Banquero delincuente, indultado
En el Boletín Oficial del Estado de 10 de diciembre se publica el Real Decreto 1761/2011, de 25 de noviembre, por el que se indulta a D. Alfredo Sáenz Abad, Vicepresidente y Consejero delegado del Banco Santander, de la condena del Tribunal Supremo por un delito de acusación falsa.
El Sr. Sáenz fue, en 2006 y 2009, el directivo de banca mejor pagado de España, con unas ganancias de 10,2 millones de euros en 2009. Aunque el Tribunal Supremo no vio razones para ese indulto, concedido previa deliberación del Consejo de Ministros, lo firma el Rey y lo refrenda el Ministro de Justicia, Sr. Caamaño.
Los hechos que dieron lugar a su condena, en resumen, fueron los siguientes: El interesado, en 1993, cuando era presidente de Banesto, tras su intervención por el Banco de España, interpuso una querella criminal contra directivos de sociedades del grupo Harry Walker, que debían importantes cantidades (muchos millones) al Banco. Les imputaba los delitos de estafa y alzamiento de bienes, alegando que se habían comprometido a responder personalmente de las posibles insolvencias y que habían efectuado venta de activos de las sociedades en su propio beneficio. La sentencia condenatoria, ratificada por el Tribunal Supremo, consideró que la querella era una medida de presión para el cobro de las deudas, pese al conocimiento de la falsedad de esas imputaciones.
Quien conozca un poco el funcionamiento de los tribunales y los trucos procesales a disposición de los poderosos y sus asesores sabrá que para que el Sr. Sáenz y sus compinches fueran condenados tenía que estar muy clara la malicia de su actuación, imputando falsedades a terceros como arma de presión económica.
El Real Decreto que lo indulta le conmuta la pena de arresto mayor y la de suspensión de cargos relacionados con entidades bancarias por una multa (de cuantía irrisoria), “a condición de que no vuelva a cometer delito doloso en el plazo de cuatro años”. ¡Faltaría más! De modo que el Sr. Sáenz puede continuar desempeñando sus altos cargos bancarios, que es de lo que se trata.
El mismo día, por Real Decreto 1756/2011, de 25 de noviembre, se indulta asimismo al prestigioso e influyente abogado don Rafael Jiménez de Parga, que ejerció la acusación como letrado y fue también condenado por delito de acusación falsa.
Se trata de un ejemplo más del poder y de la impunidad de los poderosos, aun existiendo todavía un gobierno socialista y pese al informe contrario del Tribunal Supremo. ¿Se trata de pura generosidad? ¿Se pagan favores obtenidos? ¿Se esperan favores futuros? El ciudadano de a pie no entiende nada. Mejor dicho, lo que entiende es que los trapicheos bancarios que nos han llevado a la crisis, las retribuciones y las pensiones desmesuradas de sus directivos y las maniobras como la que da pie a este comentario no tienen castigo ni determinan responsabilidad alguna de sus responsables. ¡Cómo se estarán riendo el Sr. Sáenz y sus cómplices del Estado de Derecho, de los ciudadanos y de los políticos serviles!