60 medidas contra el caos (9). Ecología (continúa) y Economía
41. El agua es otra de nuestras pesadillas nacionales. O por exceso o por defecto. El agua es la sangre de la tierra. Perfeccionar el riego por goteo, “la innovación más importante en agricultura desde la invención de los aspersores en los años 1930”.[1] Aprovechamiento del agua de lluvia y drenajes bien hechos.[2] Revisar fugas y puntos críticos. Limpiar cauces de ríos y barrancos. Prohibir viviendas junto a los cauces, o desvío seguro de éstos, pues cuando llega la riada, ya es tarde. Impedir captaciones ilegales de agua. No hacer “guerras políticas” sobre el agua, sino planes científicos lógicos, para que a nadie le falte el agua, sin necesidad de desnaturalizar cuencas fluviales con trasvases irracionales. Una cuenca hidrográfica es un ecosistema, no una tubería. En España sobra agua, pero la tenemos mal organizada.
42. Cuanto más reciclemos, más ricos seremos. La fiebre del consumismo no tiene fin en la cabeza, pero sí en la naturaleza. En residuos, se habla de las tres erres: reducir, reutilizar, reciclar. Los Ayuntamientos deben facilitar la discriminación de excedentes o residuos. Los Gobiernos, la legislación pertinente. Y las Empresas, diseñar la cadena productiva apropiada, que no acaba con la venta del producto, sino con su destino final. Igual que dejo el carro metálico en su sitio para recuperar el euro, devolveríamos los recipientes de vidrio si recuperáramos el dinero del “casco”, como hacíamos antes con La Casera u otros envases (y siguen haciendo en otros países). Pero a veces, tiramos a la basura –incluso sin discriminar- el vidrio, pilas, baterías, cartuchos de tinta, medicinas, etc. ¿Por qué? Porque “es lo mismo” ser civilizados que no. Nadie nos compensa ni nos explica qué gano yo con molestarme en pasear ciertos residuos: ¿ahorro algo yo o sólo la empresa?. Esto es tarea ciudadana, pero también de las Empresas y Gobiernos.[3] ¿No nos hartan de publicidad cuando mejor está un programa?
ECONOMÍA
43. Revisar nuestra visión capitalista de la economía. No todo es “malo” en la crisis. Ahora nos fijamos más en la “política económica” y empezamos a cuestionar hechos antes desapercibidos. Que no podemos ser “iguales” (argumento a la defensiva), ya lo sabemos, como tampoco son iguales los dedos de una misma mano. Pero aquí hablamos de la excesiva desigualdad, tolerada por la costumbre, por muchas leyes, gobiernos y jueces, cuando el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), nacida en Europa y firmada también por España, dice en su frase primera: ”Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”…
44. Si las diferencias excesivas son injustas, debemos cambiar las leyes. Que son legales, ya lo sabemos. Pero nos interesa saber si son justas. Uno de los criterios del capitalismo heredado es que la propiedad privada es sagrada: “Yo con mi dinero hago lo que me da la gana”. Pero de esto hablamos precisamente, de saber si tu patrimonio es realmente “tuyo” o son las circunstancias las que te han hecho millonario sin que tú te lo hayas ganado o merecido. Y si, encima, has explotado a los demás para conseguir esa “propiedad privada tuya”, entonces tenemos el cuadro buscado. Pero aquí nos fijaremos, sobre todo, en el llamado “dinero público”, ya que el privado debe ser objeto de otro debate paralelo.