Dos sugerencias para Esperanza Aguirre
Me voy a permitir dirigir dos sugerencias a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Como es sabido, mantiene un blog, titulado “Si hay alternativa” (parece referirse a ella misma), donde acaba de pedirle a Mariano Rajoy que cumpla una parte de su programa electoral. Le dice que “ha llegado la hora de explorar la otra variable del déficit: la reducción de los gastos, como estaba previsto en el programa electoral del Partido Popular con el que consiguió una clamorosa mayoría. Y reducir los gastos supone en primer lugar, acometer una reforma radical y sin precedentes de las administraciones públicas. Y eso sí que es es [sic] una alternativa. La hay, y es la que llevaba el Partido Popular en su programa. Ha llegado la hora de aplicarla: reducir el peso del sector público para que llegue el dinero a empresarios y familias para sacar a España de la crisis”.
Parece que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid no se ha enterado de los recortes (probablemente porque no le afectan) y que el programa electoral del PP contenía otros aspectos, como la creación de empleo, cuyo cumplimiento no reclama (probablemente porque no le afecta).
Me permito ofrecerle dos sugerencias. Como ex presidenta de la Comunidad de Madrid, tiene derecho a un puesto vitalicio en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, donde percibiría 87.440 euros anuales (1.800 menos que lo que cobraba como presidenta). Los percibiría de acuerdo con la Ley de creación del Consejo, que establece que “son Consejeros permanentes los ex Presidentes de la Comunidad de Madrid. Quienes ostenten tal condición podrán solicitar su incorporación al Consejo Consultivo en cualquier momento, previa declaración de no estar incursos en causa de incompatibilidad. El cargo de Consejero permanente tiene carácter vitalicio”, una ley que fue aprobada el 21 de diciembre de 2007, cuando ella presidía la Comunidad de Madrid, con mayoría absoluta. Vamos, que se aprobó la ley que ella quiso y se aseguró una renta vitalicia.
Actualmente no cobra nada del Consejo, porque ha preferido trabajar en Seelegir y Conde, una empresa de “cazatalentos” (de las que hacían negocios con Iñaki Urdangarín); el día que se cansen de ella puede pasar automáticamente a formar parte del Consejo. Este tiene un presupuesto de 4.962.421 euros, que no salen de la iniciativa privada que la ex presidenta tanto alaba, sino del bolsillo de la ciudadanía.
Pues bien: le ofrezco dos sugerencias. La primera, que exija la desaparición del Consejo. Mientras esto llega, que renuncie permanentemente (no de forma temporal, como ahora) a recibir cualquier cantidad como ex presidenta. Con ambas medidas se conseguirá reducir el gasto. Tranquila, ex presidenta, que –de momento– no le voy a pedir también que renuncie a su título como condesa de Murillo y grande de España. La llegará el día.
Le ofrezco las sugerencias de forma gratuita y sin ningún interés. Por favor, dígale a su empresa que mejor no me llame.