La consulta catalana
Núm 16 (2 de octubre)
16.1. Equivoquémonos lo menos posible, J. Ernesto Ayala-Dip
Debemos corregir y dejar que nos corrijan cuando nos estamos equivocando porque en política los errores resultan muy caros
Las partes en litigio (la Generalitat y el Gobierno central) no aciertan a encontrar la estrategia adecuada para solventar el desencuentro
No es fácil descifrar una realidad social, lingüística o política a la primera. La demagogia, el oportunismo, ahora el populismo, nublan la lucidez. Incluso a veces, la buena fe que se tendría que aquilatar en un asunto tan trascendental como este para la buena convivencia entre todos.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/30/catalunya/1412109998_221250.html
16.2. Quién miente más: ¿Rajoy o Mas?, Jesús Maraña
Una vez suspendida la consulta por el Tribunal Constitucional, Rajoy se equivocará si sigue dirigiendo su discurso y su estrategia a sus propios votantes, quizás convencido incluso de que todo este proceso liquidará a CiU y la confrontación con el independentismo puede sumar al PP parte de los apoyos que los recortes sociales ya le han restado. Y errará Mas si piensa que una nueva fase del proceso, con elecciones «plebiscitarias» por medio, puede darle la fortaleza política que nunca tuvo.
Si no se engañan a sí mismos y dejan de engañar a los demás, ambos saben que cualquier solución pasa por abandonar los monólogos. Y, más tarde o más temprano, habrá que consultar a la ciudadanía.
http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2014/09/30/quien_miente_mas_rajoy_mas_22054_1023.html
16.3. El ajedrez catalán y el mate simultáneo, Juan Carlos Escudier
Los apasionados de la crisis catalana no deberían perderse un pequeño cuento de Woody Allen titulado Para acabar con el ajedrez en el que dos jugadores, Gossage y Vardebedian, juegan una tronchante partida por correspondencia. El supuesto extravío de una carta del primero desencadena un vehemente cruce de notas en la que varias piezas resucitan tras haber sido presuntamente liquidadas. El relato concluye con dos misivas encabezadas de la siguiente forma:
-Gossage: Alfil cinco reina. Jaque mate… (firmado Vardebedian)
-Vardebedian: Torre ocho caballo. Jaque mate… (firmado Gossage).
Lejos de acabar con su relación epistolar, el mate simultáneo da pie a los jugadores a retarse al scrabble, el juego de construir palabras, haciendo bueno aquello de que cuanto más dura una disputa más lejos se está del final.
Rajoy, que ha venido jugando con negras, está convencido de que su defensa siciliana ha sido utílisima, sobre todo porque su arúspice Arriola le tiene dicho que cuanto más inflexible se muestre con las aspiraciones de Cataluña más votos cosechará en el resto del Estado.
El del PP viene confundiendo el ajedrez con el mus, y de ahí que en los últimos años haya preferido pasar a mover ficha. Descuenta el fallo favorable del Tribunal Constitucional, y ya se ve victorioso en una contienda que no puede tener ganadores, ya que pasar el rodillo de la ley sobre la aspiración legítima de un pueblo a expresarse libremente tarde o temprano conduce al desastre. El mate simultáneo es posible.
http://blogs.publico.es/escudier/2014/09/el-ajedrez-catalan-y-el-mate-simultaneo/
16.4. ¿Catalunya suspendida?, Joan Tapia
La suspensión cautelar de la consulta por el Tribunal Constitucional no resuelve el problema. Políticamente estamos donde estábamos y unas elecciones plebiscitarias con una lista única independentista elevarían la tensión y agravarían el conflicto cuanto antes, o inmediatamente después de la sentencia definitiva del Constitucional, tienen que estar activados los mecanismos de diálogo. Con seriedad, no sólo para no quedar mal ante la opinión pública sino para llegar a ‘algo’ que inicie el desbloqueo.
Rajoy dijo ayer que, si se acepta la sentencia, “aún estamos a tiempo de enderezar el rumbo, de superar una dialéctica estéril de confrontación y buscar un diálogo fructífero”. Fíjense en el “aún”. Es un reconocimiento de muchas cosas.
La independencia de Catalunya no es viable porque abriría una gran incógnita sobre su vinculación a Europa. La reforma federal de la Constitución sería quizás una solución, pero es un proceso largo y casi imposible a un año de las generales. Hay que pactar un arreglo específico que evite que el conflicto se enquiste.
La independencia de Catalunya no es viable porque abriría una gran incógnita sobre su vinculación a Europa. La reforma federal de la Constitución sería quizás una solución, pero es un proceso largo y casi imposible a un año de las generales. Hay que pactar un arreglo específico que evite que el conflicto se enquiste.
El argumento populista y falaz de que todos los españoles deben ser iguales no sirve a la hora de arreglar un problema relevante. ¿Es que los vascos y los navarros han dejado de ser españoles? Por favor, vuelvan a leer este interrogante.
Si Rajoy y el catalanismo (y Pedro Sánchez) no buscan con rapidez una pista de aterrizaje para el conflicto, las cosas se van a complicar mucho. Alguien me escribió el otro día diciendo que el origen del desencuentro actual fue el intento del tripartito catalán (con la colaboración de CiU) de imponer una amplia reforma estatutaria contra el partido de la derecha española. Puede ser. En todo caso no es el momento de repetir ni el error del catalanismo del 2004-2005 (al que la segunda legislatura de Aznar invitaba) ni el del PP del 2006-2010.
http://blogs.elconfidencial.com/espana/confidencias-catalanas/2014-10-01/catalunya-suspendida_221393
16.5. Mas y la Generalitat juegan al ratón y el gato, José Oneto
Esas ambiciones secesionistas, destaca la prensa europea, se han acentuado, al conocer los Presupuestos del Estado para el 2015, que han encendido, aún más, el debate por la independencia de Cataluña. El documento prevé una financiación para la región, la más baja, en 17 años, en términos proporcionales: 1.072,29 millones de euros, es decir 9,5% del total que el Estado prevé invertir en las autonomías. En un momento en el que Cataluña pesa 19% del PIB de España, en el que la cuestión del referéndum por la independencia está en manos de la justicia y que la tensión se extiende de la política a la calle, estos números están siendo vistos en Barcelona como una provocación.
