Las andanzas de Alfredo Castellón

Pocas personas en la cultura aragonesa son tan merecedoras de respeto y cariño como este Alfredo Castellón, siempre dulce en el hablar, siempre afectuoso, lleno de buenas noticias. Su obra, oculta un tiempo por el desorden de las memorias, va siendo conocida y reconocida. Lo es, por ejemplo, ahora, con la edición de un primoroso libro/disco, editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que ofrece la casi mítica adaptación cinematográfica que Alfredo y Eduardo Mann hicieron de “Platero y yo”.

Alfredo que anda en sus juveniles primeros ochenta años, es un realizador de televisión de los pioneros que trabajaron en TVE casi desde que está comenzó, en 1956. Ha realizado todo tipo de programas, lo que siempre forma, para especializarse pronto en los espacios dramáticos y realizando numerosos programas de Primera fila, Novela o Estudio 1. Expertos han alabado la calidad en sus versiones de, por ejemplo, El ávaro, de Molière, Puebla de las mujeres o Vía Crucis, de Gerardo Diego.

Series tan populares como La casa de los Martínez, Visto para sentencia o El último café, contaron con su sabia cámara. Un hito extraordinario lo marcó el rodaje en 1987 de Las gallinas de Cervantes, basada en la obra de Sender, y protagonizada por Miguel Rellán y José María Pou, que obtuvo el Premio Europa de Televisión. En 1991, en el espacio Mujeres, hizo una semblanza de la escritora María Zambrano, su maestra yamiga a la que ha tratado y estudiado asiduamente. “Platero y yo”, el libro, se lee con la frescura del primer plumazo de Juan Ramón Jiménez. La película, que guarda toda la pureza de su escenificación andaluza, fue presentada hace algunas semanas en la Filmoteca con éxito. A ver si esto anima a las autoridades culturales a fijarse en este excelente profesional y esta bellísima persona.

Alfredo Castellon y Raul Artigot