05/11/2010

Impresiones de un viaje a la ciudad encarcelada (III).
De Argel a El Aaiún, 24-09 a 1-10

Objetivo conseguido

3. Algunas consideraciones, a modo de conclusión.

● Es conveniente que, en base a la apertura de fronteras interesada para su propaganda por parte de Marruecos, esta brecha que permite la entrada de la brisa y del aire fresco se aproveche para trasladarle a la población saharaui del interior la evidencia de que no están ni nunca han estado solos como se les ha intentado hacer creer; y, en ese trabajo, las Asociaciones tienen un papel decisivo, debiendo incorporar esta tarea y todas las que supongan atención y apoyo a la población del Sáhara ocupado a todas las otras que se les dispensan a los habitantes de los campamentos. Allí es menor la necesidad de recursos materiales, o al menos en apariencia no es tan evidente, pero es tanta o mayor la necesidad de experimentar el calor de la solidaridad y el apoyo a su lucha y a sus reivindicaciones colectivas, verdadera vanguardia en el enfrentamiento con el Reino de Marruecos y sus interesados apoyos.

● Ese trabajo, que tendría que coordinarse a través de CEAS, de la representación del Frente Polisario y del Comité de Enlace, debería de buscar un primer nivel de efectividad activando e incentivando la visita de delegaciones en representación de los parlamentos, partidos políticos, sindicatos, gobiernos autonómicos y locales que constaten la existencia de este clima continuado de tensión y de represión constante sobre los derechos y libertades de la población y denuncie una y otra vez la existencia de presos políticos en las cárceles de Marruecos.

● Igualmente, se debería de propiciar la presencia de periodistas y equipos de filmación que ayuden a un mayor y mejor conocimiento de la realidad del Sáhara lejos de toda visión propagandística o edulcorada.

● Al mismo tiempo, deberían de prepararse grupos de observadores civiles, integrados por miembros de las asociaciones y otros posibles voluntarios, que estén en disposición de viajar al territorio del Sáhara Occidental cuando la situación o las necesidades manifestadas por los activistas lo requieran, para constituir una testimonio vital y permanente de las dificultades que se viven a la hora de intentar ejercer cualquier derecho y los informadores de primera mano en todo caso de violencia o de represión ejercida contra los saharauis o los propios observadores. Ya que la MINURSO no es capaz de incluir entre sus tareas la defensa de los derechos humanos en el Sáhara la sociedad civil, española e internacional, asumirá esas funciones para que no se hagan gravosas las consecuencias de esa omisión, que algunos podrían juzgar de interesada y parcial. La sola presencia de estas personas y su actitud firme y rigurosa y a la vez pacífica y ajena a cualquier provocación será ya, de por sí, un freno para todos los abusos y excesos propios de los mecanismos represivos.

● Esta tarea debería de ser asumida por personas con madurez y carácter, hombres y mujeres plenamente conocedores/as de la situación y preparados/as para la misma mediante el conocimiento previo de un protocolo de actuación que deberá de elaborarse e integrarse a cada uno/a de los/as participantes y con un gran sentido colectivo del trabajo ya que su mayor y más eficaz seguridad depende de la cohesión y eficiencia del grupo en cuanto tal.

● Para llevar a cabo recomendaría, por fin, que se dotara a los/as observadores/as de una credencial individual otorgada por la Federación de Asociaciones de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos – España que acredite su preparación y su participación en esa actividad y hasta que se contemple, y no es algo meramente anecdótico, la posibilidad de dotarse de alguna prenda, emblema o distintivo que identifique en todo momento la labor ejercida.

● Trabajar desde la perspectiva de que el acompañamiento y la coexistencia con una población encerrada durante años y años de plomo y pesadilla constituye una tarea prioritaria para la legitimación de unos concienciados luchadores, con mayor nivel de conciencia y de implicación que la mayoría de los habitantes de los campamentos quienes, en razón de sus condiciones de vida, se muestran más preocupados por la subsistencia como forma de resistencia  que por la lucha activa.

● Construir idéntica solidaridad con el pueblo Sauri del interior cómo la que se ejerce con la población de los campamentos en base a la verificación y el encuentro con la existencia de un único pueblo que ha vivido y aún vive dos experiencias vitales diferentes llamadas a confluir por su voluntad soberana. En ese sentido, algunas de las costumbres varían significativamente, aunque esa constatación debería de ser el fruto de una cuidada observación que se asimilase en base a la delicadeza de cada cuál.

Observadores y activistas

Un mismo y único pueblo nos espera, en este caso inmerso en una lucha que sabe decisiva aunque costosa y vital para el futuro de su pueblo y la conquista de su soberanía. Un objetivo primordial que nosotros no deberíamos sino de apoyar y reforzar.