Cataluña, desde el pasado fin de semana, está presente en los principales medios de comunicación mundiales, sobre todo, en los que se distinguen por su poder e influencia como son Financial Times, The Wall Street Journal y The International New York Times que recogen informaciones sobre la suspensión de la campaña informativa del referéndum, y también, sobre las declaraciones de los portavoces de la Generalitat que sostienen que no están dispuestos a retirar la web informativa de la consulta y que es el propio portavoz del gobierno catalán el que puede y va a actualizarla.
Por otra parte, no deja de sorprender que las dos principales entidades financieras catalanas, La Caixa y el Banco Sabadell, sigan guardando un escrupuloso silencio sobre el proceso y que sea un banco extranjero, Morgan Stanley el que insista en que, probablemente, el Pacto Fiscal es una salida para la actual crisis. El banco de inversión norteamericano le da un 5% de probabilidades a una independencia unilateral de Cataluña; un 15% a una salida pactada con el Estado español; un 50% a lograr un Pacto Fiscal; y un 30% a que no exista acuerdo de ningún tipo entre ambas partes.
http://www.republica.com/2014/10/01/mas-y-la-generalitat-juegan-al-raton-y-el-gato_841698/
16.6. Instalados en el ‘impasse’, Josep Ramoneda
No habrá consulta, porque la ruptura de la legalidad sería suicida para el independentismo
La única bandera electoral que le queda al Gobierno es sobreactuar en la defensa de la unidad de España
Negando a Cataluña la condición de parte, no somos dos, somos uno, las instituciones españolas asumen la bronca permanente como mal menor, antes que buscar una nueva y civilizada relación en una pareja que para ellas no existe. Y ahí está el problema que hace la solución imposible: la negación del reconocimiento.
http://politica.elpais.com/politica/2014/10/01/actualidad/1412186960_904385.html
16.7. El espejismo de los estados-nación, Roger Senserrich
Cuanto más pequeño es un país, menor es su margen para tener una política fiscal y monetaria realmente independiente, y mayor la necesidad de mantener una disciplina presupuestaria estricta.
Para conseguir ese resultado la eurozona deberá profundizar su integración política y económica, sacrificando aún más soberanía, y moviendo la UE más cerca de convertirse en un superestado. Llegado a ese punto, y si la UE consigue hacer esta transición con éxito, una hipotética Cataluña independiente no estaría en un lugar muy distinto a donde esta ahora. Las reglas vendrían de Bruselas, no de Madrid; en vez de ser la segunda comunidad autónoma más importante de un estado con poderes menguantes, se pasará a ser una pequeña provincia periférica de otro. El problema, en todo caso, es que la primera transición tiene pocos riesgos, nada garantiza que Cataluña pueda hacer la segunda sin quedarse fuera de la UE o comerse una crisis económica en el proceso.
http://politikon.es/2014/10/02/el-espejismo-de-los-estados-nacion/
16.8. Catalunya: el problema político persiste, Manel García Biel
Hasta ahora la única alternativa que ha recibido la sociedad catalana del gobierno central ha sido una negativa al planteamiento de la consulta para definir el encaje y las relaciones Cataluña-Estado, después del deterioro y desafección provocadas por la sentencia del TC sobre el Estatuto, dictada instancias del PP, no hay que olvidarlo.
Aquí está la raíz del problema y la falta de voluntad política y al parecer la imposibilidad ideológica de la derecha española, PP- UPyD, de reconocer una realidad y consecuentemente su incapacidad de plantear alternativas políticas que puedan ser al menos debatidas, negociadas y tal vez aceptadas por la sociedad catalana.
Si el Gobierno del Estado planteara: a) reconocer Cataluña como nación con una relación bilateral con el Estado; b) blindar las competencias propias de Cataluña, en especial las más sensibles como lengua y educación; y c) establecer un sistema de financiación más justo sin renunciar a la necesaria solidaridad; seguramente estaría en condiciones posiblemente de negociar y con probabilidades de ganar una consulta en Cataluña.
Si este gobierno no es capaz de hacerlo se retrasa la solución, incrementaremos los agravios y la falta de diálogo y dejaremos a otro gobierno futuro la responsabilidad de resolver en peores situaciones un conflicto enquistado.
La política es el arte de solucionar los problemas políticos y las necesidades de la sociedad, y las leyes y las constituciones están para regular las relaciones y para ser modificadas cuando no lo hacen. Y los políticos de verdad son los responsables de hacerlo.
16.9. Cinco mentiras habituales del conflicto catalán, Javier Caraballo
— Primera: “El conflicto se origina por la sentencia contraria del Constitucional sobre el Estatut”
— Segunda: “Existe una mayoría silenciosa…”
— Tercera: “La reforma federal de la Constitución es la salida”
Los nacionalistas catalanes jamás han pedido un Estado federal. Es más, eso es, precisamente, lo que más irrita en la Cataluña nacionalista del actual Estado de las autonomía
— Cuarta: “La solución pasa por el reconocimiento de la singularidad de Catalunya en la Constitución”
— Quinta: “El derecho a decidir es antinatura. No está en ninguna Constitución”
En la reiteración permanente de lo aprobado hace 40 años tampoco se encuentra una salida. Si de lo que se trata es de evitar que siga creciendo la bola de nieve; si se trata de pinchar el globo independentista, hará falta algo más que el inmovilismo
16.10. Aclaraciones sobre las tergiversaciones que se están reproduciendo en el debate nacional, Vicenç Navarro
1. Las izquierdas, no las derechas, son las que siempre han liderado –incluso en los tiempos de la dictadura- la defensa del carácter nacional de Catalunya. Las izquierdas, no por las derechas, iniciaron y desarrollaron el Estatuto, que reconoce a Catalunya como nación.
