Selección intencionada de textos de Eloy Fernández Clemente

“Lector: Quizás oiga Ud. hablar de Andalán por primera vez. Pero es un viejo sueño de hace ya varios años al que algunas desmoralizadoras dificultades han decantado sin lograr vencer. Aquí está…Aragón es una región árida, en gran parte desolada y dura. Ha exportado muchos hombres grandes. Ha sufrido una penosa carga histórica entre el secular centralismo y la gran vitalidad de las regiones vecinas. Desfigurado por una serie de tópicos, confusamente folklorizado, debilitado en su más profundo sentir, Aragón debe encontrar su ser más auténtico…”

(Del editorial del primer número de Andalán, 15 de septiembre de 1972).

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“El Partido Socialista de Aragón (PSA) es un partido joven: cuenta estrictamente 15 meses cumplidos. Salió a la luz muy poco después de la muerte del general Franco, cuando era posible formar un partido político. Es el resultado de años de esfuerzo llevados a cabo aislada o colectivamente por muchas docenas de aragoneses –de cuna o de ejercicio, tanto monta—en los “años difíciles”. Su historia, reducida a los hitos cronológicamente más salientes, se ofrece aquí como testimonio documental de lo que era, también, el curso de las cosas en el territorio aragonés…

Si amas profundamente esta tierra, si piensas que nuestra sociedad debe cambiar de arriba abajo y permitir el nacimiento de un hombre diferente, es muy posible que en estas páginas haya un mensaje importante para ti, y surja el diálogo y estrechemos nuestras manos porque “entre todos hay que levantar”.

(De “Socialismo aragonés, el PSA y sus gentes”, 1977).

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“La Gran Enciclopedia Aragonesa va dirigida a todo Aragón –mujeres y hombres, mozos y viejos—con la meta de una unidad fundamental ante el futuro, ya a mitad de camino entre la utopía y la esperanza. Hemos de conseguir, esforzadamente, una cota máxima de respeto mutuo y de autorrespeto colectivo, de diálogo y de conocimiento, de estudio y estima del pasado histórico, la cultura, la realidad social y la económica”.

(De la presentación de la Gran Enciclopedia Aragonesa, Tomo I, 1980).

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“Si todos somos hijos de nuestras obras, ellas lo son de nuestras circunstancias, y las mías han escrito fuerte sobre un material endeble, pero quizá dúctil. He tenido tantas trayectorias torcidas como oportunidades infrecuentes, tantos esfuerzos autodidactos baldíos como maestros y compañeros de excepción”

(De la introducción a “Estudios sobre Joaquín Costa”, 1989)

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“Quién fue Costa: …”Enfrentado al sistema del turno de partidos y a la corrupción que suponían la oligarquía y el caciquismo, sus denuncias de las torpezas y los egoísmos de los políticos serán como truenos en el desierto, pero su influencia moral va alzándose progresivamente. Líder del movimiento regeneracionista, propone soluciones políticas, pero sobre todo económicas y sociales. Sus propuestas de “escuela y despensa” comportan la europeización del español, la mejora de nuestra agricultura mediante una eficaz política hidráulica, el prestigio de una renovada marina que permita aún potenciar la política exterior y la presencia colonial”.

De “Síntesis biográfica” en Estudios sobre Joaquín Costa, 1989).

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“Reivindicar haber sido reino, con aire de superioridad sobre los que no hayan tenido privativamente esa condición, carece de sentido. Seremos alguien si somos capaces de conquistar nuestro propio sistema de autogobierno, y de desarrollar en nuestra sociedad un alto grado de conciencia cívica, social, política, que provendrá de un sistema educativo y un desarrollo de la cultura viva, promovidos y potenciados por todos los medios. Por lo tanto es un asunto que tiene que ver con nuestros usos y costumbres, y de ahí con nuestro Derecho; con nuestra Historia y nuestra Cultura, ricas en señas de identidad, que es preciso conocer para saber quién somos y por qué; con nuestro nivel real de bienestar, de trabajo, de desarrollo intensivo y equilibrado del territorio; con el grado de participación de todos en todo lo que nos compete.

