Núm. 56-71 (octubre de 2014)
El verdadero riesgo es no modificar nuestros conceptos, Joaquín Santos*
Hace un par de días acabé de leer una novela estupenda. Se trata de El ciclista de Chernobil, de Javier Sebastián
Justo cuando acabé de leer este libro hace dos días, decidí poner la televisión y comparecía la ministra Ana Mato con motivo de un caso de ébola contraído por una de las personas que atendieron al último de los misioneros repatriados. Tengo la sensación de que uno de los principales errores en la situación ha sido la prepotencia, tanto en el cálculo del riesgo, como en la toma de medidas, como en la confianza que parece que se había instalado porque en el primer caso no había sucedido nada, y posiblemente en unas cuantas cosas más sobre las que prefiero no especular porque la información es todavía muy escasa.
Con las catástrofes tendemos a caer en una modalidad de pensamiento mágico. Seguimos concibiendo las catástrofes, en buena medida, como efectos de las desgracias causadas de forma inevitable por las fuerzas de la naturaleza. Es evidente que las enfermedades, los terremotos, los huracanes son fenómenos naturales. Pero no es menos cierto que las consecuencias de los mismos en las vidas de los seres humanos tienen mucho menos de naturales y mucho más de causalidad humana.
Lo curioso de nuestra sociedad es que pretende hacer pasar por desastres naturales lo que no son más que errores humanos. Errores que residen en la ambición de unos y la prepotencia intelectual de otros.
En todos estos acontecimientos y sus consecuencias se da la ocultación de la realidad, de las verdaderas causas, de los errores, para evitar con ello la asunción de las responsabilidades o la afectación de los grandes intereses que están en juego.
En el caso del contagio de ébola, deberíamos insistir en sus causas reales, en los errores concretos y en los de fondo, para no volverlos a cometer. Las epidemias vienen a demostrar que somos interdependientes, que somos un comunidad, que la sociedad existe y que no vivimos aislados. Esto tiene una consecuencia evidente, tenemos que pensar en que tenemos que organizar la comunidad y la convivencia desde el hecho mismo de que esta existe. Uno de los mantras neoliberales nos lleva a creer que la sociedad no existe, que sólo existen los individuos y, en todo caso, las familias. Nuestra forma de interactuar es exclusivamente el mercado. Si no pensamos que la sociedad existe, que este es un dato de la realidad y actuamos sin ese concepto en la cabeza podemos acabar cometiendo errores como el de desmantelar los servicios administrativos profesionalizados y públicos responsables de la salud pública, posiblemente considerado como un gasto superfluo. En muchas cosas la autorregulación de la sociedad a través de la mano invisible del mercado es una auténtica falacia, la salud pública es uno de ellos, no el único, pero sí el que queda ahora en evidencia.
Los conceptos son absolutamente vitales, según los que manejemos para pensar nos conduciremos de una forma u otra. Seguramente los conceptos han tenido mucho que ver con los errores cometidos en esta catástrofe. No sólo tenemos que cambiar los protocolos, posiblemente tenemos que cambiar los conceptos con los que operamos con la realidad.
http://espacioservisoci.blogspot.com.es/2014/10/el-verdadero-riesgo-es-no-modificar.html
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Punto de partida, Daniel Bernabé
Ser de izquierdas, frente a lo que pudiera parecer, no es una ideología, es, básicamente, una forma de caminar por la vida. Una ideología, como no me canso de repetir, es la forma ordenada de concitar unos intereses con una forma concreta de pensar y hacer. Y, pese a lo que se podría pensar, nadie carece de ella.
Todo el mundo tiene ideología. Otra cosa es que lo sepa, o a menudo, y por desgracia, se valga de una que incluso es contraria a sus intereses como persona. Se trata, simplemente, de que los que mandan, en un alarde esperable de ingeniería social, han hecho coincidir sus intereses con los de la mayoría, e incluso, en un giro totalitario, trabajan para que la única forma de pensar aceptable y conocida sea la suya. Y aquí viene la gente.
Cuando activistas críticos con lo que hay -no ofendamos llamándoles de izquierdas- hablan de la gente -no sin un cierto tono paternalista- a lo que se están queriendo referir es a las clases populares que carecen de una ideología fuerte y propia más allá de su experiencia empírica con la realidad. Es, a propósito de esta “gente”, como habitualmente se fundamenta lo obsoleto del término izquierda.
Pero la idea de que la izquierda es un concepto obsoleto no pasa de ser más que un mantra, una especulación, una dolorosa superstición elevada a teoría.
Renunciar a la izquierda es renunciar al arma más poderosa con la que contamos. Renunciar a la izquierda es renunciar a unas formas de pensar y hacer básicas. Renunciar a ser de izquierdas es caer en la nada. En una entelequia expresada en la defensa ciudadana de unos derechos comunes. No existe comunidad posible entre el cordero y el lobo, entre quienes mantienen diferentes y antagónicos lugares en el proceso productivo. Entre quienes nos necesitamos unos a otros y quienes se necesitan a ellos mismos. La transversalidad no es más que, en el mejor de los casos, un deseo pueril, en el peor, una forma de negar por interés la naturaleza del sistema económico y social en el que vivimos (y morimos).
La izquierda, como concepto, no solo no es obsoleta, sino más necesaria que nunca.
Cuando alguien quiere asociarse a este concepto, no dice pertenecer, estar o pensar. Dice ser. Se es de izquierdas, como condición intrínseca a uno mismo.
http://www.danielbernabe.com/2014/10/puntos-de-partida.html
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¿Libertad de expresión en España? ¿o control mediático?
58.1. Soraya asegura a Mariano Rajoy que ‘todos los diarios están controlados’ incluyendo a ‘El País’
Soraya puede presumir –y de hecho lo hace- con Mariano Rajoy de tener completamente controlados los diarios en año electoral. El reciente nombramiento de José Antonio Sánchez como presidente de RTVE les garantiza tener una cadena pública absolutamente controlada y emitiendo mensajes favorables al PP. Por lo que ahora toca ir a por las privadas.
La Vicepresidenta Primera de Gobierno tiene el mandato expreso de Mariano Rajoy de ‘supervisar’ a la Prensa, Radio y Televisión en año electoral y evitar mensajes disonantes que puedan quitarle votos en curso electoral. Las consignas son simples: la recuperación ya está aquí, somos los que más crecemos de Europa y el Gobierno ha realizado un esfuerzo importante por mejorar las condiciones de vida de los españoles.
http://www.prnoticias.com/index.php/prensa/59/20134615#.VDUjnXfb624.twitter
58.2. Gran Hermana te vigila, Ramón Cotarelo
La inauguración de la edición catalana de elpaís.es estuvo presidida por Soraya Sáenz de Santamaría. Por si había alguna duda de a quién corresponde atraíllar a los diarios. Todos quietos y a marcar el paso. Estamos ya en año electoral y es imprescindible que la gente se convenza de que la verdad es el Potemkin que le relatan los medios y no lo que ve en la vida diaria. Es un retorno a aquel famoso dicho del franquismo frente a quienes hablaban de cosas desagradables: «menos viajar y más leer el Informaciones«. Hoy igual: menos fisgar por ahí y más leer ELPais-El Mundo-ABC-LaRazón, el frente de la verdad neoliberal a la par que nacionalcatólica. A buenas horas iba Rajoy a permitir que Sáenz de Santamaría fuera alcaldesa de Madrid cuando la tiene de passepartout en La Moncloa, de cabo furriel, Torquemada, vigía, gran hermana orwelliana, maquiavela del partido y catavenenos del Jefe.