2. El derecho de autodeterminación de los distintos pueblos y naciones de España ha sido una exigencia constante de las izquierdas catalanas y también, por cierto, de las españolas. Lean los documentos del PSOE en la clandestinidad y lo verán.
3. Reivindicar el derecho de autodeterminación no es, como constantemente se interpreta (con frecuencia maliciosamente), equivalente a pedir la independencia. El derecho de autodeterminación es, como su nombre indica, el derecho de determinar qué es lo que la población desea. Una alternativa, pero no la única, es la secesión. Tampoco es equivalente el soberanismo al independentismo. Ser soberano es tener la capacidad de decidir. Y el poder de decidir implica tener el derecho a escoger. Un país puede ser soberano y no ser independiente.
4. El hecho de que las izquierdas históricamente hayan pedido el derecho de autodeterminación es consecuencia de la visión que históricamente las izquierdas catalanas (y en algunos periodos históricos, las españolas) han tenido de que España es plurinacional.
5. La gran mayoría de izquierdas catalanas no han sido secesionistas. Ni el gobierno Companys ni el gobierno Macià pidieron la separación, sino el establecimiento de un Estado catalán dentro de una federación. El secesionismo ha sido minoritario históricamente en Catalunya.
6. Se está convirtiendo en mayoritario, sin embargo, porque los hechos parecen demostrar que el Estado español está controlado por una casta responsable del enorme retraso social de España, incluyendo Catalunya, y que nunca aceptará la plurinacionalidad de España.
7. La casta española siempre se ha aliado con la casta catalana para defender sus intereses económicos y financieros. La enorme influencia de las fuerzas conservadoras sobre el Estado español (tanto central como autonómico) es la mayor causa del enorme subdesarrollo social, político y cultural de España (incluyendo Catalunya).
8. La gran mayoría de aquellas personas que, siendo de izquierdas, votarían SI / SI en una consulta no son anti-España sino anti-Estado español.
9. Los mártires cuya derrota se recuerda del 11 de septiembre (la fiesta nacional de Catalunya) no eran secesionistas. En realidad querían una Catalunya en la que se respetaran sus derechos e identidad, dentro de otra España, distinta a la borbónica.
10. El llamado problema catalán no es un problema catalán, sino español, el de la incapacidad de la estructura de poder de España de aceptar que hay otra España posible, plurinacional.
11. Todos los argumentos legales que se dan carecen de relevancia, pues la relación de Catalunya con España no es un tema legal, sino político. Si se desea se cambia la Constitución con suma facilidad, como ocurrió recientemente.
12. Esperar que el establishment político y mediático basado en Madrid cambie, es pedirle peras al olmo. El cambio vendrá –está ya ocurriendo- de las movilizaciones populares dentro y fuera de Catalunya.
13. Hay, así, posibilidades de alianzas muy importantes entre movimientos que comparten un rechazo de este Estado, tan poco democrático, tan poco social, tan pobre, tan corrupto, tan poco redistributivo y tan insensible a la plurinacionalidad.
16.11. Ya ruedan los dados, Lluís Foix en La Vanguardia
Los gobiernos, en cualquier lugar o periodo de la historia, saben perfectamente lo que no deben hacer y, a pesar de ello, lo perpetran causando un grave daño a sus propios intereses.
Esta marcha de la locura la vivimos desde que los gobiernos de España y Catalunya han desplegado sus activos políticos, legales y emocionales en una confrontación que saltará a las calles catalanas y se contestará desde el Estado con el imperio de la ley y con discursos constitucionalistas que ignoran la magnitud del desencuentro, de la desafección y de la acumulación de miedos colectivos en los actores políticos de las dos partes en litigio.
Es incomprensible que el president de la Generalitat haya actuado con la astucia del que pretende engañar al adversario. Rajoy no ha tendido ninguna mano. Pero Mas ha actuado en espera de que el Estado diera por buena una iniciativa que esconde una trampa.
El problema,es que los dos saben que no transitan por la senda adecuada y, sin embargo, siguen adelante pensando que saldrán victoriosos de sus envites. Se equivocan los dos.
http://www.caffereggio.net/2014/10/01/ya-ruedan-los-dados-de-lluis-foix-en-la-vanguardia/
Núm. 106 (septiembre de 2014)
106. 18. Frenar a tiempo, Victoria Camps
Sea cual sea la decisión que finalmente determine el desenlace de la consulta prevista para el 9 de noviembre será insatisfactoria para todos (…) Pase lo que pase, ni los soberanistas verán cumplidas sus expectativas, ni los unionistas se sentirán felices tras el desgaste de energía invertida en un proyecto que siempre fue improbable. Tampoco Mariano Rajoy podrá frotarse las manos porque no habrá conseguido detener nada. Solo alargar el proceso.
Pero se ha dividido en dos el pueblo catalán y se ha evitado internamente el debate constructivo. Para unir propósitos divergentes hay que trazar una vía media que, en nuestro caso, no es ni la de los independentistas que piden la consulta ahora mismo, ni la de los unionistas que querrían ver abortado definitivamente el proceso. Si no hay consulta, habrá elecciones y las presiones soberanistas no desfallecerán, incluso es posible que aumenten.
Cuando hay negociación seria, en cualquier terreno, ninguna de las partes entra y sale de ella con el mismo paquete de propuestas bajo el brazo. Lo importante es que no haya ni perdedores ni ganadores absolutos, que las expectativas de unos y otros se vean correspondidas solo a medias.
Que el desenlace deje insatisfechos a todos, sin embargo, no es mala cosa. Lo malo sería que una de las fracciones ganara la partida. Nos guste o no, la labor del político debería consistir en buscar la unidad cuando los ciudadanos se dividen en intereses contrapuestos que amenazan la cohesión social.
