andalán 50 años » II. Des-velando Andalán » 2.7. Los principales temas

Andalán y el aragonesismo

Se afirma frecuentemente, y es verdad, que Andalán se basaba en tres principios: Aragón, cultura e izquierda. En efecto, desde su primer momento informó no solo sobre Aragón, sino sobre la conciencia de identidad que en esos momentos estaba naciendo y en cuya creación la revista jugó un papel destacado.

Fue en su número 3, publicado el 15 de octubre de 1972, cuando por primera vez se habló de regionalismo, en un artículo de José Carlos Mainer titulado «El regionalismo, sus historiadores y una propuesta aragonesa». Ya antes se había elegido como lugar de presentación de la revista la villa de Aínsa, capital del mítico Reino de Sobrarbe, donde habrían nacido sus Fueros.

Eran los años en los que el régimen franquista comenzaba a hablar de «sano regionalismo», por contraposición al otro, el que no apoyaba al régimen (que habría que considerar «insano») y cuando se comenzaba a hablar de una descentralización administrativa, que de ninguna manera suponía ni la existencia de un órgano autonómico, ni la capacidad de adoptar ninguna medida que no fuese la de mera ejecución. En definitiva, una actividad de autoblanqueo del propio régimen, como la que quiso llevarse a cabo con las asociaciones políticas, pero que no suponía ningún avance real en la construcción de un poder aragonés.

Fue más adelante, en junio de 1973, cuando Andalán dedicó un cuadernillo (impreso para ser conservado de forma independiente al número), con interesantes reflexiones de Sebastián Martín-Retortillo, Javier Salas y Luis Cosculluela). En diciembre de ese año, el periódico recogió en su portada la protesta por la posible integración de la provincia de Soria en Aragón. En abril de 1974 fue José Carlos Mainer quien escribía sobre El Ebro, la más importante revista de los aragonesistas emigrados en Barcelona.

Coincidiendo con un número 50, Andalán publicó el octubre de 1974 un número dedicado a «Las regiones». En esta ocasión, fueron nada menos que dieciséis páginas las dedicadas a la cuestión, que trataban tanto generales, como otros específicos sobre Aragón, referidos a la economía y a la historia (incluyendo la mención al Consejo de Aragón, que había funcionado durante la guerra civil). También incluía artículos sobre Cataluña, el País Valenciano, Navarra, Galicia y el País Vasco. Puede parecer que esta enumeración de artículos no sea más que eso, una mera enumeración. Pero ningún periódico y ninguna tribuna pública hablaban entonces de regionalismo aragonés. Solo los lectores de Andalán tenían acceso a un conjunto de reflexiones como las señaladas, que le permitían comprender el contenido político de la reivindicación de autonomía y conocer lo que estaba ocurriendo en el resto del Estado.

Pero la importancia de Andalán en la construcción del aragonesismo no se agotaba hablando de él. En un ambiente en que las agresiones contra Aragón estaban en el orden del día (estamos en los años en que se proyectaban el Trasvase del Ebro, la construcción de centrales nucleares y los campos de tiros, y en los que la emigración era muy intensa), la publicación de artículos sobre economía, historia y cultura, y la amplia reseña de libros que tenían a Aragón como referente territorial reforzaba claramente su identidad y la recuperación de la memoria colectiva, en un momento en que el dictador seguía vivo y la represión sobre las organizaciones de la izquierda era una realidad cotidiana.

 

 

 

A Caspe hemos de ir

La existencia del Congreso autonomista celebrado en Caspe los días 1 a 3 de mayo de 1936 era conocida en ámbitos muy reducidos, pero esto cambió con la publicación en el número de Andalán correspondiente al 15 de enero de 1976, de un artículo sobre el mismo escrito por Eloy Fernández Clemente, permitió que la existencia del movimiento autonomista y del Anteproyecto de Estatuto se difundiese entre los lectores, de izquierdas en su gran mayoría, del periódico, influyendo sobre su pensamiento.  Otro artículo del mismo autor, publicado en mayo de ese año, analizó y comparó los cuatro proyectos conocidos de estatuto anteriores al inicio de la guerra.

El conocimiento de estos hechos fue un revulsivo para la celebración de los cuarenta años del Congreso, organizada por el entonces ilegal Seminario de Estudios Aragoneses, prohibida en dos ocasiones y finalmente celebrada el 4 de julio con un gran éxito de asistencia. Se trataba de la mayor movilización puesta en marcha por la izquierda tras el final de la guerra civil, en la que se clamó por el Estatuto de Autonomía, algo que se consideraba consustancial con las otras dos reivindicaciones allí planteadas: la libertad y la amnistía.

A partir de ese momento, la información referida al proceso de consecución de la autonomía fue continua, pero el papel del periódico había cambiado: ya no se trataba solo de crear conciencia (que se había extendido entre amplios sectores de la población), sino también de informar y opinar sobre los acontecimientos: la llegada de la derecha al autonomismo (destinada en gran medida no a fomentar la autonomía, sino a limitarla), la gran manifestación del 23 de abril de 1978, el debate y las movilizaciones sobre la vía que debía de seguir el proceso autonómica (con la apuesta clara de la Unión de Centro Democrático por la vía lenta representada por el artículo 143 de la Constitución, y la actitud vacilante (y seguidista) del Partido Socialista Obrero Español)…, quedaron reflejados en sus páginas.

Andalán informó ampliamente del desarrollo de los partidos aragonesistas. Ya en julio de 1976 se refirió a la creación del Partido Socialista de Aragón y luego lo hizo sobre sus actividades, y sobre los debates que llevaron a su posterior unificación con el PSOE. Mucho más reducida fue la información sobre Chunta Aragonesista (entonces Unión Aragonesista-Chunta Aragonesa), que estaba dando sus primeros pasos cuando la publicaba daba los últimos.

En definitiva, Andalán tuvo un papel muy importante en el proceso de creación de la conciencia aragonesista y la lectura de sus páginas sigue siendo fundamental para disponer de una visión de cómo se vivió desde la izquierda el proceso de creación de la actual Comunidad Autónoma.