Con la prensa en un puño, el gobierno se asegura también el audiovisual. Las empresas privadas sometidas merced a la política de licencias, subvenciones y otras formas presión que la vicepresidenta maneja con la frialdad y falta de escrúpulos que ha aprendido de su maestro. Las públicas, convertidas en aparatos de agitprop y pobladas de comisarios políticos, intelectuales y comunicadores orgánicos a sueldo. Con todo bajo control, Rajoy y los suyos tienen un año para convencer al electorado de que solo ellos tienen la llave del éxito frente al riesgo que suponen todos los demás; que lo que ha pasado no ha pasado o ha sido culpa de otros; que lo que va a pasar será el retorno de la prosperidad, la abundancia y la felicidad; y que, mientras tanto, el gobierno no roba, no protege a los corruptos, no hace chapuza tras chapuza y trabaja round the clock.
La conclusión parece obvia. En un sistema formalmente democrático pero materialmente dictatorial, con toda la comunicación secuestrada y la vigilancia omnipresente de la Gran Hermana y sus policías del pensamiento y obra el gobierno tiene las elecciones ganadas. Sin embargo, no tenemos pruebas concluyentes de que el monopolio informativo, la censura, la manipulación, el embuste institucionalizado rindan tales frutos. Hay numerosos casos en que la población ha votado en sentido contrario a la machacona propaganda del gobierno.
http://cotarelo.blogspot.com.es/2014/10/gran-hermana-te-vigila.html
58.3. Planeta censura el libro de Gregorio Morán sobre la casta cultural española
El ensayo se llama El cura y los mandarines, lo ha escrito Gregorio Morán y es una historia sobre los vínculos entre la cultura y la política española entre 1962 y 1996. Hoy tenía que haberlo puesto en circulación la editorial Crítica, del grupo Planeta, y tenía todas las papeletas para convertirse en uno de los ensayos culturales del año: Gregorio Morán, periodista crítico de referencia, culminaba así una carrera dedicada a investigar la fontanería del poder en nuestro país. Pero no será así, al menos en el sello de José Manuel Lara, así lo ha confirmado la editorial a este periódico a pesar de estar anunciado el lanzamiento desde hace meses.
Crítica se ha negado a publicar el ensayo sin purgar, a lo que Morán se ha opuesto. Conclusión: la censura convierte El cura y los mandarines en un libro maldito y legendario.
La ironía del asunto es que El cura y los mandarines es un repaso a las mezquindades y los abusos de poder de la cultura española de la segunda mitad del siglo XX. Así que su censura vendría ser un extraño caso de profecía autocumplida. Qué mejor manera de certificar las tesis del libro que censurándolo, y qué mejor forma de promocionarlo que impidiendo su publicación (podría pensar un cínico).
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El ébola
59.1. No una equivocación, sino varias, Milagros Pérez Oliva
Aunque no se haya podido determinar con exactitud dónde se produjo el fallo, es evidente que los protocolos aplicados en la atención de los dos enfermos de ébola repatriados en agosto y septiembre pasado no han funcionado correctamente. Una auditoría clínica debe determinar lo más pronto posible dónde se ha producido el error que ha permitido el contagio de una auxiliar de enfermería para evitar que se repita. Pero lo que sí sabemos ya es que ese no ha sido, en todo caso, el único fallo. Y probablemente ni siquiera el más grave.
La crisis es fenomenal y su gestión requiere, además de la máxima capacidad técnica y científica, de una dirección política sólida, de la que lamentablemente carecemos. La ministra Ana Mato es seguramente la titular menos competente que ha tenido la cartera de Sanidad. Su comparecencia en rueda de prensa no solo no sirvió para tranquilizar, sino que fue un factor de alarma adicional.
http://politica.elpais.com/politica/2014/10/07/actualidad/1412711231_141082.html
59.2. Ébola: narcisismo y temeridad gubernamental, Juan Antonio Palacios Castaño
Echando la vista atrás y tomando las crisis más importantes a las que ha tenido que hacer frente el partido político que hoy nos gobierna, parece que todas ellas tienen el mismo eco, la misma forma de gestión, el mismo tipo de negligencias, los mismos narcisismos, omnipotencias y temeridades que hubo en la gestión del 11-M, la crisis del Prestige, con el Yak42, en el Madrid Arena, durante el proceso de privatizaciones de la Sanidad, en el Metro de Valencia o en el accidente de tren de Santiago de Compostela.
Muchos de los profesionales que trabajamos en el ámbito de lo público, a pie de obra de la realidad nacional e internacional, sabemos y documentamos reiteradamente que es posible hacer las cosas de forma diferente, que los proyectos de intervención de gobierno en el ámbito público, y más concretamente a nivel social, sanitario y educativo, pueden » ser para muchos y tal vez todos, con el menor sufrimiento colectivo«.
http://www.eldiario.es/zonacritica/Ebola-narcisismo-temeridad-gubernamental_6_311178896.html
59.3. Inútiles, egoístas y sacados de contexto, Luis G. Montero
España vuelve a ser el ejemplo europeo de la chapuza. Nuestro Gobierno se ha convertido en la representación internacional de la inutilidad. La ministra de Sanidad admitió públicamente hace tiempo que no se considera a sí misma una persona despierta. Cuando empezaron a aparecer coches de lujo en su casa, cuando una mano anónima pagó las facturas de sus viajes y de los cumpleaños de sus hijos, no se dio cuenta de nada, no sospechó nada, no hizo nada por enterarse. Con una actitud parecida, ha gestionado el asunto del ébole. Ana Mato ha hecho del ébola la mejor metáfora de un país gobernado por la inutilidad, la chapuza, la falta de rigor y la prepotencia. Junto a la sanidad pública, ha desmantelado una parte sustancial de la autoestima de un país desolado.
Como ciudadanos del mundo, es decir, como seres humanos, somos bastante egoístas. Mientras el ébola se mantuvo en las fronteras del África Negra, su valor informativo ocupó un lugar modesto. Europa no se enteró de nada. España, se enteró de mucho menos, se creyó incluso por encima del virus, y repatrió a dos enfermos sin pararse a pensar que la Comunidad de Madrid había desmantelado con sus recortes los servicios idóneos para tratar este tipo de enfermedades. Un negrito del África, desde luego, sigue sin valer lo mismo que uno de nosotros. Un único contagio bastó para imponer el ébola en todos los rincones de la vida cotidiana, las primeras páginas de los periódicos y las discusiones políticas. Ha habido incluso grandes movilizaciones para salvar la vida de un perro. Duele la falta social de movilización en ayuda de los miles y miles contagiados de ébola en África o en solidaridad con los muchos inmigrantes que son tratados en Europa peor que si fueran perros.
3.- Estamos sacados de contexto. Cuando un político o una empresaria meten la pata en sus declaraciones, reaccionan enseguida afirmando que sus palabras fueron sacadas de contexto. Tengo la impresión de que son los ciudadanos los que quedan fuera de contexto en la degradación democrática que sufren. Más que la soberanía, en ellos reside la culpa. Las autoridades sanitarias se han precipitado en criminalizar a la víctima y en culpabilizarla de su contagio. La autoridad no se equivoca, la autoridad culpa y sanciona.
Quizá convenga aceptar este diagnóstico para darle la vuelta. Quizá tengamos que arrebatarle a la autoridad el poder de acusación contra nosotros. Quizá deba la ciudadanía asumir sus errores y declararse culpable por votar y soportar a unas autoridades inútiles, chapuceras, insolidarias, enemigas de los servicios públicos y responsables máximas de una política internacional basada en el egoísmo y la despreocupación.