“Gobernar un país con una Constitución que solo apoya el 50% es imposible”. Lo más dramático de un referéndum que plantee la secesión es que el sí gane por una mayoría escueta. No puede ser bueno, ni seguramente democrático, que la mitad de los electores decidan construir un país extraño para la otra mitad.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/30/catalunya/1412030777_203581.html
106.19. Hablemos del problema, Miquel Roca i Junyent en La Vanguardia
El decreto de convocatoria de la consulta del próximo 9-N ya está firmado. Y la maquinaria del Estado se ha puesto en marcha para conseguir su suspensión. De hecho, la atención se centra en los argumentos jurídicos y constitucionales que fundamentan tanto la impugnación del Gobierno central como la pretensión de legalidad que reclama la Generalitat. La cuestión, de momento, se centra en un debate jurídico que ignora la naturaleza política del tema.
La consulta no es más que una manifestación de un problema. Se puede discutir la consulta, pero no se puede ignorar el problema. Estamos en presencia de un problema grave, que afecta y se plantea en Catalunya pero que compromete a toda España. Se puede discutir y debatir sobre si el planteamiento que se hace desde Catalunya es acertado o no; se puede cuestionar sus expresiones e incluso, denunciar si es el resultado de manipulaciones o engaños, como se dice por parte de algunos. Pero el problema está y, si está mal planteado, los oponentes deberían de proponer otras vías para solucionarlo. Pero ignorar el problema, negando simplemente sus manifestaciones, no lleva a ningún lado. Bueno, conduce a hacer más vivo el problema.
A veces, la legalidad no está para decir no y basta; está para decir sí, señalando el cómo y, si es necesario, los límites. Pero un problema merece consideración y atención, aunque se denuncie como mal planteado.
http://www.caffereggio.net/2014/09/30/hablemos-del-problema-de-miquel-roca-junyent-en-la-vanguardia/
106.20. Atención a los dos tercios, Enric Juliana en La Vanguardia
A las ocho de la noche sonó el clarín. El toque de trompeta que todo el mundo daba por hecho, con esa vieja y pétrea seguridad hispánica en el despliegue, inapelable, de los reglamentos. La convocatoria catalana ha sido declarada ilegal, rotundamente ilegal, antes de que el órgano competente se exprese literalmente en tal sentido. España funciona así.
El unanimismo que suele criticarse a Catalunya –la innegable hegemonía del discurso soberanista en el ámbito oficial y en los medios de comunicación públicos–, tiene ahora como réplica un organicismo estatal sin fisuras.
Hay que prestar atención estas semanas a la relación entre bambalinas entre PP y PSOE. Rajoy y Sánchez mantienen una línea de comunicación constante. En la actual coyuntura política, marcada por una creciente fragmentación de las ofertas políticas, es posible imaginar que en el Parlamento del 2016 –sin reforma constitucional en la agenda-, PP y PSOE tengan dificultades para sumar 234 diputados. Abordar entonces la reforma constitucional sería mucho más difícil y costoso. Según cómo, imposible.
La competición/cooperación PP-PSOE es en estos momentos un dato tanto o más importante que la maquiavélica cooperación/competición entre CiU y ERC en Catalunya
http://www.caffereggio.net/2014/09/30/atencion-los-dos-tercios-de-enric-juliana-en-la-vanguardia/
106.21. De clavos y martillos en Escocia y Cataluña, Jean Leclair
Si Quebec sigue siendo una provincia canadiense pese a las turbulencias constitucionales de los años ochenta y noventa, es muy probablemente porque, digan lo que digan las principales figuras nacionalistas, los quebequenses son conscientes de la autonomía política extremadamente amplia —y envidiada por muchos Estados federales— que ejerce su provincia en el interior de Canadá. Pero también porque el Gobierno central no les impidió pronunciarse sobre su futuro y porque ellos reconocieron la pertinencia de la decisión del Tribunal Supremo de Canadá, según la cual una pregunta que compromete el destino nacional debe ser perfectamente clara. Un Estado central federal debe evitar confundir firmeza con intransigencia.
http://elpais.com/elpais/2014/09/29/opinion/1411980700_398312.html
106.22. Fundamentalismo constitucional vs. legitimidad democrática, Jaime Pastor
Lo peor de todo en el ya previsible discurso de Rajoy es su afirmación rotunda de que “desde un punto de vista estrictamente político, tampoco cabe obrar de otra manera”. Porque ahí está el quid de la cuestión
Ha sido esa falta de voluntad política de Rajoy y su gobierno de buscar un terreno de encuentro que encaje la legalidad con la realidad, y no al contrario, la que ha conducido a la confrontación actual. Sin duda, en ello ha influido un fundamentalismo constitucional muy arraigado en sus filas, pero también los consabidos cálculos electoralistas, dirigidos a compensar el desgaste que está sufriendo tanto en el plano político (corrupción) como social (“austericidio”) mediante el recurso a un nacionalismo español beligerante en una parte significativa de su base social.
No sabemos hasta dónde podrá llegar este movimiento ni qué va a ocurrir el 9-N. Algo es, sin embargo, seguro: con este portazo a la consulta, la desafección ciudadana y el independentismo en Catalunya no dejarán de fortalecerse en el futuro.
¿Habrá que insistir una vez más en que el desafío democrático catalán supone una impugnación en toda regla de ese “régimen del 78” contra el que también está luchando una creciente mayoría social en todo el Estado español? ¿No deberíamos tomar nota de que, aunque los sentimientos nacionales sean muy diferentes, tenemos un mismo interés común en que en esta contienda política no salga victorioso un régimen que está, además, en profunda auto-reforma reaccionaria?.
