El amor de Pierre Loti en Estambul
Estambul está poblada de 15 millones de almas y por 28000 mezquitas. En cualquier momento se escucha al muecín llamando a la oración. Lleva habitada 5000 años y sirvió de capital a los imperios bizantino y otomano. Allí encontró Pierre Loti a su amor : Azidayé.
La calle Pierre Loti donde me hospedo es ruidosa, un poco caótica y empinada. No está clasificado el tránsito rodado y el peatonal. Los problemas se resuelven como se puede. Parecen ser habituales y no hay demasiado estrés.
El hotel Azidayé recuerda a la amada de Pierre Loti, a quien le dedicó una novela. Desembarcó aquí el novelista como oficial de una flota francesa. Recuerdo a militares o escritores como Chateaubriand y Cervantes.Pierre Loti es el seudónimo de Julien Viaud, me comenta un atento recepcionista.
Soy asaltado amablemente por comerciantes con magníficos negocios de alfombras,con extraordinarias ofertas
–Si viene usted de España, sepa que cuando Iberia tiene overbooking contrata nuestras alfombras voladoras para no dejar a nadie en tierra...
-muchas gracias, es una buena alternativa…
No son demasiado discretos y me da el nombre y apellido de un alcalde de una ciudad española, bien conocida, muy buen cliente.
-Me compra muchas alfombras.Ya sabe usted, roba mucho… como hacen algunos políticos…
Por un momento recuerdo aquel proverbio árabe «para que una cosa no se sepa, no la hagas». Tampoco es fiable el que es tan indiscreto.
Me voy muy compenetrado con Estambul. Creo que es la afinidad mediterránea. La calle es grata y el día luminoso. No termino de encontrarle el corazón.
Entro en una mezquita. Casi todos los orantes son varones, proporción muy diferente a la de España. En el jardín de la mezquita una gata cuida a sus hijos. Son cuatro y tienen muchas ganas de jugar. Los gatos son muy queridos en Estambul. Es una especie protegida. En una librería he visto a gatitos pequeños saltando entre libros y cuadernos, ante la mirada condescendiente del propietario.
Mis ojos se van al comercio Hiamet Yakfi donde exponen libros artesanos, con caligrafías exquisitas que transmiten emoción aunque soy incapaz de leerlas. El Corán ocupa un lugar muy destacado. En el comercio hay caligrafías fantásticas, coloridos oníricos en bellos libros que desean perpetuarse. Al lado, tiendas con la pipa de agua narghile para fumar opio. En un comercio próximo me invitan a un hospitalario té. Hay oficios antiguos que siguen vivos como vendedoras de calcetines elaborados a mano y limpiabotas.
EL ISLAM
El viajero respeta todas las religiones y le dan un poco de miedo los que dicen que la suya es la única.
Voy estudiando un poco el islam, en los salones del hotel Pierre Loti: admiro todas las religiones porque las necesitamos en todo nuestro breve paso por la vida. Harvey nos dijo que “la religión es un sistema de memoria y mitos, esperanzas e imágenes, ritos y costumbres que hace que la vida de una persona o de un grupo se integre en un todo significativo”.
Veo que hay cinco creencias musulmanas: un único Dios; los ángeles que no cometen pecado y no tienen sexo; los profetas Adán, Ismael, Isaac, Moisés, David y Jesús, que es nombrado 100 veces en el Corán; los libros sagrados de Allah y el Corán como palabras finales de Allah revelado por medio del arcángel Gabriel; destino y decreto divino, relacionado con Allah y su poder máximo, omnipresente, justo y afectuoso. Se dice que el Corán tiene aplicaciones modernas y no contradicen los principios de la ciencia sino que las confirma.
Los tiempos de las oraciones se calculan según el movimiento del sol: el momento de la oración al mediodía comienza cuando el sol sobrepasa su cénit y depende de la ubicación de cada musulmán en el mundo. La oración implica al cuerpo, la mente y al alma en un acto de remenbranza y de entrega en medio de los asuntos diarios. Los judíos rezan de pie, los cristianos de rodillas, los musulmanes pueden incluir la postración.
Aquel que posee piedad es aquel que cree en Dios y en el último día, los ángeles, los libros y los profetas. El que da su riqueza con pesar a pesar del amor que siente por ella a parientes, huérfanos, viajeros, mendigos, a los que necesitan un préstamo para liberar esclavos. Los que cumplen los pactos, son pacientes y perseveran en la dificultad, la adversidad y en los momentos más tensos como la lucha entre la verdad y la falsedad. Esos son los veraces en su fe y han alcanzado la rectitud, la piedad y la devoción debida a Dios.
El Corán 2.177
ESTAMBUL MONUMENTAL
Estambul está vestida con bellos monumentos mundialmente conocidos: Santa Sofía, la mezquita azul. Topkapi, el obelisco, los palacios del Bósforo,, San Salvador en Chora, realmente exquisita.