Este Gobierno merece ser aislado y puesto en cuarentena con un protocolo de extrema seguridad.
http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/1292/inutiles-egoistas-y-sacados-de-contexto/
59.4. El espejo del Ébola, José Ignacio Torreblanca
Qué imagen nos devuelve el virus del Ébola cuando ponemos nuestra actuación como país delante del espejo?
La primera es la de un país cuya implicación en esta crisis ha estado dominada por un enfoque exclusivamente nacional y egoísta. España podía haber movilizado recursos económicos y diplomáticos desde hace mucho tiempo, pero no lo ha hecho. Los populares aviones Hércules cargados de mantas, agua potable y medicinas, que son estampa habitual en situaciones de emergencia humanitaria (recuérdese el tifón de Filipinas), no han salido en los telediarios nada más que para repatriar a “nuestros” misioneros, dejando atrás a otros infectados y sin preocuparse en absoluto de lo que quedaba detrás al despegar. En Liberia, Sierra Leona y Guinea falta de todo: cualquier tipo ayuda hubiera sido bienvenida.”.
Tampoco hemos visto a España liderando ningún esfuerzo en la Unión Europea para movilizar ayuda u otro tipo de recursos. Contrástese todos estos esfuerzos con la intensa actividad diplomática que la diplomacia española ha llevado a cabo en los últimos años y meses relacionada con la contención de la inmigración, tanto en Ceuta y Melilla como con los países del África Occidental. “Bruselas no nos ayuda” a contener la inmigración, hemos oído quejarse al Gobierno en repetidas veces.
La otra más destacada es la de un país roto por los recortes y por un concepto de descentralización sumamente dañino. El Hospital Carlos III de Madrid era elcentro de referencia nacional para enfermedades infecto-contagiosas hasta el año 2013, cuando la Comunidad de Madrid decidió que correspondía al Ministerio de Sanidad hacerse cargo de la sanidad exterior.
http://blogs.elpais.com/cafe-steiner/2014/10/el-espejo-del-ebola.html
59.5. El ébola, un problema global, Juan Manuel Jiménez Martín
Estamos ante una crisis sanitaria propia de la era global que nos pone a prueba desde un punto de vista sanitario, pero también político. En ambos sentidos debería servir de ensayo general para afrontar con éxito otras epidemias graves que pudieran aparecer en el siglo XXI. Por ello, la labor técnico-sanitaria coordinada por OMS debería ir acompañada de una acción política.
La reacción internacional ante la irrupción del ébola en África occidental no ha estado en consonancia con la naturaleza y magnitud del problema. Y la prueba más evidente de ello es que el virus ha llegado a Madrid. Se ha respondido a destiempo, con medidas insuficientes y sin tener en cuenta la realidad de una epidemia en las denominadas sociedades del riesgo.
Occidente debería intervenir no solo por solidaridad, sino por la seguridad mundial
La estrategia de choque más importante para controlar al virus es de salud pública, no de biomedicina. Ante estas emergencias sanitarias sería importante un cambio de enfoque que trascienda el asistencialismo humanitario individualizado y ubique el centro de atención en las poblaciones globalmente consideradas. La mera salvación de los cuerpos (o de las almas) resultan intervenciones obsoletas (incompletas) en un mundo en el que es más importante el control de los contextos que los milagros de laboratorio. Lo cual implica controlar el tiempo y el espacio. Es decir, intervenir de manera inmediata y hacerlo sobre las condiciones básicas que impidan que un inestable orden local pudiera llegar a convertirse en un incierto caos sanitario global. Necesitamos acciones más proactivas y de mayor inteligencia logística. Y la solución está hoy, como lo estuvo en los inicios de la salud pública durante la revolución industrial, en el control de las condiciones higiénico-ambientales.
http://elpais.com/elpais/2014/10/07/opinion/1412692195_552607.html
59.6. Los recortes perjudican gravemente la salud, Olga Rodríguez
Se repatrió a dos infectados de ébola sin las garantías necesarias, pero dejan sin tarjeta sanitaria a cientos de miles de personas en nuestro país, lo que provoca graves riesgos para la salud pública.
Las políticas actuales nos están dejando desahucios, deuda y recortes que ponen en riesgo incluso nuestra salud. Hay mucho en juego. Merecemos una atención pública universal de calidad y con dignidad. Ya sufrimos diariamente las consecuencias de las políticas de privatización que buscan el enriquecimiento de unos pocos a costa de la salud de todos.
http://www.eldiario.es/zonacritica/recortes-perjudican-gravemente-salud_6_311178915.html
59.7. La pesadilla del ébola solo acaba de empezar, José Oneto
Algunos países en vez de volcarse económica y médicamente, en montar hospitales perfectamente medicalizados y con los mejores medios porque los protocolos son siempre los mismos, en los países del África Occidental más afectados por la pandemia, decidieron en su momento repatriar a sus ciudadanos como ha hecho España.
“Amyts, un sindicato de médicos, dijo que la repatriación fue un riesgo y su presidente, Daniel Bernabéu, preguntó en su momento si “alguien podría garantizar al 100% que el virus no se fuera a escapar”.
Desconcierto del Gobierno por lo que está pasando. Sorprendente actuación de la ministra de Sanidad Ana Mato, en una rueda de prensa de vergüenza ajena que da idea de en qué manos está la sanidad pública española.
Tensión entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno, por las decisiones tomadas por el Ejecutivo central sin consultarle, cuando la Sanidad está transferida.
Miedo en la población que, ante los agujeros negros que está descubriendo en el tratamiento de la crisis.
Bajada generalizada de las bolsas europeas ante el hundimiento de la cotización de las compañías aéreas y hoteleras.
http://www.republica.com/2014/10/07/la-pesadilla-del-ebola-solo-acaba-de-empezar_842991/
59.8. Más artículos sobre el ébola, Jorge Galindo
Algunas piezas (periodísticas, divulgadoras) reseñables sobre la epidemia de ébola.
El Washington Post tiene una larga pieza que intenta explicar cómo y por qué el ébola se nos ha ido, si no de las manos, sí de toda escala conocida hasta hoy.
En el muy recomendable blog The Monkey Cage informaron y debatieron sobre cómo tanto los Estados Unidos (AFRICOM) como las Naciones Unidas (UNMEER) han considerado necesaria una militarización parcial de la intervención contra la epidemia.
El economista Chris Blattmann argumentó que el ébola está acaparando atención (y recursos) relativamente desproporcionados con respecto al riesgo que implica. Esta respuesta de Kim Yi Dionne y Stéphane Helleringer me pareció muy apropiada, donde la idea clave para mí es que el impacto del ébola es obviamente asimétrico no solo entre África y el resto del mundo, sino dentro de África. Y en otras dos notas, Blattmann vino a aceptar la crítica. Estos artículos encuadran bien una serie de dilemas que aún planean sobre una parte del debate (cuando éste se centra allá donde el ébola es un problema real, actual y futuro, de primer orden: los países de África occidental donde la epidemia se ha extendido hasta límites insospechados).
Kalev Leetaru en esta pieza deForeign Policy, se pregunta por qué las muchas alertas que (se supone) existen ya para detectar tendencias epidémicas en nuestra actividad en la red no funcionaron con el ébola. Aventura una hipótesis: estos sistemas de alerta están sesgados hacia el inglés, mientras que el idioma en el que emergieron las primeras referencias fue en francés. Mucho más peligroso es el sesgo que parece existir en la investigación genética.