106.11.La pregunta sí importa, Xavier Arbós Marín
Como muchos de mis conciudadanos, quiero ser consultado sobre el futuro político de Catalunya. Como algunos, empiezo a estar harto de escuchar voces que, sin duda inspiradas por la buena voluntad, me van diciendo lo que me conviene. Gracias por su interés, pero ya basta. Quiero votar. No podré hacerlo si no es desde la legalidad, y ningún voto servirá si no se formula con las garantías que solamente la legalidad puede otorgar. Consulta sí, pero no así.
http://www.eldiario.es/agendapublica/reforma-constitucional/importancia-pregunta_0_307969409.html
106.12. La Brigada Aranzadi, Enric Juliana en La Vanguardia
“En el corto plazo, a la situación catalana sólo le veo una salida. Primero, sugeriría unos ejercicios de gimnasia al Gobierno y a la Generalitat. Ambas partes deberían negociar algunos asuntos menores, a fin de romper el hielo y restablecer una cierta confianza. No basta con las reuniones discretas. Debería haber acuerdos públicos sobre asuntos menores o secundarios, para comunicar a la sociedad que los pactos siguen siendo posibles. Una vez restablecido ese mínimo clima de confianza, se debería pactar una nueva disposición adicional de la Constitución que reconozca la realidad nacional catalana y blinde sus competencias en lengua, economía e infraestructuras. Una ‘mutación constitucional’, que no obligue a abrir la Carta Magna en canal. Esa modificación no exigiría referéndum. Bastaría un amplio acuerdo parlamentario. Y que nadie me diga ahora que esa iniciativa puede provocar un alud de reclamaciones de las demás autonomías. ¿Para qué sirven los dos grandes partidos nacionales? ¿Acaso ya no sirven para acotar el alcance de los grandes debates? Esta ‘mutación constitucional’ no resolvería definitivamente el problema, seguramente, pero le daría otro marco. Más adelante podría abordarse una reforma más a fondo de la Constitución, que no creo aconsejable en las actuales circunstancias. Si de verdad se quiere afrontar la situación, lo primero que hay que hacer es reconocer la singularidad de Catalunya, su realidad nacional. Y eso se puede hacer sin aparatosas cirugías. El problema de Catalunya es eminentemente político y no se va a resolver con el Aranzadi en la mano”.
Son palabras de MIguel Herrero de Miñón en el debate del 20 de enero en la Casa de América de Madrid. Ayer votó en el Consejo de Estado a favor de la inconstitucionalidad de la consulta del 9 de noviembre en la reunión dominical. Pero está rotundamente a favor de reconocer a Cataluña como sujeto político.
http://www.caffereggio.net/2014/09/29/la-brigada-aranzadi-de-enric-juliana-en-la-vanguardia/
106.13. Despropósitos, Francisco Rubio Llorente en La Vanguardia
Despropósitos son, dice el diccionario, hechos o dichos fuera de razón, principios o conveniencia.
Dicho en términos clásicos: las consultas se dirigen al hombre; el referéndum, al ciudadano.
Al disparate de afirmar que, como el baciyelmo cervantino, la consulta es a la vez consulta y referéndum, se suma el empecinado despropósito de convocarla a sabiendas de que el Gobierno ha de prohibir su celebración.
Sería injusto hablar sólo de los despropósitos del Govern de la Generalitat, porque despropósito es también la reacción del Gobierno de España. La prohibición de la convocatoria la priva de efectos, pero no acabará con el fervor independentista y tal vez lo acentúe. Mala es la convocatoria, pero mala también su prohibición y un gigantesco despropósito del Gobierno español amenazar con esta como único instrumento para impedir aquella. Lo razonable es acudir a remedios que ataquen el mal en su raíz, que disminuyan el apoyo que hoy tiene el independentismo y ofrezcan al Govern catalán argumentos para modificar su postura. Antes o después habrá que hacerlo y mejor hacerlo ahora, aunque con eso se ayude a Mas a sacar las castañas del fuego, que hacerlo más tarde, forzados por las circunstancias.
http://www.caffereggio.net/2014/09/29/despropositos-de-francisco-rubio-llorente-en-la-vanguardia/
106.14. El 9-N ante el Tribunal Constitucional, Andrés Boix Palop
Existen dos cuestiones esenciales que van a enmarcar el debate jurídico a que se enfrenta el Tribunal Constitucional y que determinarán la constitucionalidad (o no) tanto de la ley de consultas catalana como de la convocatoria de esta consulta concreta
En primer lugar, el TC ha considerado que la competencia estatal de convocatoria de referéndums del art. 92 CE (una decisión de atribución competencial a mi juicio criticable por parte del constituyente, pues impide cosas tan sencillas como referéndums locales si no media autorización y convocatoria estatal de los mismos, por ejemplo, pero que es el Derecho vigente que tenemos y con él hemos de jugar) veda a una Comunidad Autómoma convocar algo materialmente idéntico a un referéndum, que la STC 103/2008 define a partir del hecho de consultar a la población, a partir del censo electoral y con garantías propias de un proceso electoral, sobre una cuestión política básica. La ley 10/2014 catalana, por ello, introduce diferencias, sobre todo en el cuerpo electoral al que se consulta (mucho más amplio por incluir a mayores de 16 años y a inmigrantes residentes) y en algunas cuestiones procedimentales, respecto de una convocatoria electoral . Esto hace que haya quien considere que estamos ante algo materialmente diferente a un referéndum,
Una segunda cuestión conflictiva tiene que ver con la pregunta concreta que, en el marco de la ley catalana 10/2014, ha sido realizada para la convocatoria del 9-N. La ya varias veces citada STC 103/2008 sobre el Plan Ibarretxe parece afirmar que es inconstitucional plantear cualquier pregunta que afecte al orden constitucional vigente y a sus elementos más fundamentales tales como la unidad de la nación española, pues a su juicio esos temas sólo pueden preguntarse a la ciudadanía en el marco de un proceso de reforma constitucional del art. 168 CE.
No será, sin embargo, este juicio de constitucionalidad lo que determine jurídicamente, en cambio, la solución a corto plazo.
106.15. Frente al desafío, las razones y la ley, Aurelio Arteta
Nuestro Gobierno debería haber expuesto y debatido primero sus razones contra la secesión y recordado después la norma constitucional que la prohíbe. Para añadir enseguida que la prohíbe precisamente porque tal norma se funda en aquellas razones, en último término morales, y las condensa a todas ellas. Tal vez así no llegue a persuadir a la Generalitat, pero sí a bastantes ciudadanos de aquí y de allá. Que las pretensiones secesionistas catalanas son ilegales, es cosa sabida; lo necesario es esforzarse en probar ante los ciudadanos algo más importante: que son además ilegítimas. Y para eso conviene entrar en la liza con argumentos que priven a tales pretensiones de su apoyo legitimador. Pero a un Gobierno de fieles creyentes en su pueblo escogido, le replica otro Gobierno de creyentes en la virtud taumatúrgica de la ley. A la petición más arrogante (porque así lo quiero) le sigue el rechazo leguleyo más tajante (porque la ley lo prohíbe).
