otoño, y ya aceleramos hacia el fin de año, con sus requisitorias a sentimientos e ideas. En esa enorme coyuntura, y mientras organizamos importantes cambios, abordamos una apresurada crónica de la cultura que ha brillado críticamente en estos tiempos de preocupaciones globales, miedos pandémicos, rabias políticas, insanias personales… y la grandeza de que aquí nació y se formó Francisco de Goya.

I. CULTURA Y COMPROMISO

Recordado siempre con calor y ejemplar diseño (viuda Juana, hijas, amigos), la Fundación José Antonio Labordeta entregó sus séptimos premios, siempre un acierto y un empujón antidepresivo para estos tiempos: fueron para las Letras a Ana Alcolea; las Artes a Oregón Televisión; la Comunicación a Luis Alegre; los Valores Humanos a la Parroquia del Carmen; toda una carrera a José Sanchis Sinisterra; la simbolización de Aragón a Carlos Saura, amén de un homenaje en su centenario al gran poeta Miguel Labordeta.

Este es el lugar para dar cuenta del Premio de las Letras Aragoneses a Julián Casanova, el historiador aragonés más conocido fuera de nuestro Campus, sea en la norteamericana costa Este o en las ciudades centroeuropeas como Budapest y Viena, en la mejor prensa española o en la SER. Al aceptar el galardón, ofreció para su edición conmemorativa una selección de doce artículos publicados en El País en los últimos quince años. Presidente Lambán prologa admirado de que sus trabajos “son una parte esencial en el corpus del utillaje metodológico e interpretativo… a través de innumerables libros artículos y colaboraciones y también a través de una extraordinaria oratoria” a la vez que sus obras, “sin perder la categoría de un ensayo histórico, tienen la cualidad de superventas”. Eso es contar también con un político culto.

 

Y aunque en este caso sólo hubo iniciativa de amigos, 26 poetas celebraron el 90 cumpleaños de nuestro decano y símbolo de estoicismo y belleza verbal, Rosendo Tello, un homenaje de sus amigos y discípulos. Con lo difícil que es eso.

Aún se sabe más de Costa. Con la pulcritud y rigor que acostumbra, Juan-Carlos Ara edita una segunda edición en la tan prestigiada colección Larumbe del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Prensas de la Universidad de Zaragoza, el Gobierno de Aragón, y el Instituto de Estudios Turolenses, diez años después, el Nosce te ipsum, de 1868, complemento perfecto de las “Memorias costistas”, con otros escritos biográficos de juventud, que denomina “los textos satélites” y una serie de semblanzas, notas biográficas sueltas y otros papeles. Demostrando que los cambios en el IEA funcionan muy activa y eficazmente, por ejemplo en la aparición con parecido formato y leve cambio, del nº 33 de la revista, ahora simplemente “Joaquín Costa”.

A la vez, la Institución Fernando el Católico anuncia que con motivo del 175 aniversario del nacimiento de Costa regala trece libros virtuales sobre nuestro gran intelectual, qué gran decisión. Y mientras, su director, Carlos Forcadell, sigue campante por los ciclos de profesores eméritos, a los que acude como un sabio chaval.

“El Ebro” (1917-1936)”. Nuestro querido amigo Carlos Serrano Lacarra, coordinador de Rolde, publica en la serie de Cuadernos actualmente editados por la renacida cabecera, una historia necesaria, útil, resumen de los estudios editados hasta ahora por él mismo, Antonio Peiró y otros historiadores, sobre “El Ebro” (1917-1936), que titula “Ríos de tinta por Aragón, discursos por un país”. La hermosa, contradictoria, incompleta historia de la importante revista aragonesista avanza un paso decisivo en el rastreo de un pasado, como tantas cosas, barrido por odios, cerrazones y olvidos.

 

Jarnés definitivo. Juan Domínguez Lasierra, el respetado periodista cultural y viejo amigo, presenta el culmen definitivo de sus estudios sobre Benjamín Jarnés. Lleva lustros y décadas viendo ediciones, estableciendo bibliografías, analizando cartas y biografías, y acercándose –de intelectual a intelectual, de persona de gran sensibilidad a un semejante- al fino y tímido escritor, amigo de Ortega, exiliado, tempranamente muerto de añoranzas. Erial tomó la decisión editora.

Carmen Magallón, muy posiblemente la persona más activa, eficaz, importante del tan prestigiado mundo femenino aragonés, es autora, con Sandra Blasco Lisa (estudiosa de la Transición democrática en Aragón), de un libro utilísimo: Feministas por la paz (Icaria), que nos da la historia de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF en siglas inglesas), a lo largo de un largo siglo, en luchas contra las guerras. Esa “Paz de las mujeres” removió las más valientes conciencias, las mentes mejor formadas, para alimentar una corriente de grandes figuras como. Y de ahí a los movimientos de masas femeninas (y poco a poco masculinas más abundantes, por ejemplo el portugués Sebastiâo Magalhâes Lima)). La base del impulso: una bibliografía muy extensa, una nómina mundial de grandes nombres de organizaciones, ciudades, líderes, entre los que espigamos, ignorantes, los de las españolas Concepción Arenal, Teresa Claramunt, Isabel Oyarzábal, Clara Campoamor, María Lejárraga, Margarida Comas; la colombiana Lucila R. de Laverde; la brasileña Bertha Lutz; la mexicana Helena Landázuri o su estancia allá de la singular Carmen de Burgos; y otras muchas del mundo.
Añadamos al gran montón el reciente libro de Gervasio Sánchez: Violencias. Mujeres. Guerras, editado por Blume con el apoyo del Instituto Aragonés de la Mujer. Y en torno al Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género que es cada año el 25 de noviembre.