Varios periodistas han puesto el foco en quienes luchan contra la enfermedad en África para contarnos cómo lo hacen. Aparte de esta nota de Richard Preston en el New Yorker, me parece destacable el reportaje de Karen Weintraub (con fotografías de Samuel Aranda) en National Geographic, así como el trabajo de Alberto Rojas en El Mundo (I, II, III).
Y algo de esperanza de propina: como contó el New York Times, parece que en Nigeria han sido capaces de contener la expansión del brote. No es casualidad que el país cuente con una infraestructura sanitaria y de seguridad que nada tiene que ver con la de los países de África occidental donde el ébola está causando estragos.
http://politikon.es/2014/10/07/mas-articulos-sobre-el-ebola/
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Tarjetas de Caja Madrid
60.1. El ‘efecto black’, Francisco de la Torre Díaz
El caso de las tarjetas black es algo más que fraude fiscal, es pura corrupción. Aquí nos encontramos con tres conductas, todas ellas muy graves.
En primer lugar, la dirección de una entidad que diseña un sistema de pagos a consejeros y directivos que no se recoge en la contabilidad ni se declara. En segundo término tenemos la falta de declaración de estas retribuciones sui generis por parte de los titulares de las tarjetas. Con ser grave y moralmente impresentable, no es lo peor. Por último, lo más injustificable es confundir el patrimonio de una entidad financiera con el patrimonio personal.
En realidad, tener un sistema corrupto, y por definición sin control, en una entidad tan importante tiene un resultado devastador. A un Consejo de Administración se le paga para que controle y supervise a los directivos de una entidad. Si no se tienen conocimientos, independencia y un mínimo de integridad, este control es imposible.
Las consecuencias de la falta de capacidad, conocimientos, independencia y un mínimo de integridad de la cúpula de algunas cajas han sido desastrosas. Son las consecuencias no sólo de la mala gestión, sino de la corrupción: el efecto black.
http://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2014-10-09/el-efecto-black_232869/
60.2. Las tarjetas opacas de Bankia y los sindicalistas, Héctor Maravall
El asunto de las tarjetas opacas en Bankia es un tremendo mazazo para la credibilidad de la izquierda política y de los sindicatos de clase. No sirve la excusa de que la derecha y dirigentes empresariales también están implicados. A mí lo que me interesa es intentar salir de la telaraña de “la casta”, donde nos quieren meter algunos y por el momento con evidente éxito.
Hay que ser cuidadosos en los juicios de valor y no caer en tajantes descalificaciones sin tener todos los datos encima de la mesa. Pero eso mismo hubiera exigido información detallada de cada uno de los afectados de en qué y por qué se han hecho esos gastos.
Así que me sorprende que en Bankia, al menos los Consejeros de la izquierda, no hubieran planteado como mínimo una regulación de esas tarjetas opacas. Por lo que sabemos cada uno cogió la suya y la utilizó a su propio criterio y sin requisito alguno de justificación y eso se mire como se mire no es admisible y no sirve el que en otras entidades financieras o grandes empresa sucedan cosas parecidas.
Más allá del escándalo de las tarjetas de Bankia, sería conveniente profundizar el debate sobre la participación, por lo menos de los sindicatos en los Consejos de Administración.
Los sindicatos tenemos que asumir nuestros errores y limitaciones y obrar en consecuencia y con contundencia. Pero el conjunto de la ciudadanía y de la clase trabajadora debe ser muy consciente que hay que defender y proteger a los sindicatos de clase, porque de lo contrario nuestro país sufrirá un retroceso formidable en sus condiciones de trabajo, de vida, de protección social. Una sociedad con sindicatos débiles, marginados o devaluados, estará más cerca del siglo XIX que de los retos que tiene que afrontar en el siglo XXI, como he resumido en otras ocasiones, estaremos mucho más cerca de Singapur que de Suecia.
Este escándalo no debería ocultar que en muchas, muchísimas, grandes empresas hay diversas y eficaces formulas para sobrepagos a sus equipos directivos, con cuantías o privilegios desorbitados (¿hemos olvidado las millonarias stock options de Telefónica?, que convierten en calderilla los pagos de las tarjetas opacas de Bankia. No puede ser una excusa ni un atenuante, pero a ver si ahora quienes abusan en nuestro país van a ser los de un puñado de sindicalistas y de militantes de partidos de la izquierda.
http://hectormaravall.blogspot.com.es/2014/10/las-tarjetas-opacas-de-bankia-y-los.html?spref=tw
60.3. Tarjetas negras con desfachatez, Xavier Vidal Folch
Dos ejemplos de los más graves de la lista negra: los notables economistas neoliberales:
Alberto Recarte, economista de cabecera de José María Aznar, patrono de su fundación FAES, presidió Libertad Digital (en favor de cuyos socios advocó como consejero de la caja) y consejero del Instituto de Empresa (IE).
Juan Emilio Iranzo Martín, todavía decano-presidente del Colegio de Economistas madrileño, académico de la Real de Doctores y profesor de finanzas en el CUNEF. Este telepredicador era miembro de la Comisión de Control de la caja, de los que “tiene cada uno una tarjeta visa black a efectos fiscales”, según correo interno de la alta dirección de la entidad reenviado a Blesa. Ayudaba al controlador-jefe, Pablo Abejas, presidente de tal comisión que debía “cuidar de que la gestión del consejo de administración se cumpla con la máxima eficacia y precisión” dentro de la ley (art. 21, LORCA, 1985). ¡Los controladores no se controlaban a sí mismos!
Iranzo entraña más enjundia. ¿Practica lo mismo en los consejos de los que forma parte, en la auditora Capgemini-Ernst&Young —la desapercibida del caso Gowex—, Sinaer —aeronaves—, la constructora San José? ¿Fue el odio a la transparencia fiscal lo que inculcó a los jóvenes empresarios de la CEOE durante sus quince años (1996-2011) al frente del Instituto de Estudios Económicos, del que le apeó Juan Rosell? Aquel semillero neoliberal a lo Hayek del que surgieron ministros (adivinen) y otros patriarcas del falso orden.
Un profesor de Economía no puede alegar ignorancia. Debe saber, por oficio, que los pagos con una tarjeta empresarial presentada como de “gastos de representación” o son rentas exentas (por razones reales de trabajo: locomoción, hotel, invitación a un almuerzo profesional) que deben justificarse mensualmente a la empresa (y si esta no lo exige, huele), o son rentas que hay que declarar a Hacienda como no exentas. Y debe saber que es muy raro que consejeros no ejecutivos tengan tarjeta de crédito, instrumento más propio de directivos.
La invasión de ultraliberales en la empresa pública sería incluso graciosa si sus paladines no se hubieran refocilado tantas veces en los manteles con el ahorro de los pequeños inversores en preferentes. Nauseabundo.
El culebrón de las tarjetas negras de Caja Madrid/Bankia desmocha tres mitos.
Uno, el del Gobierno plutocrático, según el cual es mejor que gobiernen los ricos porque no necesitan corromperse, por el principio de la autolimitación de la aspiración al lucro…
Segundo mito caído: la presunción de que la derecha siempre gestiona la economía mejor que la izquierda. No fue así en Caja Madrid, levantada como gran corporación por el progresista Jaime Terceiro y arruinada por el conservador Miguel Blesa…
Tercer mito derrumbado: un alto nivel de renta y de educación vacuna contra la irregularidad, el fraude fiscal y la corrupción. Porque tener información no equivale automáticamente a conocimientos, conocimientos no significan conocimiento, este no implica saber y el saber no es sinónimo de sabiduría. Ni de ética.
http://economia.elpais.com/economia/2014/10/08/actualidad/1412796783_374675.html
60.4. Corrupción y estupidez, Augusto Klappenbach
Muchos de nuestros más ilustres corruptos gozaban de unos ingresos legales que les permitían satisfacer todos los deseos que pueden pagarse con dinero. Pese a ello inventaron tramas delictivas que les permitieron acumular millones sin sacar de ellos otro provecho que la posibilidad –a veces nunca ejercida- de disponer de ellos. ¿Cuál era el objetivo de esta acumulación ilegal?