La democracia no se reduce a votar, porque ese ejercicio ciudadano requiere múltiples aclaraciones y justificaciones previas. Primero, ¿votar qué? No es lo mismo poner a votación una medida pública cualquiera que la secesión de un territorio con vistas a formar un nuevo Estado. Los requisitos de lo uno no coinciden con los requisitos para lo otro. Votar eso, ¿por qué? Pues el caso es que no estamos ante un proceso de descolonización de Cataluña ni cabe argüir que el Estado esté violando los derechos de los catalanes… ¿Votar quiénes? Todos los afectados, debe responderse, y no que una parte pueda imponer su voluntad sobre el todo de esos afectados.
Oiga, ¿y votar cómo? Ni la pregunta sometida a la eventual consulta resulta clara, sino retorcidamente tramposa; ni ha habido bastante información y sí una abierta manipulación de la realidad y de las mentes. ¿Votar con arreglo a qué mayoría? El sentido democrático demanda aquí una mayoría muy reforzada, a poco que se considere lo irreversible de una secesión o la profunda fractura que causaría en el seno de esa sociedad. ¿Y votar esa propuesta de independencia cada cuánto tiempo? Porque no cabe repetir ese trance consultivo cada vez que el nacionalismo oteara expectativas de victoria… En definitiva, depositar su voto (y en especial en esta clase de consulta) es seguramente lo último que le compete a un ciudadano. Antes tienen que asegurarse las condiciones para que su votación merezca llamarse democrática…, salvo que lo democrático se confunda sin más con lo mayoritario. El derecho democrático al voto tiene como límite el someterse a otros derechos y deberes democráticos.
http://elpais.com/elpais/2014/09/27/opinion/1411825672_209919.html
106.16. Derecho y democracia, Rafel Mateu de Ros
Ni siquiera la Constitución puede convertirse en freno a una voluntad social que reclama cambios.-
Antes de la Constitución está la democracia: elecciones libres, libertades y derechos fundamentales de las personas y de las sociedades. Lo demás —el régimen electoral, el bicameralismo, los privilegios de los partidos e incluso los procedimientos de revisión constitucional— son creaciones de la clase política que no forman parte del núcleo esencial de la democracia. Es Derecho constitucional secundario y contingente.
El principio democrático exige que si una comunidad organizada quiere votar su transformación, su fusión o su disolución, pueda hacerse. Pero el principio democrático impone también que, puesto que ese escrutinio ha de realizarse dentro de un marco normativo previo emanado del Estado a propuesta del sector interesado que establezca sus condiciones y consecuencias con toda precisión y transparencia, se determine previamente el régimen que haga posible la consulta. Es el Estado el primer interesado en constatar si la realidad social cuya existencia indubitada algunos proclaman es tal o solo existe en la imaginación interesada de una fracción política.
http://elpais.com/elpais/2014/08/21/opinion/1408631383_852992.html
106.17. Astucia y democracia en días históricos, Lluís Bassets
No hay garantía alguna sobre la celebración efectiva de la consulta, pero lo que es campaña la hemos tenido, larga, intensa y costosa. De hecho, lo único que hemos tenido hasta ahora es campaña, una soberbia y exitosa campaña muy bien coordinada desde arriba y desde abajo, con aportaciones privadas y con presupuestos públicos, con fastos del Tricentenario incluidos y una entera corporación de medios de comunicación, radio y televisión, generosamente pagados por todos los contribuyentes, dedicados a ella en cuerpo y alma, con despliegue de todos los géneros y en todos los horarios. Y lo que ha faltado, en cambio, es un debate abierto y de altura sobre las ventajas e inconvenientes de la independencia, con posiciones diferenciadas y respeto mutuo entre unos y otros como en Escocia.
La astucia ha proporcionado el ejercicio del derecho de autodeterminación bajo la denominación más ligera y aceptable del inconcreto derecho a decidir, inexistente mundialmente en código legal alguno. La ley de consultas y el decreto de convocatoria responden ambos a la misma astucia: denominar consulta no referendaria a lo que todos, empezando por los medios internacionales, consideran sin duda alguna como un referéndum de autodeterminación sobre la independencia.
El orden trabucado de los factores es parte de la astucia desde el primer día. Primero la campaña y luego ya veremos si hacemos la consulta. Primero optamos por la independencia y luego ya organizamos el proceso que conduzca a una consulta exitosa. Pero la mayor y las más bella de las astucias –que resume el cambio en el orden de las factores que necesariamente altera el producto– es la inversión de los términos de la reforma constitucional que se necesita para que Cataluña sea reconocida como sujeto político y de ello pueda derivarse el derecho a autodeterminarse, es decir, ser consultada sobre su futuro y sobre sus relaciones con España.
Todo muy claro: astucia, siempre; radicalidad democrática, a conveniencia.
http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/2014/09/astucia-y-democracia-en-d%C3%ADas-hist%C3%B3ricos.html
El acto de la rúbrica retrata el primer desgarro significativo de la unidad del frente soberanista
El secuestro del principio de igualdad se consagra en el artículo tercero del decreto. Este artículo confirma -en vez de corregirla, como era un requisito de cajón-, la posición de privilegio de quienes votasen sí a la independencia respecto de quienes no reclamasen un “Estado “propio”. Los que votasen “no” a la primera pregunta, a ese “Estado propio”, no podrían pasar a ejercer el derecho a decidir en la segunda, que es la más sustantiva: sí o no a la separación, a que ese Estado propio fuese independiente. La catástrofe democrática que implica ese formato de cuestiones sucesivas se demuestra también por la siguiente hipótesis: con la mitad rasa (más un voto) de síes al Estado propio, y la mitad rasa de “síes” a la independencia (más un voto), un 25% de los votantes (más dos papeletas) se proclamaría la secesión. Y si participase la mitad rasa del censo (más uno), bastaría con un 12,5% (más tres votos) del electorado para tal objetivo. Probablemente los porcentajes no serían esos. Pero solo la posibilidad de que ese fuese el resultado indica ya el carácter rotundamente antidemocrático del formato elegido.
