Tres novedades en torno a Joaquín Costa
Aún en la estela final del gran centenario de su muerte, celebrado en 2011 con grandes aciertos, aparecen tres ediciones magníficas. La primera, el tomo III de sus Escritos agrarios: Escritos finales (1891-1911). Edición coordinada por Cristóbal Gómez Benito y Alfonso Ortí Benlloch y editada por la Fundación Joaquín Costa (Instituto de Estudios Altoaragoneses), Institución Fernando el Católico, Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Los dos anteriores se publicaron en 2011 y 2012, y este reúne 76 artículos, discursos, memorias, informes y otros materiales menores. Una tarea sólo posible por la tenacidad, el entusiasmo, la gran preparación de los dos coordinadores, muy queridos amigos y colegas en el estudio de nuestro Costa. Ellos habían ofrecido en 1996, también aquí bajo el sello de la Fundación y el Instituto de Estudios Altoaragoneses, un Estudio crítico, reconstrucción y sistematización del corpus agrario de Joaquín Costa, origen y base de este amplísimo desarrollo. Han cambiado desde entonces algunos criterios, excluyendo los escritos de tipo jurídico o económico que Costa publicó como libros, pero incluyendo sin embargo cuanto tenga relación con el mundo rural, y no sólo la producción agraria, ganadera y forestal, sino también aspectos técnicos, regadíos e infraestructuras, y sociales. El aparato crítico con que ha sido organizado y elaborado todo es modélico, y me permito aconsejar a jóvenes investigadores lo tomen como modelo científico de riguroso, escrupuloso proceder, y de explicación y justificación ante el lector. Cuantos, a su lado, llevamos medio siglo estudiando a Costa, celebramos hoy esta edición como uno de los mayores logros del renovado, eficiente, recuperado espíritu de estudio y aplicación de sus ideas a nuestro tiempo. Y no sólo nos ofrecen esta recolección de escritos utilísima, sino que anuncian que a los tres tomos que los ordenan y aclaran, seguirá un cuarto, con un amplio estudio suyo sobre el pensamiento y la obra agraria “en cuanto sistema, y en el marco de su relevancia histórica”. Lo esperamos impacientes, seguros de que todo el laberinto alcanzará la meta bien merecida.
De los mismos autores, acaba de aparecer una cuidada edición facsímil de una obra clave del Costa tronante ante el Desastre: Crisis política de España (Doble llave al sepulcro del Cid), publicada en Madrid por Ediciones Cinca con el apoyo de la Fundación Largo Caballero. Un estudio introductorio espléndido, de más de cien páginas, sitúa el texto en su tiempo y contextos. Estas son sus palabras finales: “el amable lector puede proceder a la revisión, desde su principio, del discurso preliminar del Mantendeor [Juegos Florales de Salamanca, 1901], quizás con un mayor conocimiento e interpretación significativa de las muchas claves encubiertas del texto… en el que la construcción narrativa va articulando progresivamente su discurso, para reconvertir sus exaltadas idealizaciones nacionalistas en vehículos de una conciencia social crítica. Porque su despliegue concluye advirtiendo (de forma tacitista) a su conservadora audiencia de que es precisamente su propio orden social el que está entrando en una fase histórica de desintegración catastrófica, si la acción política no es capaz de superar la gran brecha de la profunda y creciente dualización clasista”.
En fin, el alicantino Instituto Juan Gil Albert reedita uno de los más hermosos libros de George J.G. Cheyne, la introducción y edición de la correspondencia con uno de sus principales colegas y amigos: El renacimiento ideal: epistolario de Joaquín Costa y Rafael Altamira (1888-1911). Una obra póstuma, que el mismo ente editor publicó en 1992, a los dos años de la muerte de Cheyne y hoy era difícil de encontrar. Elaborada con el cuidado habitual en el maestro, que consultaba hasta el más pequeño dato. El texto de esas cartas es posiblemente el principal recogido, no habiendo el “desnivel” en el epistolario con Giner de los Ríos, ni el igualmente, ahora en favor de Costa, con Bescós.