06/05/2010

Josefina Lerma, La Construcción de los pantanos de Escuriza y Cueva Foradada. Ese frenesí de lo imposible. Centro de Estudios Locales de Andorra, IET, 2009.

Josefina Lerma, economista e historiadora, autora antes de una excelente historia de su pueblo familiar (Alloza en los siglos XIX y XX), coautora de otra no menos importante (De carbón es la luz: historia de Encaso (1942-1972) y Endesa (1972-2005) en las cuencas mineras turolenses/ con Gema Fabro) y de unos cuantos artículos sobre asuntos históricos de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, ha publicado este estudio riguroso, profundo y ameno, sobre la compleja construcción de esos dos pantanos en la zona norcentral de la provincia de Teruel, en el contexto de una época, fines y comienzos del XIX y XX, epicentro de regeneracionismo español, crisis agrícola y pecuaria, conflictivo reparto del agua, que convendría almacenar y administrar en bien de todos.

Uno de los pantanos, el de Escuriza, (1880-1896, aunque se inaugura en 1899), que la autora considera el último de los históricos, tuvo difícil construcción, con los cambios de proyectos, la constitución del Sindicato de Riegos, los trámites y la financiación, los avatares que fueron surgiendo, problemas importantes como la inundación de tierras en Alcaine, el impacto medioambiental; la aportación artística (patrimonio industrial, al fin reconocido) y al turismo. Fue un caso pionero, pues es uno de los primeros de Aragón, construido por los regantes potenciales;

El otro, el de Cueva Foradada, ya en el siglo XX (1903-1931) y en medio de una vorágine de planes y proyectos en toda España y especialmente en Aragón, es un modelo de voluntarismo, de esfuerzos, pero también de dificultades y conflictos, y, como afirma la autora, de “un recorrido para el asombro”, acometido ya por el Estado.

Además, el libro de Lerma Loscos aborda una historia llena de vida, de datos curiosos, de anécdotas, enfrentamientos, alegrías. Es un estupendo libro de historia, económica, de la técnica, social, política, incluso cultural.

Las consideraciones finales abordan los embalses en la actualidad y las alternativas de futuro: hay aquí unas cuantas personas que saben mucho de eso, seguro que en el coloquio pueden aflorar sus ideas y planteamientos. Los anexos recogen una relación cronológica de acontecimientos y un anexo documental, además de la bibliografía. Los documentos, los planos y las cartas que se reproducen son un testimonio magnífico de muchas cosas: el problema concreto, los redactores y destinatarios, el estilo, lo que esconden. Las fotografías, bellísimas, ilustran muy bien, acompañan perfectamente al texto, y a veces son muy valiosas en sí mismas.

Y es que, como escribe Vicente Pinilla en su elogioso prólogo, “el trabajo excelente realizado… supera lo local para pasar a ser un libro de referencia para cualquier estudio de la política hidráulica española”.