Claro que no estaríamos en esta ignominiosa situación si el Gobierno de Mariano Rajoy hubiese escuchado el malestar de los catalanes, hubiera adoptado alguna iniciativa, hubiese formulado alguna propuesta. El secuestro es, pues, por partida doble.
http://politica.elpais.com/politica/2014/09/27/actualidad/1411813124_921402.html
106.2. Hay que encontrar una salida, Francesc de Carreras
Con el ordeno y mando no basta, hace falta persuadir, seducir y, como decíamos, convencer.
A la visible deslealtad que las autoridades catalanas demuestran al retorcer la Constitución y el Estatuto para burlarse de la democracia, no se le puede hacer frente únicamente con la aplicación de las leyes.
¿Cuál es el núcleo de esta estrategia? Algo que en Europa es propio de las fuerzas de extrema derecha o de extrema izquierda, tanto en tiempos de Companys como hoy: el populismo, es decir, la pretensión de que el pueblo está representado por los ciudadanos que se manifiestan en la calle y no por los ciudadanos censados que votan cuando les corresponde de acuerdo con la ley.
El presidente del Gobierno no ha sabido explicar ninguna respuesta política más allá de la ley y el derecho. No ha sabido argumentar de forma convincente las consecuencias negativas que tendría para los catalanes una Cataluña independiente y, sobre todo, no ha sabido explicar las ventajas de pertenecer a España, a la UE y al euro. Durante dos años, sólo Constitución, ley y sentencias. Obviamente esto no basta, se ha perdido un tiempo precioso.
http://elpais.com/elpais/2014/09/27/opinion/1411825331_473849.html
106.3. Gallina el último, Carlos Sánchez
Lo que ha cambiado es, ni más ni menos, la constatación de que la vía jurídica -la batería de recursos e impugnaciones que presentará el Gobierno en los próximos días- no es suficiente para resolver un problema político.
Estamos ante un evidente choque de legitimidades -la emanada del parlamento de Cataluña y la derivada del orden constitucional-, que sólo puede resolver la política. Lo cual no es contradictorio con el hecho de que Rajoy tenga la obligación de impugnar todos y cada uno de los actos administrativos que rodean un infausto referéndum.
.http://blogs.elconfidencial.com/espana/mientras-tanto/2014-09-28/gallina-el-ultimo_217766/
106.4. Si yo fuera catalán, Javier Marías
Esa fiebre se propaga cuando en España hay un Gobierno del PP del que uno entiende que cualquiera quiera separarse
Lo decisivo de una independencia no es el hecho en sí, sino en manos de quién queda uno”
Con las perspectivas actuales, si yo fuera catalán tendría pánico.
http://elpais.com/elpais/2014/09/25/eps/1411661902_582401.html
106.5. El partido alfa en la almena, Enric Juliana en La Vanguardia
La convocatoria catalana alimenta electoralmente al PP y ensancha la percepción problemática de España
Visto desde las almenas del castillo, los sucesos de Catalunya cohesionan y movilizan a la base electoral de la derecha española. No habrá consulta. El Tribunal Constitucional la prohibirá y desde el Gobierno se advertirá a los funcionarios de la Generalitat del riesgo de inhabilitación individual. Mensaje especialmente dirigido a los directores de escuela y a los Mossos d’Esquadra. No habrá amenazas inmediatas de suspensión de la autonomía. Se contempla –desde las almenas-, la posibilidad de elecciones anticipadas en Catalunya, en enero o febrero.
El caso Pujol ha dejado muy tocada a Convergència y ERC va primera en las encuestas. No parece un gran estímulo para el adelanto electoral, cuya llave está en el bolsillo de Artur Mas. Pero ocurren dos cosas: ERC no quiere ganar ahora la Generalitat –sí los ayuntamientos que tenga a su alcance, todos los que pueda– y la convocatoria de la consulta engrandece a Mas en Catalunya. La ceremonia de ayer en Barcelona, solemne, gótica e internacional, giró entorno a su figura. Está surgiendo el ‘Partit del President’. El viernes, en el Parlament, murió, definitivamente, la CDC pujolista. Ayer sábado, en Palau, nació el ‘Partit de la Sobirania’, encabezado por Mas. ERC no lo tendrá fácil para resistir la presión a favor de una candidatura soberanista unitaria, con independientes. La secuencia 11-9-11 es también un momento de fuerte pugna interior catalana. Según cómo evolucionen los acontecimientos, esa lucha acabará en primer plano, descarnada. Catalunya siempre ha sido muy pugnaz. No hay momento de cambio en España, sin una gran pugna interior en Catalunya.
106.6. Unidad, unidad, unidad!, Manuel Cruz
¿Qué sentido tiene que, sabiendo que no se puede celebrar la consulta, sus promotores actúen como si fuera posible?
Por supuesto que mantener excitadas, ilusionadas y en tensión a las propias fuerzas de manera que, cuando por fin hubiera que anunciar la verdad, pudiera reconvertirse la previsible irritación en combustible con el que afrontar las nuevas etapas, sean estas cuales sean. Pero tampoco habría que descartar que la decisión responda a un segundo propósito, el de, a base de poner en exclusiva el foco de la atención sobre la consulta misma (convirtiéndola en un auténtico test de la calidad de la democracia en España), soslayar la cuestión, por lo que se ve ciertamente embarazosa para algunas de las formaciones que apoyan el proceso, de definir su posición ante el contenido de las preguntas planteadas en la consulta en cuestión.
Dos de los partidos integrados en el bloque soberanista, ICV y Unió, han estado posponiendo hasta después de la convocatoria de la consulta hacer pública la decisión acerca del sentido de su voto. ¿Es posible que, a estas alturas, ninguna de las dos formaciones tenga definida su posición al respecto?
