25/11/2021

En el camino. Pepe Cerdá, pintor.

HA SIDO NOMBRADO ACADÉMICO DE NÚMERO DE LA REAL ACADEMIA DE NOBLES Y BELLAS ARTES DE SAN LUIS DE ZARAGOZA
“Me hago preguntas y las intento responder sobre una tela”

 

¿QUÉ SUPONE NACER EN BUÑALES Y EN ARAGÓN?

Nací allí porque nací prematuro y mi madre estaba con sus padres, mis abuelos. Mi padre estaría trabajando por las ferias de muestras de entonces en dónde todo se hacía a mano y cuadrillas de pintores y artesanos se trasladaban a la ciudad donde se celebrasen.
Al poco de mi nacimiento volvimos a Zaragoza que era donde vivían mis padres.
En Buñales pasaba los larguísimos veranos de mi infancia y en Buñales pinté mis primeros cuadros en una habitación de la antigua casa de mis tíos que yo había convertido en mi primer estudio merced a los primeros útiles que me había proporcionado mi padre.

 

RECUERDOS INFANTILES, FAMILIARES, ESCOLARES
¿ALGÚN MAESTRO QUE LE MARCARA FUTURO ARTÍSTICO?

Mis primeros recuerdos son los paseos con mi abuela paterna, una oronda mujer llamada Manuela que enviudó muy joven, por lo que mi padre pasó a ser el cabeza de familia desde la adolescencia y que vivía con nosotros.
Esos paseos eran por los jardines del Hospicio, al lado de la plaza de Toros, lo que es hoy el Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.
Aún estaba sin escolarizar.
Al poco, sobre 1965, a mis cinco años, nos trasladamos con mi padre al Torremolinos del desarrollo y las suecas. Mi abuela se quedó en Zaragoza para alivio de mi madre, una casa con dos amas de casa nunca es buena cosa.
De Torremolinos son mis recuerdos más felices de mi infancia. La playa, los nuevos apartamentos que ocupábamos con todos los adelantos de la época y que apenas se conocían en el resto de España. Imagina que en Buñales no hubo agua corriente hasta los primeros setenta. Fue como pasar de la Edad Media al Siglo XX. En España se pasó: de la cerámica al Duralex, del burro al turbo, de la madera a la Formica y del recado al slogan, justo en esos años. El crecimiento económico en esos años se estudia en todas las facultades de economía del mundo como “el milagro español”.
Sobre el 69 volvimos a Zaragoza hice unos meses de lo que se llamaba Párvulos en el colegio de Santa Rosa de la calle Azoque, en ese año hice la primera comunión. Al año siguiente me escolarizaron en el colegio de los Escolapios. Fue un empeño de mi padre que envidiaba desde niño a los alumnos de ese colegio con su bata y las “filas”, que consistían en una formación de alumnos que a la hora de la salida circulaba por distintos barrios capitaneados por un cura para distribuir a los niños por sus domicilios.
El choque entre el ambiente de la playa de Torremolinos, en la que jugaba permanentemente en bañador o desnudo, y los lúgubres pasillos de los Escolapios y la casa sin calefacción, a excepción de alguna estufa de butano, y oscura de la calle Ramón y Cajal 7, justo enfrente de los Escolapios, me produjo lo que ahora llamarían un trauma que consistió en que supe para siempre que eso que llamamos realidad es cambiante y que somos animales paisajísticos y circunstanciales.

 

¿DÓNDE Y CÚANDO COMIENZA SU AFICIÓN AL DIBUJO Y A LA PINTURA?

En mi casas, en la de Torremolinos, de Buñales o de Zaragoza, se dibujaba y pintaba de un modo natural, el sustento de la familia dependía de que los trabajos saliesen pronto y bien. En casa pintaba y dibujaba, mejor o peor, todo el mundo. Imagina una panadería familiar en dónde todos los miembros ayudan. Recuerdo que en largo pasillo del piso de Ramón y Cajal pintábamos metros y metros de fondo para belenes sobre papel de embalar. Mi padre dibujaba, luego manchaba toda la familia y mi padre terminaba. Yo era el aprendiz aventajado que se ocupaba de las palmeras y los montes lejanos y casi nunca los retocaba mi padre porque servían y esto me llenaba de un íntimo orgullo. También en navidades mi padre acudía a mi clase de Escolapios y dibujaba en la pizarra con tizas de colores una escena navideña. Esto me daba un cierto prestigio entre el resto de mis alumnos y profesores. Por eso lo hacía.

