Paco Rallo, o el arte del diseño
En los tiempos que corren, decir que alguien lleva 40 años interrumpidos haciendo lo que le gusta, y viviendo de ello, es casi una leyenda urbana. Paco Rallo (Zaragoza 1955) es un privilegiado, una especie de camaleón híbrido que se ha alimentado a lo largo de estos años del arte, primero, a través de la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, donde, por un lado conocería la vanguardia en su máxima pureza al convertirse en miembro del Grupo Forma, junto a Fernando Cortés, Manuel Marteles y Paco Simón, llevándole a tomar contacto con el arte contemporáneo más arriesgado, por el otro lado, aprendería el arte de las formas y el volumen, la simetría de los contornos, en el taller de su padre, el gran escultor Francisco Rallo Lahoz (Alcañiz 1924- Zaragoza 2007). Con estos dos grandes conceptos, el joven artista supo aprovechar lo que mejor le ofrecían el arte y el diseño, conceptos que no ha dejado de lado en toda su carrera profesional.
Paco Rallo se ha ido encaminando a lo largo de los años, hacia el diseño gráfico, profesión en la que primero ejerció de freelance, para luego, a lo largo de los años, ir pasando por diversos estudios, hasta llegar a Estudio Camaleón, desde donde a trasvés de la calidad de su trabajo, cómo por su personalidad activista, se ha convertido en un referente del diseño aragonés. Rallo es un creador atento a llamar la atención del público, jugando con nuestra cultura de la imagen. Utilizando códigos y mensajes tradicionales del diseño y de la publicidad, el artista, cual mago, ha sacado de su contexto tradicional del museo las obras de arte, para introducirlas en el mundo de la “cultura general”.
Todo esto lo veremos hasta el próximo 31 de mayo, cómo si de una “antológica” se tratase, en el Instituto Francés de Barcelona, dentro del marco de la segunda edición de las jornadas filosóficas de Barcelona dedicadas a la indisciplina del pensamiento.
A lo largo de la muestra, veremos composiciones potentes, poniendo en escena preocupaciones contemporáneas, cómo el deseo, la violencia, el paso del tiempo…etc.. Dándoles la apariencia del cartel publicitario expuesto a las opiniones de todos. El vocabulario de diseñador y artista, alcanza toda su dimensión a lo largo y ancho de las obras. Títulos inspiradísimos serán suficiente para que las palabras y las imágenes compongan una musicalidad inspirada en unos casos en los poemas oníricos de Francisco Julio Donoso, en otros, en el mal llamado “triunfo de la estética” que habita en esta sociedad y que sólo unos pocos artistas como Paco Rallo, saben poner en tela de juicio.
Paco Rallo. La indisciplina del pensamiento
Instituto Francés de Barcelona. Hasta el 31 de mayo