Tan llamativa dilación persigue evitarse el mal trago político de tener que hacer pública por fin su apuesta y que, en el fondo de su corazoncito, ambas formaciones preferirían que la consulta nunca se celebrara, precisamente para mantener alzada la bandera de su reivindicación, pero sin coste político alguno.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/27/catalunya/1411846761_713390.html
106.7. Gestos, José María Mena
No tienen razón los que exigen la inmediata interrupción del proceso a partir de su convicción de que es esencialmente ilegal. La ilegalidad solo la declaran los tribunales. Ante ellos pueden ser recurridas las declaraciones, leyes y decisiones del Parlament y del Govern de Cataluña. Las amenazas penales que acompañan a aquellas exigencias solo sirven para mantener abierta la escalada gesticulante, pero son inútiles por ineficaces.
Las previsiones penales actuales son limitadas. Descartada la estrafalaria hipótesis del delito de sedición, el fiscal general solo podría querellarse por prevaricación y desobediencia contra el president o quizás contra todo el Govern ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, porque son aforados. Las penas correspondientes a esos delitos no son de prisión sino de inhabilitación, de modo que ni siquiera en la peor de las pesadillas cabría la prisión preventiva.
Tampoco cabría la inhabilitación preventiva, porque no está prevista en nuestra ley procesal ni está permitida en el artículo 67 del Estatut. Por lo tanto, aun estando inculpados, no sería posible suspender al president ni al Govern hasta que recayera sentencia condenatoria firme y definitiva, tras un larguísimo proceso en el Tribunal Superior, con sus recursos ante el Tribunal Supremo y el Constitucional. Serían meses o años de insostenible conflicto jurídico y político.
Sin embargo, para los alcaldes, funcionarios y otros participantes en la realización de la consulta (miembros de las mesas electorales, interventores, titulares de los locales electorales etc.) la amenaza penal no es hueca, es real. Recuérdese que el fiscal general convocó a los fiscales provinciales de Cataluña, sin duda para impartirles instrucciones sobre su actuación en sus respectivos territorios, donde se realizarían, en cada localidad, aquellas actividades de participación en la consulta. Esos alcaldes, funcionarios y participantes no son aforados. Ellos sí tendrían sus juicios rápidos, sus condenas, sus inhabilitaciones. No es previsible su autoinmolación generalizada. Y sin su participación total no habrá consulta efectiva.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/26/catalunya/1411757561_492365.html
106.8. Entre Edimburgo y Barcelona, Josep Borrell
El Reino unido ha tenido 10 primeros ministros escoceses. España, con alguna excepción transitoria, ningún primer ministro catalán.
Y la globalización ha debilitado el Estado nacional, que ya no tiene la fuerza protectora –coercitiva que tuvo. En buena parte, la ha perdido en beneficio de uniones más amplias, como la UE. ¿Para qué ir a Bruselas pasando por Londres, o por Madrid, cuando se puede ir directamente a defender los particularidades intereses de cada parte de un Estado con suficiente personalidad político-histórica?. De paso, eso también sirve para dar a las elites políticas locales mas ocasión de actividad y protagonismo.
No, no todo ha quedado resuelto. Y la prensa británica destila un poso de preocupación y hasta de pesimismo. Salmon ya anunciado que el sueño de Escocia no ha muerto, es decir que habrá que volver a probarlo. Poco importa que el 55 % de los escoceses no parezca compartirlo. Es el sueño de Escocia, mal que les pese. Y si no lo comprenden es que no deben ser verdaderos escoceses. Ese es uno de los problemas de esa clase de referéndums. Si los independentistas no ganan, prepárense para la próxima. Si hubieran ganado, hubieran considerado la cuestión definitivamente cerrada.
http://www.republica.com/2014/09/26/entre-edimburgo-y-barcelona_840644/
106.9. Conflicto sin solución, Javier Pérez Royo
Un conflicto territorial únicamente puede ser resuelto a través de la negociación, cuyo resultado después es muy conveniente que se someta a referendo. De esta manera se resuelve.
En España caminamos hacia un escenario mucho peor. En primer lugar, porque nosotros hemos tenido una solución pactada y refrendada con base en la Constitución de 1978 hasta el 2010. Todos los estatutos de autonomía del artículo 151 han sido pactados entre el Parlamento de la nacionalidad o región proponente y las Cortes Generales y refrendados por el pueblo de dicha nacionalidad o región. Las reformas de dichos estatutos, también. Esa regla constituyente quebró con la sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 sobre el Estatut.
A partir de ese momento nos hemos quedado sin Constitución territorial. Pues la Constitución territorial era el pacto entre el Estado y la nacionalidad correspondiente sellada por el referendo de los ciudadanos de la comunidad autónoma constituida a través de dicho pacto. La Constitución a la que el Gobierno apela, para negarse a cualquier tipo de negociación, fue la Constitución de todos, pero ya no lo es. Cancelada la negociación y anulado el resultado del referendo de aprobación del Estatut, Catalunya se ha quedado sin Constitución. Con Catalunya, España.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/conflicto-sin-solucion-3515702
106.10. Crisis de pareja para una España federal, Juan Fernández Carnicer
España en esta ocasión debe sí o sí vestirse de etiqueta para reconquistar a los catalanes de a pie porque esta es la relación que ambos tácitamente hemos aceptado
Quizá si a Cataluña no le interesa España es porque España se ha perdido el respeto a sí misma. A nadie le motiva formar parte de una sociedad tolerante con la corrupción, que deja en la cuneta a los que más sufren y en la que fondos sin nombres ni apellidos se van adueñando paso a paso de los sueños de falsa prosperidad que la generación engañada ya no puede asumir. Pero que nadie se llame a engaño. Cataluña también ha participado activamente en el debilitamiento paulatino de sus servicios públicos o de sus instituciones. Nadie que nos haga una radiografía fiel sería capaz de disociar a catalanes de madrileños o valencianos en esto tampoco. Cataluña es, en fin, también sur de Europa, aunque esté en el norte de España.
http://www.eldiario.es/zonacritica/Crisis-pareja-Espana-federal_6_307329288.html