 

MOTIVOS PARA DECIDIR SER PINTOR. RECUERDOS PATERNOS

Mi padre se implicó desde siempre en mi desarrollo del mejor modo posible sin imposiciones y ayudándome desde el silencio, dejándome equivocarme, que es el modo más saludable de aprender. Yo ya era pintor desde siempre, del mismo modo que son agricultores o pastores los hijos de las familias que se dedican a eso y que ayudan en casa.
Lo que descubrí más tarde, en la adolescencia, que los pintores rotulistas, publicitarios o decoradores de aparatos de feria (que era mi caso entonces) no eran artistas y que eran tratados condescendientemente por los que se consideraban artistas y llevaban boina existencialista.
Este asunto me preocupó. No entendía por qué dibujantes tan maravillosos de tebeos como Alex Raymod, Milton Canif, Alex Forster, etc. Tebeos (aún no se llamaban Comics) que tenía a centenares en casa no ocupaban ni una línea en la enciclopedia de Historia del Arte que tenía en casa. En mi casa familiar había muchos más libros que en las casas de mis amigos. Y la gran mayoría versaban sobre pintura y arte.

 

ESTUDIOS DE PINTURA.CASA VELÁZQUEZ DE MADRID. RECUERDOS Y EXPERIENCIAS

La palabra autodidacta no se adecua a lo que fue mi formación ya que sin salir de casa tenía los cursos prácticos y teóricos que ningún aspirante a pintor podía soñar en aquella Zaragoza. Libros del pintor americano Loomis editados en Argentina ya que se reproducían numerosos desnudos, monografías de centenares de pintores y escultores, varias historias del Arte, etc. Además de esto todas la herramientas y materiales necesarios. Y por si me faltaba algo cuenta abierta a mi nombre para comprar en: la droga Jordán, en Pincolor y en Crespo (las tiendas de materiales de referencia en la época).
Más tarde estuve en una academia que montó Gregorio Millas, que se llamaba Camile Corot. Empecé a exponer y a leer los libros que leían los artistas, los de Kandisky, la apariencia desnuda, de Octavio Paz, la Vanguardias artísticas de Mario de Miqueli, Conversaciones con Duchamp, y muchísimos más.
Un poco más tarde gané dos veces el premio nacional de Arte Joven y me incluyeron en “La muestra de arte Joven” que itineraba por España.
También empecé a asistir a encuentros de artistas patrocinados por la administración. En Cabueñes, en Castellón, etc. Eran como campamentos de la O.J.E. en posmoderno. De hecho ocupábamos las mismas instalaciones que entonces dependían del Instituto de la Juventud. Conocí a Ministros que daban los premios, de soledad Becerril a Matilde Cervantes.
En 1988 conseguí la beca de la Casa de Velázquez. Y ahí cambio mi vida verdaderamente. Fui el primer becario aragonés. La Casa de Velázquez es un edificio imponente. Tiene una enorme biblioteca que es el corazón de la casa. Estudios maravillosos para los artistas, etc. Un paraíso
Es una institución francesa que depende del Ministerio de Educación Nacional y de la Academia de Bellas artes Francesa. Casi todo el mundo era Francés en la casa lo que me sirvió para mejorar mi oxidado francés de los Escolapios.
Durante todo este tiempo seguí pintando aparatos de Feria en las fábricas que los construían. Alternaba mi desdén artístico con el stajanovista y periódico trabajo en las fábricas metalúrgicas.
Desde hacía tiempo pasaba temporadas en Madrid ya que pintaba los aparatos que construía una empresa que estaba en el Polígono Cobo Calleja, exactamente entre Pinto y Valdemoro, para más señas.
Lo de no ganarme la vida con la pintura es algo que nunca se contempló en mi caso. Sencillamente esa posibilidad no existía.
Tras mi traslado definitivo a Madrid mi padre se ocupó de las empresas de Zaragoza y yo seguí con la de Madrid.
En aquella época alternaba la pintura en la fría, ruidosa y desapacible, fábrica de aparatos de feria con la que hacía en mi confortable estudio de la Casa de Velazquez, justo al lado de la piscina.
Madrid era una fiesta continua en aquella época y yo era joven.

