Sólo Andalán la publicó
—“Perdone la urgencia, los asuntos internacionales siempre comportan alguna disfunción. Si lo desea, le ayudamos a sellar y clasificar los sobres”.
—“No se preocupen, todavía tengo tiempo de hacerlo yo solo” —nos respondió sonriente, y le correspondimos con una sonrisa Charlot.
¿Cómo se puede tratar al Papa de tú?
El misterioso envío no contenía ántrax ni sustancias venenosas, pero sí otro tipo de explosivo, titulado Carta Abierta a Juan Pablo II: “Somos católicos como tú y sacerdotes como tú”, era la primera frase. Nuestras madres se subían por las paredes y lamentaban que no nos hubieran expulsado ya: “No tenemos suerte, maña, no nos los expulsan. Tienen tiempo de escribir al Papa, pero poco a la familia. Y ¿cómo pueden tratar al Papa de tú?”…
En España, la carta tuvo una veintena de destinatarios, incluido nuestro obispo aragonés Victorio Oliver, el cardenal Tarancón, el obispo Iniesta y centros mediáticos como El País o emisoras varias. El obispo Oliver nos escribió muy educadamente. También, el mismísimo Hans Küng: “Gracias muchísimas por la Carta a Juan Pablo II”. Entre los mediáticos españoles, nadie nos respondió. No así Le Monde de París, que nos la agradeció por escrito el 8 de febrero-80, de inmediato. En España, sólo ANDALÁN la publicó íntegra, el 14 marzo-1980. Y también nos invitó a expresarnos de vuelta a España: www.pedromendoza.com, Diversos/Documentos/17 y 28.
19 abril-1980, expulsados de Burundi
Total, que, en abril-80, el gobierno “laico y moderno de Burundi” (como repetía la radio) nos dio 48 horas para salir del país. Ni una sola de nuestras 215 cartas fue distribuida a ninguna persona ni entidad de Burundi. Pero, curiosamente, una de las razones de nuestra expulsión era: “Las propuestas dirigidas al Santo Padre carecen de consideración y son incluso injuriosas con Su Santidad”. Estaba claro que el Vaticano y sus monaguillos apoyaban nuestra expulsión. El 29 de abril-80, El País publicó nuestra expulsión en Contraportada, dándose por enterado de aquella “carta conflictiva”: www.pedromendoza.com, Diversos/Documentos/22 y 26.
Toda esta experiencia detallada (y otras más) está en un libro de 300 páginas que tengo ya terminado, aunque no publicado, Mi memoria histórica (1948-1988). Volvimos a ser europeos. Yo estuve suscrito a ANDALÁN hasta en Burundi, me gustaba la alternativa. Dos veces he sido “accionista”, una con EL DÍA (yo estuve en la rotativa de Zaragoza la noche de la primera tirada) y otra en Madrid, con LIBERACIÓN en español (que no llegó ni a funcionar, qué mantas). Las únicas 10.000 pesetas libres que tendría, las invertí en ambas ocasiones, y ya no las vi, claro. Está claro que mi destino no fue el dinero. Nunca me tocó nada, ni siquiera en la tómbola. Pero tengo la suerte de poder afirmar que no me arrepiento de mi vida pasada. Viva ANDALÁN digital.