01/03/2011
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Crónica del Centenario de Costa. Noticias de febrero
Tal y como habíamos anunciado, el día 8 de febrero de 2011, cien años después de su muerte, se iniciaban con los actos de Graus las conmemoraciones del Centenario de Joaquín Costa. Hubo la tradicional ofrenda de flores, este año reforzada por más autoridades, familiares de Costa, costistas. Luego, en el Espacio Pirineos, se proyectó un documental de Eugenio Monesma, “Joaquín Costa, la conciencia de España”, ante un público entusiasta y respetuoso. Asistieron a los diversos actos el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias y varios consejeros de su Gobierno.
Dos días antes, El Periódico de Aragón había ofrecido un buen suplemento sobre la efemérides, y obsequiado a sus lectores con el facsímil de Martínez Baselga “¿Quién fue Costa?”. También dedicaron buenos suplementos Heraldo de Aragón y el Diario del Alto Aragón, el mismo día 8. En este última aparecía la foto de los costistas reunidos en Huesca en 1983, que reproducimos.
En ella figuran de izquierda a derecha y de pie: Alberto Gil Novales, Fermín del Pino, José Manuel Mata, Agustín Sánchez Vidal, George J.G. Cheyne, Alfonso Ortega Costa, Carlos Serrano, Asunción Cheyne, José R. Bada, Simeón Martín Rubio, José María Auset Viñas y su hijo José María, Jacques Maurice y Jesús Delgado Echeverría. Agachados, Lorenzo Martín-Retortillo, Eloy Fernández Clemente, Alfonso Ortí y una persona no identificada.
El día 11, en el Paraninfo, pronunció una aplaudida conferencia el más veterano de los costistas, excelente hispanista norteamericano, Gabriel Jackson. Le presentó Eloy Fernández, que dijo de su estudio sobre Costa, iniciado con una tesis doctoral en Toulouse en 1952, se plasmó en el libro Costa, Azaña y el Frente Popular y otros ensayos, publicado en 1976. Jackson ha afirmado que “Costa era uno de los gigantes intelectuales de finales del siglo XIX en España… más o menos como una mezcla de Thorstein Veblen y Henry George” y ha recordado lo difícil que le fue hacer ese estudio, hace sesenta años: “Yo estaba preparando una tesis doctoral sobre el gran sabio y arbitrista aragonés Joaquín Costa, y cuando preguntaba a libreros de segunda mano si vendían alguna de sus obras, en más de una ocasión me trataron como a una especie de agent provocateur. Hoy, en toda España, hay calles que llevan su nombre, pero en 1950 estaba en la misma categoría de proscritos que los masones y los comunistas”.Y reconoce: “el estudio de Joaquín Costa representó una valiosísima preparación para mi trabajo posterior. En su personalidad se encontraban la mayor parte de los contradictorios impulsos que dominarían la política de la República y la Guerra civil. Sus escritos proporcionaban un brillante análisis de los problemas sociales y económicos de España, dentro del contexto de la historia, los ideales, las costumbres y los reflejos españoles”.
El 12, sábado, cuando se cumplían los cien años justos del entierro, ante el mausoleo de Torrero, allí se reunieron unas cuantas autoridades y un centenar de personas, la mayoría venidas en autobús desde Graus y Monzón. Hubo hermosas palabras, sobre todo de la consejera María Victoria Broto, sonaron gaitas de la Ribagorza y se dispararon en homenaje a Costa algunas salvas de viejas armas.
Algunos días después, Xordica publicaba un precioso título, del genial José Luis Cano, “Joaquín Costa, el pundonoroso”. En el prólogo escribe Eloy Fernández: “No me parece irreverente el tono adoptado con nuestro patricio que, si bien tuvo muchos problemas –económicos, de salud, de incomprensión social, de persecución ideológica, de rechazo en la Universidad- se quejó siempre mucho de los males de España y poco de los propios. Entiendo, más bien, que Cano quiere, rebatiendo algunos ataques a sus lamentos, ironizar sobre aquéllos”.
En fin, el 24 tuvo lugar en Huesca, en el Instituto de Estudios Altoaragoneses, la presentación de dos obras sobre y de Costa. La reedición de la biografía que Cheyne publicó en 1972, de nuevo enAriel, y la edición en dos tomos de la obra lingüística, que presentaba el filólogo Ramón Sistac, y de la que ya dimos cuenta hace algunos días. Reproducimos la crónica que realizó el Diario del Alto Aragón relativa al libro de Cheyne, y la foto del acto, de Pablo Segura.
“De Costa, como de las montañas, solo se conocen las grandes cumbres”. “Una visión muy adelantada del Aragón lingüístico” Presentan la reedición de la biografía de Costa y sus estudios sobre lingüística.
Sara Ciria. Huesca.