También es la estupidez la que les lleva a pensar que sus manejos podrán permanecer siempre ocultos.
Esta corrupción basada en la estupidez demuestra que la motivación del poder es mucho más fuerte que la económica. O, mejor dicho, que la corrupción económica proviene de la búsqueda del poder. Pero en estos casos, un poder abstracto.
Y ese ascenso imaginativo a una categoría social superior crea un sentimiento de solidaridad entre los corruptos que asegura una ley del silencio entre ellos extremadamente frágil.
http://blogs.publico.es/dominiopublico/11257/corrupcion-y-estupidez/
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¿Recuperación?
61.1. Perversa recuperación, Andreu Missé
Resulta difícilmente sostenible hablar de recuperación económica en un país con una tasa de desempleo juvenil —de menores de 25 años— del 53,1%.
El aumento de la producción durante el primer semestre de este año ha sido solo 4.769 millones de euros mayor que el del semestre anterior, o superior en 1.333 millones respecto a los primeros seis meses de 2013. En cualquier caso, lo determinante es ver cómo se ha repartido este crecimiento de la producción.
Parece que tiene bastante sentido hablar de recuperación económica desde el observatorio de los banqueros, y que carece de fundamento si se piensa en los asalariados y parados. En el primer semestre de este año la banca ha declarado unos beneficios de 6.363 millones, unos 1.000 millones más que el año anterior.
En cambio, desde la óptica de los trabajadores la recuperación no es perceptible. En julio de 2007 había 19,4 millones de afiliados a la Seguridad y Social y el pasado agosto solo se contabilizaban 16,6 millones. Los asalariados continúan sometidos a los recortes de los sueldos y aumenta la proporción de parados sin subsidio. La OCDE estima en más del 8% la pérdida del poder adquisitivo desde 2009. Según el Banco de España, los costes laborales unitarios han caído más del 6,5% en general y más del 10, 5% en la industria desde 2010. El número de parados con cobertura ha descendido en picado desde el 78% en 2010 al 64% en 2013 y al 60% actual.
Para un amplio segmento de la población, ahogado por las deudas, con trabajos precarios o sencillamente sin empleo, puede resultar hasta ofensivo hablar de recuperación.
http://alternativaseconomicas.coop/posts/perversa-recuperacion
61.2. ¿Por qué España queda tan mal en el Índice de Justicia Social europeo?, Eloísa del Pino
El riesgo de pobreza se ha incrementado, se ha reducido el gasto en la educación pre-primaria, mantenemos el récord europeo en abandono escolar, el paro aumenta, tenemos más trabajadores pobres que la media europea, el paro de larga duración es el doble de la media de la UE, la desigualdad sigue empeorando, la tasa de Ninis crece, y nuestras políticas actuales hipotecan el futuro de las nuevas generaciones.
61.3. Malditos sean, Concha Caballero
Me ha parecido un microrrelato de nuestro tiempo: «Orgullosa de mi hija. Ya es enfermera. Un 8,7 nota en el proyecto final de carrera. Enhorabuena, cariño. Te queremos. Y ahora a por el Reino Unido”. Debajo aparece la foto de una chica de unos veintitantos años de pelo largo y rostro sonriente.»
Cada vez que un joven se marcha al extranjero; cada vez que firma un contrato leonino; cada vez que le niegan el valor de su aportación a este país con sueldos de miseria u ofertas miserables, sus padres abandonan las viejas creencias y emprenden un cambio ideológico que les hace ser agudamente conscientes de las injusticias. Antes de este terremoto social de una crisis tramposa, las clases medias pensaban que la pobreza y la desigualdad eran sucesos que les ocurrían a los otros. Pero ahora el foso se abre en su misma puerta. Pronuncian palabras de consuelo y animan a sus hijos diciéndoles que es solo provisional. Si es un contrato leonino, dirán que “es sólo el primer contrato”, “mejor cobrar una miseria que estar en paro”. Si tuvieron que salir al extranjero, contarán que es por poco tiempo, que volverán con nuevas experiencias. Pero no creen en lo que dicen. Si pudieran hablar con franqueza exclamarían un “malditos sean” que atronaría al país de norte a sur.
En solo unos años hemos aprendido a almacenar nuevos dolores. A roer su hueso hasta dejarlo limpio
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/04/andalucia/1412424028_555807.html
61.4. Por qué las economías de la Eurozona, incluyendo la de España, no se están recuperando, Vicenç Navarro
En cuestión de semanas han aparecido tres informes de tres instituciones internacionales –el Banco Mundial, la OCDE y la Organización Internacional del Trabajo (OIT)- que expresan su gran alarma por el enorme deterioro del mercado de trabajo en la mayoría de países de economía avanzada, término que se utiliza para definir los países capitalistas más desarrollados. Todos estos informes documentan el gran descenso de los salarios y la escasa producción de puestos de trabajo bien remunerados. El trabajo que es involuntariamente a tiempo parcial, el desempleo, la escasa tasa de ocupación (que mide el porcentaje de la población que trabaja en el mercado laboral), el trabajo sumergido, y el desempleo crónico, son todos indicadores negativos que caracterizan la situación laboral en aquellos países. Esta situación adversa es particularmente acentuada en los dos polos demográficos del mercado laboral, es decir, entre los jóvenes, por un lado, y entre la gente mayor de cincuenta años, donde la cronicidad del desempleo es masiva, por el otro. Todos estos informes señalan que España es uno de los países donde tales indicadores son peores.
En gran parte como consecuencia de las políticas públicas llevadas a cabo en la mayoría de esos países. El deterioro de los salarios y el elevado desempleo han creado un problema grave de demanda, por un lado, y de un gran endeudamiento por el otro. En la mayoría de países de la OCDE y de la Unión Europea de los 15 (UE-15), el crecimiento económico fue menor en el periodo 1980-2010 que en el periodo 1945-1980.
Este descenso de la demanda ha tenido graves consecuencias en la composición de la actividad económica, consecuencia de que el capital se ha ido trasladando de las actividades productivas (es decir, de la producción de bienes y servicios, resultado del descenso de la demanda) a las actividades especulativas (que ofrecen mayor rentabilidad), las cuales han adquirido una centralidad en el sistema financiero (es decir, la banca).
La reducción de los salarios y el crecimiento tan notable del desempleo, junto con la disminución en la creación de puestos de trabajo, ha significado un descenso muy notable de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional, a costa de un gran crecimiento de las rentas de capital, alcanzándose unas desigualdades sociales de unas dimensiones muy significativas, que están afectando muy negativamente tanto la equidad como la eficiencia económica del país, así como la calidad democrática de las instituciones representativas.
El estancamiento de la economía española con unas tasas de crecimiento muy bajas dentro de un gran estancamiento europeo, muestran el gran error de seguir tales políticas.
61.5. Entrevista a Manuel de la Rocha, secretario de economía del PSOE, Por Isabel G. Caballero
Existe un enorme riesgo de salir de esta crisis dejando de lado a 3 millones de personas
Apuesta por una salida de la crisis con cohesión social y defiende el blindaje constitucional de partidas sociales como la educación, la sanidad y las pensiones.