Estatua de Alejandro en el museo arqueologico
Un momento feliz fue la visita del museo arqueológico del que no tenía noticias previs ni suele constar en las rutas habituales. Así pude ver los sarcófagos de Sidón (actual Líbano), el sarcófago de Alejandro cuyo friso representa la victoria sobre los persas, la puerta de Ishtar, la esfinge de un enigmático felino llamado Hattusas, el león de Halicarnassos, el pabellón de los azulejos y la galeria de Anatolia y Troya que viajar por Anatolia desde la edad de piedra a la del hierro. En otra se muestra la historia de Troya desde el 3000 aC. En el museo de antiguo Oriente hay alguno de los escritos más antiguos del mundo en forma de tablillas de barro con escritura cuneiforme del 2700 aC.
Por allí desfilan Artemis, Efebo, Apolo, Esculapio, Atenea, Marco Aurelio. Aquí comencé a dialogar con Estambul, vi un idioma artístico compartido. Fue emocionante.
En la mezquita de Sultahnamet, donde paso cada día para observar a los gatitos, el imán me moja las manos con una colonia de jazmín cuando dejo unas monedas en el cepillo.
Veo que Estambul me va penetrando cada hora con literatura, sonidos humanos habituales y sueños nuevos al mirar la lámina de agua del Bósforo.
De regreso al hotel me detengo para observar la imaginación comercial de los que habitan la calle: ofrecen un telescopio para mirar las estrellas y una báscula en el suelo y un conjunto curioso con dos conejos y un gallo que esconden la suerte en unas papeletas. La luna, el peso y la suerte por una módica cantidad, y en un pequeño espacio…
Una forma de conocer las ciudades son los hoteles, me habían hablado de Nena, Mina y el Orient Express que acogía a los viajeros del famoso tren. El mejor recuerdo es el Pierre Loti Hotel, con una atmósfera plenamente conseguida y rosas frescas en las almohadas y la tenue y dulce luz islámica.
Visito el edificio de Suleyman el Magnífico del arquitecto Sinai. Hay sentido social como pide el Islam. Junto a la mezquita existía un restaurante que alimentaba a más de 1000 mendigos musulmanes y cristianos. Al lado escuelas infantiles y Universidad.

Museo arqueológico
Es necesario un paseo por El cuerno de oro con sus rascacielos, hoteles de lujo como el «Four Seasons», islas privadas y también barrio de artistas e intelectuales como Pamuk, premio Nobel de literatura, palacios de verano, aguas tranquilas y pisos con precios astronómicos.Palacio Dalmabahce, el versalles turco. El último emperador huyó del el en 1922. Todo un contraste con «mi barrio» de Sultanhamet.
Me gusta despedirme de las ciudades en algún lugar que me haya impactado. Me voy al café Pierre Loti en Eyup, en la colina Pierre Loti, con buenas vistas sobre el cuerno de oro.
Sigo leyendo a Pierre loti y su Azidayé.
“Por la tarde el encanto de los ojos era de otro género.Todo era rosa y oro.El olimpo tenía tintas de brasa o de metal en fusión y se reflejaban en el mar como un espejo.Ningún vapor en el aire.Parecía faltar la atmósfera y las montañas se recortaban en el vacío limpias y nítidas, en sus costras mas lejanas”
“La barca de Azidayé está cubierta de sedosos tapices, de almohadones y de telas de Turquía.Se encuentra en ella todos los refinamientos del abandono oriental y mas que una barca parece un lecho que flota.Parecemos dos seres que se han reunido nada mas que para paladear juntos el embriagador hechizo de lo imposible”

PierreLoti en traje de Académico.