No votar es un error
Después de tanto recorte, corrupción y frustración de varios años, en lo último que pensamos casi todos ciudadanos activos es en las Elecciones. Entre otras razones, porque el 96% de los españoles no pertenecemos a ningún partido político. Y también, porque el Poder casi siempre da malas noticias, es una constante histórica. Este pequeño artículo no lo escribo pensando sólo en las Europeas, sino también en las Generales y Autonómicas posteriores. Las Municipales son distintas, cuentan más las personas que los partidos, sobre todo en pueblos o poblaciones pequeñas.
Las elecciones periódicas son “un trámite más”, pero la política es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los políticos y sus “creyentes”. Al final, como muchos se abstienen, acaban mangoneándonos. Yo también propuse la abstención en alguna ocasión, pero era más joven y más tonto. Nada más empezar la Campaña de las Europeas, ya está propalando el CIS, colaborador egregio del bipartidismo, que el PP sacará un 31% de los votos y el PSOE un 29%. O sea, “aquí no ha pasado nada”. ¿Les vamos a dar la razón?
Este país es anárquico, pero no anarquista. La pretensión ilusa de una abstención masiva -repetida como “solución final” en muchos powerpoint familiares- no se sostiene en absoluto. Eso es soñar despierto, pues todavía hay mucha gente encantada con las urnas, creyéndolas trascendentes, máxime cuando la tercera edad estuvo 20 ó 30 años sin poder votar.
En las Generales de 20-nov-2011, entre los 35,7 millones de posibles votantes, 7 de cada 10 censados (el 69,62%) NO votó al PP, que obtuvo “mayoría absoluta”. Además de los 11,1 millones de abstencionistas, hubo otros 97.706 españoles que votaron al partido “Escaños en blanco”. Y otros 333.461 votos en blanco. Y otros 317.555 votos nulos. O sea, 748.722 votos emitidos y “tirados a la basura”. Equivalentes al 74% de los votos totales de CIU. O también, unos 50 mil votos más que PNV, Amaiur y Gbai juntos… “Los españoles no aprenden nunca de sus errores” (Azaña).
La solución no es la abstención, sino al revés, votar todos, jóvenes y adultos. Pero, eso sí, nunca a los partidos que nos han fabricado esta democracia de juguete: PP, PSOE, CIU, PNV y sus cómplices. Ya existen otros partidos más limpios y más democráticos, hay donde elegir. Y cuando se estropeen, ya votaremos a otros. Lo que no debemos hacer es votar a los de siempre: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” (Einstein). Esperar un salvapatrias es desenfocar el problema, la democracia siempre se hará con votos colectivos libres e informados.
Hace casi tres años, escribía yo en Andalán de 12-agosto-2011 (No es una crisis):
—“Evitar exotismos con el voto, que no es para desahogarme (votos NULOS con insultos). Tampoco votaré EN BLANCO ni haré ABSTENCIÓN: el sistema se ríe de la abstención. Un 30% de abstención (lo habitual) debería implicar 105 diputados menos en el Congreso (30% de 350), pero los rellenan igual”.
—“Por ‘méritos acumulados’, yo no votaré al PSOE ni mucho menos al PP. No quiero más juegos bipartitos. No quiero más gobiernos sumisos al capital, la religión o los atavismos. Quiero una democracia que crea en sí misma. Creo que ha llegado el momento de refundar las democracias, no sólo la española. Y esto no se acaba en noviembre-2011, va a durar años”.
Repito lo mismo ahora. Mis propuestas de cambio están en mi extenso artículo 60 medidas contra el caos, publicado por Andalán en este año 2014, por entregas. Es hora de que los partidos grandes aprendan una lección, pues mientras les sigamos votando, seguirán prepotentes. Esto no lo arregla la abstención: los purismos les engordan. Además de las acciones en marcha hacia otra democracia alternativa, hay que ganarles también en su propio campo.