Y por la creación de un fondo de amortización de deuda europeo.
http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia/entrevista-manuel-rocha/20141005182240107875.html
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Pedro Sánchez, ¿un segundo Zapatero?, Enric Juliana
Apurado el tiempo de los parabienes, el nuevo secretario general entra en pista y muestra sus debilidades
Sánchez debe mostrar sus capacidades y convencer a la sociedad de que reúne los requisitos necesarios para aspirar seriamente a la presidencia del Gobierno en un momento terriblemente complejo para España y verdaderamente angustiante para mucha gente.
Los profesionales de la comunicación han colonizado en exceso la gestión de la política.
Sánchez ha estrenado un nuevo equipo de comunicación y se halla en fase experimental. Probando, probando. Dos o tres errores de comunicación consecutivos no le invalidan, pero puntúan negativamente. “Sánchez parece un nuevo Zapatero, quizá más inexperto”. Esta frase se ha repetido mucho estos últimos días. La prestancia mediática del nuevo líder socialista parece innegable –es bien parecido, se mueve bien ante las cámaras, tiene una sonrisa muy agradable-, pero si no va acompañada de un verdadero cuajo político se va a volver en su contra. Los guapos, además de guapos, han de ser interesantes. La mejor estrategia de comunicación es aquella que parece no existir. Hay en estos momentos en España una creciente animadversión a la impostura. El país se siente profundamente engañado, en todos los aspectos. Engañado y autoengañado, para ser más exactos.
Sánchez está siendo comparado con el primer Zapatero y eso no es bueno para el nuevo secretario general.
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Podemos
63.1. La normalidad Podemos, Carlos Fernández Liria
Hay que apoyar el modelo propuesto por Pablo Iglesias y Claro que Podemos. Yo tengo derecho a votar por confianza. Tengo derecho a fiarme de un equipo que desde hace seis meses no ha hecho más que sorprenderme y asombrarme, hasta el punto de que me ha parecido estar en el circo del más difícil todavía. Han obrado un milagro.
Cada cosa en su lugar. Los círculos son imprescindibles para organizar y movilizar a la ciudadanía. Siempre lo han sido, desde antes de que surgiera Podemos. Ahora, han cobrado, desde luego, una vida inesperada llena de posibilidades. Sin ellos, de nada valdrá ganar las elecciones. Pero una cosa es movilizar a la ciudadanía y otra cosa ocupar el lugar de la ciudadanía. Unos cuantos millares de militantes no pueden suplantar a millones de ciudadanos que no tienen tiempo para militar, ni, a lo mejor, ninguna gana de hacerlo.
No estamos jugando. Si Podemos logra ganar las elecciones, tendremos por delante una tarea ingente, dificilísima y muy peligrosa. Ganar las elecciones será tan sólo el punto de partida para lo importante. Pero a mí no me cabe duda de que hay que comenzar por ganarlas. Y para ganarlas no podemos seguir estrategias ya ensayadas otras veces y que se ha demostrado que no son capaces de movilizar más de veinte mil votos.
Podemos no busca algo mejor que la política. No es que hayamos encontrado una nueva forma insólita de hacer política hasta ahora jamás ensayada. Lo que busca Podemos es que la política sea sencillamente un poco más parecida a lo que la política dice ser: algo parecido a lo que la Constitución dice que es la política. Algo parecido, incluso, a lo que José Luis Pardo, Fernando Savater o Antonio Elorza dicen que es la política –una cosa bastante prosaica que tiene que ver con la posibilidad de reformar las malas leyes y convertirlas en mejores–. Estamos de acuerdo con ellos en que la política es, sobre todo, eso. Es lo que recoge la Constitución, cualquier Constitución.
En Podemos queremos una política de lo más normal. Queremos un Parlamento que pueda legislar sobre la economía. Unos inspectores de Hacienda que puedan investigar las tarjetas negras, las contabilidades B, los paraísos fiscales.
No queremos algo mejor que la democracia o el parlamentarismo. Queremos salvar la democracia y el parlamentarismo de la dictadura de los mercados. No es que –como dicen los que nos acusan de populismo– estemos en contacto directo con la atávica voz intangible, misteriosa y profunda de las aspiraciones populares, es que, como una gran parte de la ciudadanía, estamos hartos de aquellos sacerdotes que dicen escuchar en privado la voz totalitaria de los mercados como si fuese la palabra de Dios.
http://www.eldiario.es/zonacritica/normalidad-Podemos_6_311178888.html
63.2. El lío de Podemos y los tres elitismos, Santiago Alba Rico
A mi juicio son tres los peligros que amenazan a Podemos desde dentro en vísperas de su Asamblea Ciudadana y pocos meses antes de los comicios de marzo. No se trata, por supuesto, del populismo que le reprochan los que incumplen sus promesas electorales y cambian sufrimiento, paro y desahucios por fútbol y bodas reales. Al contrario, yo veo más bien la sombra de un triple potencial elitismo: elitismo político, elitismo mediático y elitismo democrático.
No hay ningún impulso de cambio cuya acta fundacional no sea un gesto “político” en sentido maquiavélico o “renacentista”: un partido “revolucionario”, un grupo promotor, un aparato de gestión o incluso familias y facciones enfrentadas. Esto implica dos cosas. La primera que, nos guste o no, quedará siempre un residuo o un margen abierto a la negociación, la disensión y el consenso, extramuros de los círculos y las asambleas. La segunda que habrá siempre también un espacio para las decisiones puramente ejecutivas, más acá asimismo de los irrenunciables círculos y asambleas. Tenemos mucho que agradecer al trabajo de los círculos, sí, pero también, en todo caso, al equipo técnico que ha tomado y toma “decisiones ejecutivas” bastante sensatas y funcionales desde hace unos meses.
Contra el elitismo político, el elitismo mediático y el elitismo democrático, es necesario establecer procedimientos democráticos anti-elitistas. Ni una persona ni una imagen pueden sostener la tapa del universo. ¿Quién puede entonces? Una polea. Es decir, un procedimiento. Cuando se discute si todo el poder a los círculos o a la Asamblea Nacional o al Consejo, etc. lo que se olvida es que nadie debe tener todo el poder. Todo el poder para nadie o, mejor dicho, sólo para esa cantidad vaga que llamamos “gente”, que está en los círculos, en la red, en los barrios y en los bares, en todas y en ninguna parte, y que no es otra cosa -por eso mismo- que no-yo. La gente es lo otro de mí. Todo el poder, pues, para los otros, y para mí sólo en la medida en que soy, además de yo mismo, otro cualquiera: ese perfil medio de un ciudadano que no conspira, no acepta sobornos, quiere a sus hijos (aunque no sean suyos), no va siempre a las asambleas, no aspira a un cargo público y se emociona cuando ante sus ojos resplandece la verdad, la justicia y la dignidad.
