andalán 50 años » IV. Algunos nombres propios
PÉREZ MAYNAR, David
Setiles, Guadalajara, 1935-Barcelona, 2021
El notario de Hospitalet de Llobregat que sería el principal coeditor legal de Andalán entre 1974 y 1987 tras la marcha de Carlos Royo, era amigo de J.A. Labordeta desde su época en Albarracín y Ateca. Su añoranza aragonesa era grande, y pronto se sintió de casa. Trasladó su notaría en 1987 a Barcelona, donde hasta su jubilación en 2005 fue miembro y vicepresidente de la Junta del Colegio notarial.
La marcha de Carlos Royo nos dio un buen susto, pues nos hizo buscar un«sustituto» en esa tramoya de coeditor fiable: ¿cómo quedaría ahora aquel pacto de coeditar con alguien mejor visto que yo por las autoridades del Régimen? Labordeta que casi siempre tenía solución para todo, pensó en su amigo el notario de Hospitalet de Llobregat (antes lo fue en Albarracín y Ateca, y su añoranza aragonesa era grande), David Pérez Maynar, que aceptó sin condiciones –y eran aún tiempos muy difíciles– seguir como coeditor, a partir del n.º 52 (1 de noviembre de 1974). Pronto se sintió de casa, y a veces mandaba con orgullo recortes de prensa catalana sobre nosotros.
En vísperas de la Navidad de 1974, uno de Tele/eXprés que comenzaba diciendo: «Por fin ha aparecido un interlocutor racional en la polémica sobre el proyectado trasvase del Ebro. Los representantes de la revista aragonesa Andalán dieron en la mesa redonda del Colegio de Economistas muestra de una seriedad que hasta ahora habíamos echado en falta en la posición contraria al proyecto». David comentaba por detrás: «Biescas y Mainer estuvieron extraordinarios. ¡No todo son malos ratos!
Su condición, ya menos peligrosa y algo honrosa, le animó a participar en diversas actividades, relacionarse con el mundo de la cultura, firmar como un aragonés que vive en Cataluña. Así, escribió varios artículos en El Ciervo, revista cristiana progresista de fraterna relación con la nuestra, sobre “Regiones, naciones y estado en España”, en un colectivo encabezado por Lorenzo Gomis; “Verdad en Madrid, mentira en Barcelona” y “Cataluña problema y esperanza de la inmigración”. No era dado a escribir mucho, sin embargo tuvo relación con algunas empresas informativas. Fue miembro desde 1981 del consejo de redacción de la revista “La Notaría” del Colegio de Notarios de Barcelona. Asistió a actos profesionales, homenajes a compañeros… Participó desde su creación en 1986 en el Patronato de la Fundación Carles Pi i Sunyer, junto a otras figuras de la política y la cultura como Eulàlia Vintró Castells, Joaquim Nadal i Farreres, Josep M. Bricall i Massip. Profesionalmente, hubo de dar fe en asuntos concernientes al mundo de la cultura, desde la acreditación en 1990 de José Agustín Goytisolo, a los Estatutos de la Fundación Joan Miró (2004) y el convenio entre el rector de la Universidad Pompeu Fabra (Moreso Mateos) y Narcís Serra, del Institut d’Estudis Internacionales.
No pidió jamás cuentas. Recibía la revista, y alguna vez acudía a algún acto en Barcelona, como el que presenció y luego narró junto a Jesús Vived y Jesús Delgado sobre una semana aragonesa en el Centro Aragonés de Barcelona. Y en 2010 nos decía:
«… puse mucha ilusión en el único periódico que ha tenido la izquierda aragonesa después de la guerra; tenía muchos defectos pero era valiente en tiempos peligrosos y abría caminos nuevos. He pensado muchas veces por qué nunca acabasteis de admitirme como uno más entre los vuestros: hace tiempo que llegué a la conclusión de que la culpa fue mía. En aquellos años las oposiciones y mi carrera profesional me habían producido estragos y, por otra parte, una cierta ingenuidad (que todavía conservo) me impidió juzgar acertadamente lo que el equipo me pedía, seguramente con toda la razón del mundo, es decir, que ayudase sin intervenir…. Mi aventura en Andalán fue apasionante, me permitió conocer de cerca a mucha gente valiosa… y me ayudó a… mirar el mundo y la vida de una forma amable». (Fuente, necrológica en andalan.es)