La novela aragonesa y el Compromiso de Caspe
Isabel Carabantes de las Heras y Ernesto Viamonte Lucientes publican en la IFC un libro sobre La novela aragonesa (1973-1982) que, aparte breves disquisiciones sobre qué es aragonés (¿lo es un autor publicado aquí o que vivió unos años de infancia?) y qué acotaciones temporales y temáticas utilizar, se ofrece un repertorio de autores, obras y editoriales, que sin duda será útil, como todas las guías y diccionarios, a estudiosos que se inicien en esos temas.
Tras dos muy grandes (Sender y Arana), ambos su mayor tiempo en el exilio, y otros mayores como Torrente, Lorén, Tomeo, Zapater, y los relatos de J.A. Labordeta y Derqui, hay una generación cuajada en esos años, en la que destacaríamos a García Badell, Conget, Puértolas, J.M. Latorre, Ana M. Navales, y relatos y ensayos de Eliseo Bayo y Darío Vidal. Y un jovencísimo Juan Bolea, al que, si las fechas se acercasen, seguiría una pléyade. No está mal, pero hubiéramos preferido más estudios como los que hace años inició Ramón Acín.
Caspe ha conmemorado con numerosos actos, lucidos, bien organizados, el centenario del Compromiso. Ha habido ayudas, nunca suficientes, y un gran entusiasmo de las gentes de la cultura en la cortesana ciudad. Como cierre, símbolo de esos esfuerzos colectivos e individuales, citemos el librito de Alberto Serrano Dolader, que, en su línea de periodismo antropológico, recoge Falordias y leyendas en torno al Compromiso de Caspe y su castillo. Enhorabuena a todos, y que cunda el ejemplo, en democracia, de saber alcanzar compromisos y acuerdos.