El Instituto de Estudios Altoaragoneses presentó ayer dos libros relacionados con la figura de Joaquín Costa, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento. El catedrático de historia económica Eloy Fernández Clemente presentó la reedición de ‘Joaquín Costa, el gran desconocido’, de George J. G. Cheyne, y el filólogo literano Ramón Sistac introdujo la recopilación de ‘Textos sobre las lenguas de Aragón’, de Joaquín Costa. En este acto estuvieron acompañados por José Domingo Dueñas, vicedirector del Instituto de Estudios Altoaragoneses.
‘Joaquín Costa, el gran desconocido’, reedita el texto escrito por Cheyne en 1972. Casi cuarenta años después vuelve a ver la luz, con prólogo de Josep Fontana y epílogo de Eloy Fernández Clemente, experto en la figura de Costa que calificó la obra como “la mejor biografía, con mucho, de las que se han publicado”. El propio título alude a la necesidad de conocer mejor a Costa. “Es más bien una biografía de vida. Cheyne, con la humildad que le caracterizaba, le llamó un esbozo, pero es una biografía estupenda”, asegura Fernández Clemente.
El autor falleció en 1990, y quizá dejó pendiente una segunda parte que profundizara más en su obra. El texto que escribió derrocha rigor y cuidado. “Habló con la hija de Costa, con la gente que le conoció, era muy puntilloso, una persona cuidadosísima, que nunca afirmaba nada sin contrastarlo en dos o tres sitios”.
El libro se lee como una novela, por lo que resulta ameno para todo tipo de público. Además, ofrece claves poco conocidas. “De Costa se conocen, como de las montañas, solo las grandes cumbres, pero no su vida íntima o sus desengaños amorosos, y era también un ser humano”, apunta Fernández Clemente. Con discreción y respeto, pero sin ocultar nada, el libro aborda en avatares de su vida personal, como su enamoramiento de la hija de una familia carlista. Costa también sufrió las frustraciones sociales de una época complicada. “Es víctima de una sociedad muy conservadora, y el autor nos lo hace entender muy bien, sin necesidad de insultos ni denuncias”.
Como buen hispanista, Cheyne mira los hechos desde fuera y narra de forma detallada los entresijos de la época. “Entra poco a poco en los temas, describiendo el mundo. Antes de hablar de cada paso de Costa, entra en el escenario y explica la situación”.
Fernández Clemente asegura que la publicación de este libro en 1972 marcó un antes y un después. “En una época de confusión, en la que todos hablan de él, se lo quieren apropiar o lo critican sin entrar a fondo”, Cheyne puso orden y resolvió los “destrozos” que el propio hermano de Costa infligió a su obra. “Costa publicaba muchísimo, y los artículos se reproducían en muchos sitios, a veces en diferentes versiones. Eso causó un pequeño caos al que Cheyne puso coto”. Mucho se ha hablado de la incomprensión que sufrió Joaquín Costa, como figura precursora en tantas cosas.
Fernández Clemente matiza que el desacuerdo fue ideológico, nunca personal. “Huesca es una provincia alejada del mundanal ruido y conservadora”, reflexiona el historiador, que aclara en cambio que “Costa tuvo muchos amigos en Barbastro, Monzón, Graus y Huesca, donde el más importante fue Manuel Bescós, que firmaba Silvio Kosti por devoción a su persona”. Costa sufrió por la falta de votos cuando se presentó a diputado. “Cuando sale, ya en 1903, estaba enfermo y no quiso ir, porque además no quiso acudir a un lugar de muy poca legitimidad”. Cuando al fin logró su deseo, era ya demasiado tarde.
…y algunos anuncios para marzo.
El día 7 de marzo, a las seis de la tarde, está prevista la conferencia del presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, en el Senado. Hay expectación por la aplicación de muchas de las ideas de Costa, que el político socialista pueda proponer para nuestros días.
Durante los días 8 al 10, tendrá lugar el Congreso Nacional sobre “Joaquín Costa y la modernización de España”, en la Residencia de Estudiantes, Pinar, 21, de Madrid. El programa que adjuntamos da cuenta del éxito de la convocatoria, que reunirá a los principales estudiosos del pensamiento político español de fines del XIX y comienzos del XX.
http://www.centenariocosta.es/?q=congreso/34
Por su parte, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País ha organizado un ciclo que, bajo el título común de “Costa, todavía vivo” ofrecerá cuatro conferencias en jueves sucesivos a las 19.30 en el Museo e Instituto Camón Aznar, de Ibercaja, bajo los siguientes epígrafes:
17 marzo: Costa y las reformas económicas. Cristóbal Gómez Benito, Profesor de la UNED, sociólogo, Comisario del Centenario de Joaquín Costa
24 marzo: Educación y cultura, ayer y hoy. Víctor Juan, Director del Museo Pedagógico de Aragón, Profesor de la Facultad de Educación del Campus de Huesca.
31 marzo: Costa y el Derecho actual. Fernando García Vicente, Justicia de Aragón
7 abril: Costa, un político impertinente. Dr. Guillermo Fatás Cabeza Catedrático de Historia Antigua. Asesor editorial de Heraldo de Aragón.