Otro viejo amigo es José Luis Melero, que como las grullas llega en tiempo y razón, presentando “Lecturas y pasiones” (edición en libro de sus afamados artículos en A&L) para gente apasionada, para aquella que siente pasión por los libros (si son raros y curiosos, mejor) y se rinde al placer de la lectura”…porque allí se confunden “la letra grande con la menuda, la erudición con la divulgación, el humor con la gravedad, lo local con lo universal. Y siempre con pasión por los buenos libros, la buena literatura y aquellos escritores olvidados para los que nunca hubo sitio en los manuales”. Le acompañaron en la presentación Irene Vallejo y Pepe Cerdá, como a los grandes toreros. Ante esta generación del culto al libro evocamos siempre a Félix Romeo, parece increíble que haga ya diez años de su muerte.

 

Daniel Gascón lleva unos meses en el candelero. Sea su última novela, La muerte del Hipster, publicada por Random House de las aventuras por la España vaciada, con unanimidad en que es aún mejor que la primera, con reseñas muy favorables en todo tipo de diarios y revistas, una presentación de campanillas en el Patio de la Infanta (acompañado por Miguel Mena; sean sus artículos y entrevistas sobre la buena revista hispanomexicana Letras Libres, cuya sección española dirige, y en la que publica una excelente entrevista con José-Carlos Mainer.

 

 

II DEL CÓMIC A LA NARRATIVA Y VICEVERSA

Una monumental obra titulada “Nuevas visiones sobre el cómic” (Prensas de la Universidad de Zaragoza) coordinada por Julio A. Gracia Lana y Ana Asión, aborda nuevas visiones de ese género triunfante, a medias entre el arte y el cine animado, la literatura y el periodismo, la didáctica y el lenguaje. No es poco, y sus muchos autores llevan sus enfoques interdisciplinares a relacionarlo con artes plásticas y cine, diseño y otras tendencias. Con preliminar de nuestro gran Altarriba, derivan la mayoría hasta estudios de casos recientes, incuyendo cómo no, el manga y toda la influencia japonesa. Los muy mayores, que aún disfrutamos con Jesús Blasco, Sáenz de Tejada y Emilio Freixas; Víctor Mora, Carlos Giménez y Hernández Palacios; Magelanxo Prado y Paco Roca, Corto Maltés, con los americanos (Alex Raymond, Merlín, El Príncipe Valiente, Mandrake, The Spirit, y tantos superhéroes), o franceses Asterix a Tintín, y tantos otros, añoramos ese mundo casi desaparecido u objeto de mercado de salones anuales para coleccionistas.

Una excelente traducción es la realizada por la zaragozana Elisa Martínez Salazar, de una novela sorprendente: El Gabinete de los Ocultistas, de Armin Öhri, para Impedimenta. El autor, aunque despista el aspecto gótico de la portada y los escenarios y personajes del mundo alemán del XIX, no pasa de 43 años, y lleva un pulso trepidante, con suaves misterios y sobrias ironías, al servicio (segundo caso) del joven estudiante Julius Benthein. Da gusto leer una novela nueva, joven, viva, trenzadas con juncos aparentemente viejos…

Todo es nuevo, sin embargo, en las novelas de otros narradores aragoneses. Pedro Ciria Amores “La inocencia del cruasán”, Doce Robles), y Margarita Barbachano, que en sus entregas nos hablan con muy agudo sentido del humor el primero sobre la Zaragoza de 1923, la del asesinato del cardenal Soldevila, la venida de Einstein; Durruti y Ascaso; Sanjurjo y Primo de Rivera… Y muy hermosas descripciones y reflexiones la segunda, veterana y muy estudiosa y documentada, lo que se agradece cuando se quiere leer literatura de calidad.

 

 

Historia lejana y próxima, historia es. Y tiene siempre sus devotos entusiastas. Como es el caso de Pedro J. López Correas, historiador local, aferrado a su patria chica, el valle bajo del Jalón, donde nació y creció y trabajó toda su vida. Conoce, pues, paisajes y senderos, muralles y trozos de torreones, un viejo pasado en el que para adentrarse precisaba de una gran penetración cultural y psicológica en el mundo islámico. En el último reducto de la taifa de Rueda de Jalón, “en los albores del siglo XII, cuando Aragón quería extender su reino y el peligro almorávide lo frenaba, florecerá un amor de los difíciles de imaginar.”. Se manejan muy bien lugares, nombres, costumbres y reglas. L autor dio ya una entrega anterior, que hace fácil para él todas esas descripciones tan atractivas.

