Las primeras organizaciones feministas en España
Se puede considerar que la primera organización feminista de España fue la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona, fundada y dirigida por mujeres, y que se puso en marcha en 1889 de la mano de Teresa Claramunt, Ángeles López de Ayala y Amàlia Domingo Soler, es decir, una anarquista, una republicana librepensadora y masona, y una espiritista, tres mujeres intensas y fundamentales en la Historia del feminismo español. A pesar de sus evidentes diferencias ideológicas, les unía, precisamente, el feminismo.
La Sociedad celebraba reuniones periódicas de tipo formativo y recreativo para las mujeres, con el objetivo de defender los derechos laborales y sociales de las mismas, así como su emancipación.
Desapareció, y fue sucedida por la Sociedad Progresiva Femenina, impulsada por López de Ayala en 1898, pero también con el concurso de Teresa Claramunt y Amàlia Domingo Soler. La Sociedad aunó el espíritu reivindicativo feminista, con el librepensamiento, el laicismo, el republicanismo y las reivindicaciones de signo social. La Sociedad nació en Grácia.
La primera etapa de la Sociedad no tuvo, realmente, un carácter sufragista, ya que se pensaba que hasta que no se consiguiera la emancipación moral y educativa de la mujer el voto podía ser un instrumento a favor de los grupos dominantes, de la Iglesia, idea que, como bien sabemos, se mantuvo en el tiempo en determinados sectores del republicanismo y la izquierda, en general y que culminaría en el famoso debate constitucional en el otoño de 1931.
La Sociedad tuvo un marcado carácter pedagógico como medio para transmitir las ideas y valores del feminismo, el laicismo, el librepensamiento y el espíritu cívico-republicano. Para ello, abrió escuelas para niños y niñas, y nocturnas para los adultos. También empleó el teatro y un orfeón como medio para llegar al ámbito obrero.
Ángeles López de Ayala fundó la revista de la Sociedad, denominada El Gladiador, donde escribían librepensadores, masones, las Damas Radicales, espiritistas y radicales. La publicación sería sustituida después de la Semana Trágica por El Libertador, que llevaba el subtítulo de “periódico defensor de la mujer y órgano nacional del Librepensamiento”. Por fin, en 1914 saldría El Gladiador del Librepensamiento, que duró hasta 1920.
La Sociedad tuvo una relación política estrecha con el radicalismo de Lerroux. Debemos recordar, además, que existían las citadas Damas Radicales, que establecieron nexos de unión, como hemos visto, con la Sociedad. En este contexto tendría lugar la primera manifestación feminista de la Historia de España, en el año 1910, convocada y organizada por López de Ayala, con el apoyo del radicalismo.
Posteriormente, hacia 1918 se produjo un acercamiento entre distintas organizaciones feministas de todo el Estado para aunar esfuerzos. Ahí estaban La Mujer del Porvenir, la Asociación Concepción Arenal y la Sociedad que aquí estudiamos. Esa unión de energías se coronó con la creación del Consejo Feminista de España, la Liga para el Progreso de la Mujer y la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, que en 1919 comenzó su lucha por el reconocimiento del derecho al sufragio femenino.
La Sociedad se debió extinguir hacia 1920. Su inspiradora no tenía buena salud (fallecería en 1926) y el impulso del feminismo ya había encontrado un marco mayor, para toda España.