Bibliotecas en Dublín
Recuerdo a Tito Livio cuando habla de su biblioteca:
“Cuando llega la noche, vuelvo a mi casa y entro a la biblioteca. Me despojo en los umbrales del traje de diario y me pongo paños curiales y regios. Vestido decentemente entro en la “Antigua Corte de los Hombres Antiguos” donde soy recibido amistosamente por ellos y me nutro de aquel alimento que solo es mío y para el que yo he nacido y me transfiero eternamente a ellos”.
Irlanda, con 4 premios Nobel de literatura quiere mucho a los libros. Sus bibliotecas están a la altura de sus escritores. Trinity College, Chester Beaty, Mars’h Library y la Biblioteca Nacional son verdaderas perlas que rezuman amor a los libros los grandes indicadores de la historia porque ayudan a comprender el alma humana. En ellos se respira la vida sedimentada del conocimiento, la apoteosis del saber.
La biblioteca del Trinity College tiene 64m x 12’2m ordenada al ritmo de los bustos de Shakespeare, Cicerón, Platón, Aristóteles, Sócrates y Homero. Está dotada con 3.000.000 de libros y más de 2.000 manuscritos. El libro de Kells es la joya más preciada. Escrito en el año 800 contiene el texto en latín de los cuatro evangelios. Repleto de cruces, cálices, blasones y fíbulas. Es la noticia milenaria de una resistencia hecha símbolo (sólo se ve una página cada día),
Chester Beatty presenta una de las mejores colecciones del mundo de libros chinos realizados en jade, miniaturas de la corte imperial India, manuscritos iluminados persas. Las grandes religiones del mundo: judaísmo, cristianismo, islam, budismo e hinduismo. Magníficos ejemplares del Corán, el poema del amor egipcio de 1.100 a. de C. y una gran colección de escritos del Antiguo Testamento. Los manuscritos del Corán representan una de las más refinadas expresiones de la caligrafía y la iluminación islámica. Había una exquisita muestra de grabados de Rembrandt sobre la Biblia.
Mars´h Library se construyó en 1701 y es la primera biblioteca pública de Irlanda. Tiene severos estantes de roble oscuro cada uno con faldón esculpido y rotulado, por encima una mitra. Hay 3 elegantes alcobas o jaulas donde se encerraba a los lectores que querían consultar libros raros. Originariamente muchos libros estaban encadenados y cada una tenía un gancho metálico atado a una cadena con un anillo en un extremo que corría a lo largo de una vara de madera atada a cada estante. Tiene 25.000 libros en las colecciones Stillingfleet, Bonberean, Stearney arzobispo Marsh La acogida es excelente. Cuando los empleados ven en el libro de firmas que procedo de España, me presentan a la bibliotecaria Murrel Mc. Carthy que me facilita un folleto explicativo en castellano, catalán, gallego y euskera. Le hablo de la fabla aragonesa que despierta su interés. Chuse Aragüés le envió el folleto traducido a la fabla.
En la Biblioteca Nacional se exhibe una muestra sobre la vida y obra de Yeats. El poeta quiso a su tierra con desdenes y pasiones, con sueños y huidas. En el parque St. Stephen tiene un homenaje escultórico. Maud Gonne fue para siempre su diosa blanca. Se recrea su biografía mientras una voz en off recita sus poemas, que se proyectan en pantallas sobre paisajes cambiantes de su vida. Hay delicados rincones para exponer sus cartas y poemas a los amores no correspondidos. Leo un poema de “Los cisnes salvajes” de Coole
“Esta noche ha sido tan extraña
que parecía que se me hubiera puesto el pelo de punta
Desde la caída del sol he soñado
que mujeres sonrientes, tímidas y salvajes
entre el sonido de sedas o encajes
subían entre crujidos de escaleras
y habían leído todas mis rimas
de esa cosa monstruosa que es
el amor devuelto pero no correspondido”.