Va por la docena XIX y Veinte, la excelente revista de Comuniter, editora muy responsable y prestigiada, y de la que se ocupa un equipo campanillas, con Manuel Baile, Juan Soro, Carlos Mas Arrondo, Manuel Ballarín, José Ramón Villanueva y José Luis Ledesma), en torno a su director Herminio Lafoz. Parece de éste por el humor que depura la frase definitoria: “Revista de historia, con una visión crítica de la realidad y un deseo irrefrenable del regocijo intelectual”. En todo caso sí se acogen a una frase en la que se lee: “No nace para cubrir ningún hueco ni por una necesidad histórica. No nace al calor de la Academia ni para servir de altavoz a ningún grupo o institución. XIX y Veinte tiene su razón de existir en la necesidad del disfrute del conocimiento y del debate, tan necesarios en la construcción de una sociedad libre”. Tratan, sobre todo, del pensamiento histórico contemporáneo, con monografías muy importantes sobre la independencia de Cuba, el siglo XIX en Alcañiz; siempre las mujeres; españoles en la Resistencia de Bretaña; aviadores aragoneses en el frente del Este; o el novelesco viaje de un matemático que fue de Cambridge a Jaca. Sigue, contra vientos y lluvias, imprimiendo 200 ejemplares en papel.

Valderrobres, capital del Matarraña cuenta ya con su gran historia: “Valderrobres 1479-1833, el crecimiento de una gran villa rural aragonesa”, un tomo de 800 páginas, fruto de un largo trabajo de investigación en múltiples archivos, con mucha información inédita, que ayudará a conocer la historia local, la de Aragón y la de España. Ahí son nada sus 1.204 notas a pie de página, que sirven para relacionarla con otros estudios ya publicados y su anexo documental y fotográfico. Es autor Manuel Siurana Roglán, el gran estudioso de la villa y querido amigo nuestro, al que acompaña Octavio Montserrat. Felicitaciones.

 

III MÚSICA GRANDE, MÚSICA SIEMPRE

Pilar Bayona, gloriosa excepción de gran figura de nuestra música, no se consume con el tiempo, tras su muerte. Sólo los genios permanecen. O una mujer como ella, intérprete muy sensible, que es y vuelve a ser recordada, estudiada, objeto de exposiciones, actos, publicaciones. Como el que ahora recoge velas en el Museo Pablo Serrano, en torno a su vida, objetos, recuerdos, que corona ciclos como los veteranos de grandes solistas de piano y otros.

Cae muy bien a su lado el saludo e invitaciones del gran compositor José Luis Temes, que ya rebasara una nueva sesión del Proyecto Luz, con estrenos de la asturiana María Teresa Prieto y nuestro compositor aragonés Francisco Calés (1886-1957) ha tiempo dado a conocer aquí; y con coda de obras de Evaristo Fernández Blanco, Santiago Lanchares y José Muñoz Molleda. Temes ofrece una web interesantísima, que informa de sus 101 composiciones, nada menos.

Temes invita

 

Volviendo a nuestro tiempo y música propia, no termina el recuerdo emocionado y amigo de Joaquín Carbonell, cuyo gran homenaje en la Sala Mozart zaragozana (organizado por Gabriel Sopeña con cariño y clase) fue desbordante, como un éxito el libro dedicado por docenas de compañeros y amigos. Y sin casi respiro, ocurrió la muerte de Javier Maestre, “el otro” de La Bullonera, el autor de muchas de las mejores letras, el serio amigo que ayudaba siempre. Desolados.

Carbonell en el auditorio

 

Javier Maestre en 1978

 

Se llena Zaragoza en otoño de espléndidas sesiones de jazz y otras músicas, teatro, reviven terrazas, actos públicos y semiprivados, exposiciones. No se sabe bien lo que ocurre en Ultramar, pero por ejemplo conocemos las andanzas de ese gran luchador por el agua, el medioambiente, contra la desigualdad, que es Pedro Arrojo, últimamente por la ONU o las zonas en lucha social y política en el México más en conflicto.

 

Ixo Rai ha desplegado una feliz mercadotecnia, que ha celebrado años y éxitos entre los medios. Divertidos, ufanos, alegres. Como lo son las Cantautoradas de Diego Escusol, tan Brassens, tan Carbonell, tan suyas. O los discos que paciente y filósofo, va logrando entregarnos Daniel Franco paso a paso con su música amable y crítica como Franco deterioro. Eureka.

 

Franco Deterioro

 

Mencionemos la última racha de entregas de ese programa de RTVA sensible, muy preparado, de hermosos paisajes y muy bella música, que es Aragón sin cobertura, dirigido por Javier Calvo y con Antón Castro, entrevistando a fondo, amable y cómplice. En la foto, paseando con Llamazares).