Parma y su escuela de pintura
Correggio, La virgen de San Jerónimo
- Parmigianino, La esclava turca
Parma es una ciudad poco conocida. Parece decir “quien quiera que se acerque”. Me la descubrió un bibliófilo y poeta zaragozano que trabaja en Italia. Tiene un porte elegante y natural, con historia decantada y con joyas artísticas bien cuidadas. Como el gran dinero, es discreta.
Parma es conocida en la historia por el reinado de Maria Luisa de Austria y por “La cartuja de Parma de Stendhal”. La tradición musical tiene dos figuras clave en Verdi y Toscanini. En la de pintura Correggio y Parmiginiano alcanzan un registro muy alto. Sus iglesias del Duomo, San Juan y la Stecatta compiten en belleza con cualquier ciudad. El teatro Farnesse reconstruido de sus cenizas habla del nervio artístico de los parmesanos
Parma perteneció a la liga lombarda desde 1513 que era la unión de villas güelfas partidarias del papa y los gibelinos partidarios del emperador. El papa Paolo III confió Parma a su hijo Pedro Luis Farnese y la dinastía reinó hasta 1731 contando con numerosos mecenas coleccionistas y protectores de las artes y de las letras.
De 1748 y hasta 1801 gracias al matrimonio de Felipe V de Borbón -hijo de Felipe V de España- e Isabel de Farnesio, hija preferida de Luis XV tuvo un periodo de influencia francesa con sus pintores y escritores. Los Borbón Parma tenían su Versalles en Colorno al Norte de la ciudad. Y están enterrados en la iglesia de la Stecatta.
El hotel Stendhal es un buen punto de reposo y punto próximo para llegar al corazón artístico de la ciudad. Allí repaso mis notas del cuaderno de viaje al atardecer.
Mis ojos se abrieron un poco mas ante la obra de Correggio (Antonio Allegri) y Parmigianino (Antonio Mazzola). Llevo una semana recorriendo la Emilia Romaña y mi retina se reblandece con estos vibrantes colores de la escuela de Parma que según los críticos facilitaron la transición del Renacimiento al Barroco.
Correggio es un virtuoso del claroscuro con una sensualidad , una luminosidad y una alegría en su paleta que parece anunciar el XVIII francés . Recuerdo su “Leda y el cisne” que parece presagiar “Le déjeuner sur l´herbe” de Monet. Una gran sala interior de la galería Nacional recoge sus delicadas obras “La virgen de San Jerónimo”, ”Madonna della scodella” y “Madonna della scalla”.. La llamada Cámara de Correggio era el refectorio de la abadía de los benedictinos de San Pablo. Los frescos mitológicos de la cúpula son su primera decoración monumentasl. Se observa la influencia de Mantenga, a quien conoció en Padua, especialmente en los motivos florales y arquitectónicos.
Parmigianino fue un espiritu inquieto y melancólico. Tomó lecciones de Correggio y conoció en Roma a Rafael y Miguel Angel. Estilizó sus figuras con colores nuevos a menudo fríos característicos del manierismo como en “La Virgen del Cuello largo” de Uffici. Creó un canon de belleza femenino que influyó en los manieristas europeos. Decoró la iglesia de San Juan Evangelista y la Stecatta.,Su obra “La esclava turca” es una de sus obras más bellas en la galería nacional. Practicó la alquimia y murió desesperado cuando solo tenía 37 años.
El Duomo, de estilo romano-lombardo, con un campanile gotico, tiene en la cúpula frescos de Correggio sobre “La Asunción de la virgen”. En el transepto “La Deposición de la Cruz” del escultor Antelani.
El Baptisterio es otra joya arquitectónica, muy próximo a la Catedral. Es de mármol rosa de Verona y de levanta sobre un plano octogonal obra de Antelani en el siglo XIII
La Galeria Nacional, contiene obras de las escuelas emiliana, toscana y veneciana y también arte románico y pintura sobre madera como la del Beato Angelico con su “Virgen de la humildad”. Hay un Leonardo,”Cabeza de adolescente”. Tiepolo, Greco, Murillo, Garofalo,”El Erasmo de Rotterdam” de Holbein el joven, los Carracci, Guercini con “Susana y los viejos”, Brueghel, Canaletto, Bellotto, Dosso Dosi completan esta delicada muestra de arte.
La farmacia -de San Juan- del siglo XIII tiene aire mágico, misterioso y alquímico con estructuras de madera y decoración de bóvedas del siglo XVII . Se observa chimeneas, alambiques, balanzas con unidades de medida en dracmas y escrúpulos que corresponden a 1,20 g y 3,30 g. Hay un águila de madera y mobiliario del manierismo tardío. Hay retratos de médicos de la antigüedad con hábitos humanistas. Una bella sorpresa.
Me despido de Parma viendo la ópera Rigoletto. Una producción propia del teatro regio de Parma. Una grata ciudad.