Eso, me parece, es la esencia del aragonesismo que hemos ido bebiendo, al menos la generación  a que pertenezco…”

(De “Aragón sí tuvo una clara identidad histórica”, en “Los nacionalismos”, 1994).

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“Seas o no de esta tierra, país, pueblo y paisaje, es muy posible que sepas que eso aquí no nos importa mucho: tenemos por aragoneses a cuantos así se consideran, porque nacieron y viven aquí o marcharon lejos pero desean seguir siéndolo; a cuantos aquí llegaron, hace mucho o poco y trabajan, luchan, viven entre nosotros, vengan de donde vengan. Nos alegra pensar que así les ocurre a ellos también desde la primera generación. Y si yo hubiera acertado a transmitirles a unos y otros la huella de los que nos antecedieron en una época decisiva, quiero pensar que quizá les resulte apasionante seguirla y conocerla.”

(De “Gente de orden, Aragón durante la dictadura de Primo de Rivera”, 1997).

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“Hablar de Zaragoza en el siglo XX es iniciar la mirada sobre una ciudad de apenas 100.000 habitantes, casi aún un poblachón monegrino, isla con sus huertas sobre la estepa, de calles embarradas y llenas de baches, y llevarla, con todos sus avatares, hasta nuestros días, en los que la gran capital del Ebro rebasa los 600.000 residentes y es una gran urbe industrial, comercial, financiera, universitaria, que ocupa el quinto lugar de España y mira a la Unión Europea con esperanza”.

(De “Zaragoza en el siglo XX”, 1999).

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“Seguramente, a pesar de mi cierta tendencia a la exhaustividad, me temo que olvidaré árboles frondosos y de rica sombra, y puede que de queridos amigos; no es desconsideración, sino torpeza, y pido por ello ya disculpas. Aun así, espero que el paisaje no quede confuso, cerrado y lleno de nubes, sino despejado, claro y ojalá luminoso”

(De “La Ilustración, la Economía aragonesa y la Cátedra de Economía y Comercio”, 2003).

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“A pesar de tantos mimbres y el gran atractivo de la empresa, confieso que me asustaba una salud fatigada y una edad ya nada juvenil, aunque contaba con que en esa tarea iba a estar muy bien acompañado por las personas e instituciones promotoras, por los futuros autores y por esa élite lectora que hemos bregado para ampliar y afirmar. Y a ello me puse, asumiendo (tras la dirección de Andalán, hace más de treinta años, de la Enciclopedia Aragonesa hace un cuarto de siglo, y otras muchas tan hermosas como duras) esta tarea como mi “penúltima aventura” cultural. Porque el último cartucho, que quizá ya nunca se dispare, conviene tenerlo bien guardado en la recámara…”

(De “La historia de una colección”, la Biblioteca aragonesa de cultura, 2007).

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“Porque Zaragoza es, sin duda, la gran capital de un viejo reino, renacido gracias a la democracia, las libertades, la autonomía. Sus habitantes lo han comprendido en las tres últimas décadas y según una encuesta reciente más del 80 por ciento de los aragoneses quiere para su comunidad el máximo de autogobierno que permite la Constitución. Lo que no es todo, pero es un ancho camino por el que caminar, en y junto a todo el resto de España”.

(En el capítulo “Aragón durante la transición democrática”, de la Historia de Aragón dirigida por Eloy Fernández Clemente, 2008).

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“En la estela de los más grandes aragoneses contemporáneos (Goya, Costa, Cajal, Buñuel), la figura de José Antonio Labordeta crece al alejarse de nosotros para siempre. Su trayectoria, su obra, su mensaje, van a permanecer sin duda, alertando y estimulando en tiempos de crisis y depresión, no sólo económica sino también democrática, social, de valores.”

(Artículo en Heraldo de Aragón, 20 de septiembre de 2010).

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“-Está con sus memorias…

-Sí, en dos o tres semanas acabo el primer tomo de tres, quinientas páginas cada uno.”

(Entrevista en “El Periódico de Aragón, 3 de octubre de 2010).