La Internacional Socialista y las protestas del Norte de África
En las últimas semanas hemos asistido a un movimiento democrático de protesta, que se ha extendido desde Túnez a varios estados del Norte de África y a otros países árabes (Yemen y Jordania). Todos los estados norteafricanos tenían en común la existencias de regímenes formalmente democráticos (pero, en realidad, con prácticas claramente autoritarias) y sus fuertes vínculos con la Unión Europea, para la que eran importantes aliados, al mantener la estabilidad política en la zona, reprimiendo cualquier movimiento islamista y, de paso, también los movimientos democráticos.
Precisamente este interés por disponer de gobiernos estables ha llevado a la Unión Europea a cerrar los ojos ante prácticas represivas que habría condenado en cualquier otro lugar del mundo. Si la actitud de los estados europeos ha sido fundamentalmente para mantener el status quo durante décadas, la responsabilidad no ha estado sólo en sus manos, sino también en las de la Internacional Socialista, que ha acogido (y salvo en el caso de Túnez, aún acoge) en su seno a los partidos que ahora crítica, que realizaban políticas incompatibles con la carta ética de la organización.
– En Túnez, la Asamblea Constitucional Democrática del presidente Zine El Abidine Ben Ali, tenía 161 de los 214 diputados. Todavía el 13 de enero, la IS hacía una declaración muy moderada sobre la situación de éste país, llamando al gobierno «a aprovechar este momento para establecer los cimientos de una sociedad más inclusiva y justa para todos los tunecinos». Cuatro días más tarde, cuando Ben Ali había abandonado ya el país y su partido se desmoronaba, la IS hacía una nueva declaración: «Una decisión ha sido tomada por el Presidente junto al Secretario General, en conformidad con los estatutos de la Internacional Socialista, de cesar la membresía de la Asamblea Constitucional Democrática (RCD) de Túnez. Esta decisión, en circunstancias extraordinarias, refleja los valores y principios que definen nuestro movimiento y la posición adoptada por la Internacional con respecto a los desarrollos en ese país».
– En Egipto, el Partido Nacional Democrático obtuvo en las últimas elecciones el 81,0 % de los votos y 420 de los 518 escaños (hay 10 vacantes), configurándose prácticamente como partido único (el siguiente partido tiene el 1,1 % de los votos y 6 escaños). Hosni Mubarak fue vicepresidente de Egipto entre 1975 y 1981, y desde este último año es Primer Ministro. El 29 de enero, cuando el Viernes de la ira se había saldado con 29 muertos, la IS hizo también una declaración muy moderada sobre la situación de ese país, en la que se afirmaba que la IS «esperaba un mensaje del Presidente Hosni Mubarak al pueblo de Egipto que mostrara un claro camino hacia el cambio – un cambio político, un cambio social y un cambio económico… El cambio político significa la eliminación de todas las restricciones para la celebración de elecciones libres y justas… Esto estuvo ausente en el discurso del Presidente Mubarak, tal como ha estado ausente en la vida política de Egipto». El texto no hace ninguna autocrítica por el apoyo de la IS a Mubarak ni –por supuesto– le pide que abandone el poder, ni expulsa o suspende de afiliación a su partido, y termina con afirmaciones tan bellas como insustanciales, como que la «IS se mantiene junto a las fuerzas democráticas y al pueblo de Egipto tras la visión compartida de un mundo que sea más libre y justo, y donde puedan florecer sociedades humanas, incluyentes y democráticas…».
– En Marruecos, la Unión Socialista de Fuerzas Populares es uno de los partidos que forman parte del Gobierno. Es el quinto partido parlamentario, con el 8,9 % de los votos, y 38 de los 325 diputados (pero el partido más votado sólo tiene el 10,9 % de los votos, y el que dispone de más escaños tiene 52). Ejerce cuatro ministerios, entre los que está el de Estado. Con respecto a los sucesos de noviembre del año pasado en el Sahara Occidental, la IS se limitó a aprobar una resolución dando «su apoyo a la Presidenta del Comité Mediterráneo de la IS, Elena Valenciano (PSOE, España), en su trabajo con ambos partidos miembros de la IS, la USFP de Marruecos y Polisario de Sahara Occidental, con miras a establecer un entendimiento entre ellos». Es necesario señalar que, a pesar de esta afirmación, el Frente Polisario no es miembro pleno de la IS, sino únicamente observador.
– La excepción a este panorama la constituye Argelia, donde el Frente de las Fuerzas Socialistas, con base en la Cabilia, se encuentra en la oposición, habiendo boicoteado las elecciones de 2002 y 2007.
P.: El 31 de enero, el mismo día en que se publicó este artículo y con posterioridad a su publicación, la IS remitía una carta al PND, comunicándole su expulsión. En ella se afirmaba que «los actuales llamamientos que los ciudadanos de Egipto hacen masivamente hoy en favor de libertades y derechos, indican el dramático fracaso del gobierno egipcio de responder a su pueblo y del NDP de dar cumplimiento a sus promesas. El uso de la violencia, con un resultado de muertos y heridos, es totalmente incompatible con las políticas y principios de todo partido socialdemócrata en cualquier parte del mundo. En consecuencia, consideramos que un partido en gobierno que no escucha, que no actúa para iniciar inmediatamente un proceso de cambio significativo en estas circunstancias, no puede ser un miembro de la Internacional Socialista».