 

ETAPA DE PARÍS ,CONTACTOS .EXPERIENCIAS.EXPOSICIONES.. RECUERDOS PROFESIONALES

La beca de la Casa de Velázquez terminó. Bruscamente. Como terminan las cosas importantes. Al confort uno se acostumbra con facilidad. Y de pronto me vi a la intemperie. Tenía dos alternativas: volver o seguir. Siempre he sabido que hasta una cierta edad se sabe cual es el camino correcto porque es cuesta arriba. Así que elegí irme a Paris. Me fui sin saber a dónde ni porqué. Me fui por nematologia, porque era la costumbre. De París hablan mucho los que no han vivido, tan sólo visitado, en ella; o los que han vivido pero el costo exorbitado de su estancia la han pagado otros, funcionarios, empleados de multinacionales, etc. Para los que es tan sólo un mapa turístico es una ciudad encantadora, para los que les pagan la estancia: un experiencia muy enriquecedora. Pasa un poco como con las guerras: los que más hablan son los que no han combatido.
Yo tenía la costumbre de vivir de mi trabajo, pero los precios y la dureza de París excedían con mucho mi capacidad de generar ingresos. Me ayudó mi aún amigo el pintor chino Xiao Fan, un autentico superviviente. Me fue introduciendo en su círculo de compradores, con una generosidad inaudita para un oriental, también Fernando Latorre, con una galería recién inaugurada en Zaragoza, ayudo en los primeros años. De Xiao Fan aprendí que lo que explica la Biblia del maná, es decir del sustento que cae del cielo para los que van dónde tienen que ir, existe.
Empecé a exponer, no sé ni cómo, ni porqué; quizá porque el milagro es lo único probable, en París, en Basilea, en Utrecht…y así pasaron una decena de años.

 

BASILEA. UTRECH.CONTACTOS.EXPOSICIONES

Una exposición te lleva a otra, un coleccionista a otro. Lo recuerdo todo frenético, con importantísimos gastos fijos e ingresos inciertos e irregulares. De esto casi nadie habla porque es de mala educación pero el sentimiento común de todo eses periodo es la angustia . Trufado de grandes veladas en las que todo se olvidaba.

 

EXPOSICIONES IMPORTANTES DE LAS QUE GUARDA BUEN RECUERDO

De todas en general. Cada una de ellas me ha construido.

 

¿CÓMO DEFINIRÍA SU PINTURA?

No soy pintor figurativo, no soy pintor abstracto, no soy pintor moderno. Me hago preguntas y las intento responder sobre una tela y tensada en un bastidor.Las cosas artísticas, por otra parte, deben tener algo de sustancia, algo de mágico, de casual o de inexplicable, algo evidentemente cierto pero imposible de contar de otro modo

 

¿CÓMO SE GESTÓ LA EXPO SEMBLANZAS. CÓMO FUE LA EXPERIENCIA CON FACULTATIVOS Y CON TRABAJADORES?

La pinté en pleno confinamiento. Estar confinado para un pintor es menos grave que para otros oficios. Mantengo relación por internet con pintores de todo el mundo y algunos de Londrés propusieron en Facebook pintar un retrato al primer sanitario que les enviase una foto en su trabajo. Yo copié y pegué en mi muro el mensaje tal como me sugerían mis colegas ingleses y a los minutos tenía centenares de fotos para pintar. Pinté al primero: a Rubén García Gabo y después, sin nigun proceso de selección especial vinieron los otros.

 

PREMIOS Y DISTINCIONES

Los premios no se esperan y si se conceden se agradecen. En mi caso no me influyen en absoluto y es una consecuencia de cumplir años de carrera. Tengo amigos a los que les han concedido todos y otros, excelentes artistas, a los que no se les ha concedido ninguno.

 

ACADÉMICO NUMERARIO DE BELLAS ARTES.¿TEMA DEL DISCURSO?

No sé. Quizá hable de la vida y la pintura, como en esta entrevista.

 

FACETA DOCENTE. ALUMNOS

Cuando doy clases procuro hacer lo que hizo mi padre conmigo. Básicamente favorecer y no entorpecer. Insuflar confianza en sí mismos a los alumnos y dotar de herramientas materiales y conocimientos a medida que se vayan necesitando.

 

¿CÓMO VE LA PINTURA ARAGONESA Y ESPAÑOLA EN ESTE MOMENTO?

Hay un claro renacer en todo el mundo de la pintura. Internet facilita los contactos

 

PINTORES ARAGONESES Y ESPAÑOLES QUE CONSIDERA DEBEN SER CITADOS

Aparte de los sobradamente conocidos, de los jóvenes en Aragón me interesa Paco Lafarga y en España pintores como Irene Cuadrado o Alberto Martín Giraldo.

 

¿QUÉ ES PINTAR Y CREAR PARA PRPE CERDÁ?

Me gusta mucho la idea que Levi Straus expresa, en una conversación con Dubufet que leí hace tiempo, en la que afirma la admiración por la pintura es precognitiva. Según esto naceríamos con la predisposición a ser sensibles a la pintura, del mismo modo que nacemos con la capacidad de aprender a hablar.

 

JOAQUIN CALLABED

Fotografía de Pepe Cerdá, de Columna Villarroya