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La Autonomía y el Estatuto de 1982
El Estatuto de Autonomía de Aragón fue aprobado por Ley Orgánica 8/1982, de 10 de agosto. Concluía con ello un largo proceso de negociaciones previas y tramitación parlamentaria, que condujo a que la autonomía aragonesa siguiera la vía del artículo 143 de la Constitución, dados los pactos autonómicos entre UCD y PSOE.
Andalán, desde su fundación, había reivindicado una autonomía de primer nivel en muy diversos artículos. Sirvan como muestra: “No hay región” (42, junio 1974); “Autonomía, no es eso” (150, febrero 1978); “No vamos a aguar la fiesta” (161, abril 1978); “Esa autonomía, no” (252, enero 1980); “Un espeso cabreo” (254, enero de 1980); “Un fantasma llamado DGA” (289, octubre 1980).
Cuando se conoce el texto del Estatuto que va a ser aprobado, Andalán recibe su aprobación con sensibilidades encontradas. Manuel Contreras consideraba que “aparte las mejoras técnicas introducidas, han prevalecido, tanto en la ponencia como en la Comisión institucional unos criterios de racionalidad, de “constitunacionalización” del proyecto y de adecuación a unos compromisos políticos que, al menos, desde mi personal punto de vista, favorecerán el buen discurrir y la eficacia de una autonomía para la región aragonesa que ahora sí, por fin, puede decirse que ha logrado salir del salón de los pasos perdidos” (358, de junio de 1982).
José Antonio Labordeta, con su lenguaje directo, criticaba a la derecha: “Nunca les ha importado la Autonomía, siempre miraron con malos ojos a Andalán porque hablaba de eso y ellos lo confundían –maliciosamente, claro—con separatismos. Pero, ahora, cuando después de manipulaciones, trasteos, cachondeos y contubernios ve llegada la hora de esa autonomía –de la que yo paso—débil y diminuta, pero con su podercito entre sus cláusulas, se ponen histéricos…” (359, de junio de 1982).
Personas vinculadas a Andalán alcanzaron puestos de primer nivel y gran responsabilidad en la naciente autonomía aragonesa. Tras las primeras elecciones autonómicas, las Cortes de Aragón elegían como su Presidente a Antonio Embid Irujo, que lo sería desde mayo de 1983 a julio de 1987. Le había precedido Aurelio Biarge López, presidiendo la Asamblea provisional prevista en el Estatuto (de septiembre de 1982 a mayo de 1983). Santiago Marraco Solana era elegido Presidente de Aragón (1983-1987), y eran nombrados consejeros de su Gobierno José Antonio Biescas, en Economía y Hacienda, y José Bada Panillo, en Cultura.