Esta “gente” -en la que me incluyo como el otro de mí- no quiere delegar ni en una persona ni en una imagen ni en una multitud. Quiere delegar en una polea o en un juego de poleas que garantice que nadie podrá apropiarse de ellas otra vez -como en el caso de la casta del 78. ¿Qué se hace con el poder para que no se lo apropie una persona, una imagen o una multitud? Se reparte, se divide. La única manera de combatir el elitismo -todos los elitismos, también el democrático- es dividir el poder, una buena propuesta ilustrada que hicieron fracasar por igual el capitalismo, con su turboestalinismo, y el estalinismo con su estalinismo a pedales. Esto sirve para la refundación democrática del país y para la construcción de Podemos. Lo confieso: yo quiero delegar. Tengo que trabajar, cuidar hijos y hasta escribir poemas. Quiero delegar. Quiero delegar no en un representante ni en un órgano de dirección ni en una asamblea horizontal. Quiero delegar en una articulación de poderes bien definidos (que incluyan su propia revisión y la revocación de los cargos) en los que la “gente” esté dentro y fuera al mismo tiempo; resignándome a un poquito de política, sin la cual todo es tan horizontal como un cadáver, a un poquito de depravación mediática y de liderazgo, sin los cuales todo es gimnasia en el vacío, y a un poco de hiperdemocratismo, sin el cual se corre el peligro de ver volver los viejos aparatos. Pero quiero delegar, sí, en un conjunto de procedimientos y mecanismos que, en definitiva, impidan que el liderazgo funcional, la visibilidad corruptora y el hiperdemocratismo suicida destruyan de nuevo la democracia. El último de estos tres factores -el hiperdemocratismo- no es, a mi juicio, el que menos debería preocuparnos en estos momentos.
http://www.cuartopoder.es/tribuna/el-lio-de-podemos-y-los-tres-elitismos/6325
63.3. Podemos: el parto del partido, Ramón Cotarelo
Me llamó la atención la noticia de que Pablo Iglesias abandonará el liderazgo de Podemos si no prospera su idea de partido. Me vino a la cabeza que algo parecido había dicho y hecho Felipe González en similar situación allá por 1979. Me di cuenta del calado del asunto, que el periodista sintetiza de un trallazo en ese su idea de partido. Sí, como le pasó a González en 1979, su idea de partido.
Podemos está en proceso constituyente, llamado «asamblea fundacional», en la que ha de definirse en qué tipo de ente se constituye, que forma de partido adopta, incluso si quiere ser un partido. Hay una propuestas, la propugnada por Pablo Iglesias, que se inscribe en una tradición de partido con ecos leninistas, esto es, un partido de liderazgo que a su vez ejerce el liderazgo sobre un movimiento más amplio. Otra propuesta, apadrinada por Pablo Echenique, trae cuenta de una tradición más espontaneísta, quiere dar más peso, sino todo él, a las asambleas, aquí llamadas círculos. Un vago eco de todo el poder a los soviets. La democracia radical, revolucionaria, es consejista. O sea, de los círculos.
Esas dos propuestas, que llamaremos la leninista y la consejista, recuerdan la polémica entre los bolcheviques y los espontaneístas y consejistas, al estilo de Rosa Luxemburg. Estos venían de pegarse veinte años antes con los revisionistas de Bernstein en defensa del principio de que el fin (la revolución) lo es todo y el movimiento (o sea, las reformas), nada. Y ahora los soviéticos los llamaban ilusos y cosas peores porque se habían olvidado de que el fin era el poder en sí mismo. Los bolcheviques, que habían ganado todas las batallas mediante su pragmatismo y concepción instrumental, desactivaron el potencial revolucionario de los soviets a base de absorberlos y hacerlos coincidentes con los órganos jerárquicos del partido.
En diversas ocasiones ha dicho Pablo Iglesias que proviene de una cultura de la izquierda que no ha vivido más que la derrota; que, incluso, ha acabado resignándose a ella. Con ello se adhiere a una tradición de la izquierda e ignora otra, la socialdemócrata, que dice haber vivido tiempos de triunfo, pero que, desde el punto de vista de la izquierda comunista, leninista y bolchevique, no ha sido triunfo alguno, sino traición. La socialdemocracia, que administró y administra, cuando le dejan, las migajas de la explotación capitalista a la que, en el fondo se ha sumado, no tendría nada que ver con la verdadera izquierda; o sea, la derrotada.
A Iglesias le parece que su idea de la izquierda merece ganar, triunfar, llegar al poder, implantarlos. Implantarlos ¿cómo? Sin duda alguna, ganando elecciones. El primer paso para ganar es ganar elecciones. Y hacerlo limpiamente. Y solo se ganan elecciones consiguiendo el favor de mayorías, lo cual plantea las condiciones de un discurso capaz de conseguirlo en una sociedad abierta en competencia con muchos otros y en la cual la única regla es que no hay reglas, porque la política es la continuación de la guerra por otros medios. Y en la guerra no hay más reglas que las aplicadas por los vencedores. Incluso es peor que la guerra porque en esta suele engañarse al enemigo, pero no a las propias fuerzas, mientras que en política puede engañarse al adversario y también a los seguidores de uno, a los electores, como el PP, que ganó las elecciones engañando a todo el mundo, incluidos sus votantes.
Si no se ganan elecciones, no se llega al poder. De ahí la reiterada insistencia de los de Podemos en que no son los tristes continuadores de IU, sino pura voluntad de ganar. Qué discurso haya de articularse para este fin es lo que se debate ahora.
Semejante discurso requiere una táctica y estrategia meditada, prevista, consecuentemente aplicada y para ello, el sentido común suele preferir una unidad de mando y jerárquico, un solo centro de imputación de responsabilidad continuado en el tiempo. Un partido y jerárquico, aunque a la jerarquía la llamen archipámpanos. El partido de nuevo tipo, con el espíritu asambleario anidado en su corazón, pero partido, medio para llegar al poder que el propio poder.
Los asambleístas señalan los riesgos del líder carismático y concomitantes de oligarquía, burocratización, aburguesamiento. Y los leninistas, la función del liderazgo de siempre de la vanguardia que se hace visible en el rostro de ese líder carismático. Es verdad que hay un peligro de narcisismo y culto a la personalidad. Pero, ¿en qué propuesta de acción colectiva en el mundo no hay algún riesgo? En el fondo, esta polémica recuerda a su vez también una del marxismo de primera generación, bien expuesta en la obra de Plejanov, primero maestro y luego archienemigo de Lenin, sobre el papel del individuo en la historia. Un tema perpetuo. La izquierda, toda, presume de crítica, pero acepta el liderazgo como cada hijo de vecino. ¿Quién puede discutir de buena fe a Pablo Iglesias el mérito de haber llegado a donde ha llegado y haber hecho lo que ha hecho? Ya, ya, había condiciones, un movimiento. Pero alguien se ha puesto a la cabeza, con cabeza y con valor, que diría Napoleón. ¿Con qué razones se pretenderá que no puede ir más allá en su idea de partido?¿Con qué otras que deberá poner en práctica una idea?
http://cotarelo.blogspot.com.es/2014/10/podemos-el-parto-del-partido.html
63.4. Podemos, en América Latina, Héctor E. Schamis
Históricamente, el marxismo latinoamericano despreciaba al populismo. Lo consideraba una forma tardía y periférica de bonapartismo, y por consiguiente funcional a los intereses de la burguesía. A partir de los años sesenta, algunas versiones de la teoría de la dependencia, las más dogmáticas y economicistas, superpusieron el análisis marxista a la narrativa populista. Al plantear que el desarrollo económico nacional—premisa fundamental del populismo—seria inalcanzable dentro del capitalismo, la industrialización sustitutiva y el socialismo pasaron a operar como caras de una misma moneda. La lucha por la liberación nacional implicaba así una lucha por la sociedad sin clases.
No deja de ser irónico que un politólogo español devenido en político legitime el propio vocablo “populismo”.
http://elpais.com/elpais/2014/10/04/opinion/1412446363_765944.html
63.5. Cuando se vacía el centro: el ascenso de partidos y políticos outsiders en América Latina y Europa, Flavia Freidenberg / María Esperanza Casullo
Los partidos más institucionalizados han perdido la capacidad de operar como representantes eficaces de las diversas posiciones ideológicas y de intereses presentes en la sociedad
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La izquierda frente al Estado Islámico, Javier Doz
Escuché a Pablo Iglesias en la SER rechazar frontalmente respondiendo la coalición internacional contra el Estado Islámico y la posible participación en ella de España con dos tipos de argumentos: uno, histórico-político, recordando cómo la CIA había ayudado a los muyahidines islamistas en Afganistán; otro, político-moral, pacifista, que le llevaba a afirmar que las guerras nunca solucionan nada y que había que dar al problema soluciones políticas.
A la primera de las consideraciones cabe señalar una más directa y cercana que la mencionada por Pablo Iglesias: la invasión de Iraq en 2003, como acción enmarcada en la llamada «guerra contra el terrorismo» de George W. Bush. Y cabe formular esta pregunta. ¿Los errores y aún los crímenes cometidos en el pasado por los EE UU o cualquier otra potencia mediante intervenciones militares, o de otro tipo, descalifican cualquier actuación que lidere la todavía primera potencia militar del mundo? ¿Inclusive, si la intervención tiene como objetivos explícitos y ciertos la derrota del EI y la liberación de las poblaciones bajo su yugo, aunque pudiera tener otros objetivos ocultos?
El segundo argumento sólo es parcialmente verdadero. Las soluciones políticas y diplomáticas son las que deberían primar y cualquier solución militar excepcional debe ir acompañada por un plan político. Pero en el caso que nos ocupa, ¿es posible una solución política negociada con una organización como Estado Islámico que tilda de inoperante y blanda a la mismísima Al Qaeda?
En la historia siempre hay excepciones, cuando hay que enfrentarse a agresores que no se avienen a ningún otro tipo de razón que la de la fuerza militar El ejemplo más claro es el del fracaso de la «política de apaciguamiento» practicada por los gobiernos democráticos de Francia y el Reino Unido frente a la Alemania nazi.
El Estado Islámico no sólo es enemigo radical del imperialismo yanqui, el cristianismo o la civilización occidental; lo es también de cualquiera de los valores y prácticas que la izquierda sostiene, de la igualdad y de las libertades y derechos fundamentales, de cualquier idea de progreso. Su proyecto político es integrista radical y teocrático totalitario.
¿Puede la izquierda no tener una alternativa práctica a semejante conflicto?
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La promesa igualitaria de la democracia, Ignacio Jurado
Las democracias no deberían generar desigualdades. Si la democracia es el sistema que da el poder político a la mayoría y la mayoría tiene algo que ganar con mayor redistribución y reducción de la desigualdad, la mayoría se impondría para generar mayor igualdad. Sin embargo, la realidad es que la desigualdad solo es algo más baja en las democracias que en los países no democráticos, y, además, la variación es enorme.
Una primera respuesta clásica está en la participación electoral. En las democracias avanzadas es menor la participación electoral de los pobres. Según la Encuesta Social Europea, 2012, el 10% de ciudadanos más pobres dicen haberse abstenido el doble que el 10% más rico. Y allá donde los ciudadanos más pobres están movilizados electoralmente, los niveles de generosidad en las políticas sociales son más altos.
Un segundo argumento tiene que ver con cómo votamos. Los votantes no siempre son capaces premiar la reducción de la desigualdad. Porque la redistribución es un asunto complejo y es el resultado de un conjunto amplísimo y heterogéneo de políticas de gasto e impuestos cuyos efectos no son siempre fáciles de entender. Para empezar, no todo el gasto social es redistributivo. Además, puede que los ciudadanos solo conozcan una parte de los efectos de una política y la juzguen en su conjunto basándose solo en esa parte. Un ejemplo muestra cómo las políticas de recortes de impuestos en el segundo mandato de George W. Bush en Estados Unidos eran tremendamente regresivas, pero este programa de recortes no era castigado por los ciudadanos más pobres o de clase media, pues creían que esas políticas les eran beneficiosas y les llevaba a apoyarla.
Otro elemento tiene que ver con algo más fundamental todavía: saber cómo de pobres (o ricos) somos. La paradoja de que gente de ingresos bajos no apoye políticas de reducción de la desigualdad puede estar en que no son plenamente conscientes de que la desigualdad les afecta a ellos. Los ciudadanos pobres tienden a pensar sobre sí mismos como más ricos de los que son. Perciben que les va mejor comparativamente de lo que en realidad les va. Este mecanismo puede estar detrás de que ciudadanos de clase media-baja no apoyen entusiastamente la redistribución. Se pueden percibir a sí mismos como contribuyentes netos, cuando en realidad sería receptores netos de políticas sociales más expansivas.
Un último argumento electoral tiene que ver con las cosas que priorizamos cuando votamos. Aunque nos desagrade la desigualdad, es posible que prioricemos otros objetivos al ir a la urna. Así, los niveles de desigualdad son más altos en países con fragmentación étnica. Porque los pobres votan a los partidos que representan a su etnia, independientemente de sus propuestas en términos de redistribución. Los partidos étnicos pueden formar alianzas transversales en términos de ingresos que perjudican al eje de competición izquierda-derecha.
Otro ejemplo son los votantes religiosos de ingresos bajos que apoyan a partidos de derecha. La religiosidad ha sido (y aun es en muchos países) uno de los factores explicativos clave del voto a partidos de derecha en democracias avanzadas.
No es solo el poder del capital lo que refuerza la desigualdad, sino las imperfecciones con las que los ciudadanos ejercen el control a los políticos y las dificultades de conjuntar preferencias distintas en un solo voto.
http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/promesa-igualitaria-democracia_6_309429090.html
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Política en redes: más calidad que cantidad, Carlos Hidalgo
A día hoy, todavía no se puede establecer una correlación fiable entre los indicadores cuantitativos que nos ofrecen las redes y los resultados electorales.
¿De dónde viene la revolución en la política que se nos prometió? De algo más intangible: de la propia conversación en las redes. Internet nos ofrece la oportunidad de reducir el número de intermediarios entre el políticos y electorado, también permite a la gente poder hablar de política con más desinhibición y alcance que su propio entorno. Uno no sólo puede expresarse con (casi) completa libertad sobre cualquier tema, sino que puede obtener respuestas a sus opiniones. El debate ayuda a la gente a reafirmarse en sus opiniones, a modificarlas, a ampliar su conocimiento sobre un tema e, incluso, a adoptar otros puntos de vista. Lo novedoso es poder asistir a las conversaciones políticas de alrededor de seis millones de españoles en tiempo real. Quedarse sólo en las cifras es cómo juzgar si una fiesta es divertida sólo por el número de invitados
Como en casi los demás ámbitos de nuestra vida, en las redes ofrecemos un reflejo de cómo somos y, a la vez, vemos nuestro reflejo en la actitud de los demás. Con la política no es diferente. De la misma manera que no solemos fiarnos de los balances políticos basados únicamente en cifras y porcentajes, debemos mantener el mismo escepticismo cuando se nos hable de followers, ránkings de influencia, amigos de Facebook o visitas a una web. Idealmente, la democracia consiste en elegir a la mejor persona de entre nuestros iguales. Observemos entonces qué clase de personas nos hablan de política en las redes. Y si nos convence lo que nos dicen en ellas.
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La desigualdad digital, ¿una nueva fuente de desigualdad política?, Marta Cantijoch
Las diferencias en la capacidad para navegar por la red y realizar diversas actividades se han convertido en una nueva fuente de desigualdad social.
No todos los usuarios de internet tienen la misma capacidad para explotar los recursos que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación.
Esta desigualdad digital se traslada a la esfera política: aquellos que son más hábiles en internet son más capaces de realizar actividades políticas en la red y fuera de ella.
Sin embargo, los análisis han mostrado también un crecimiento en los niveles de habilidades digitales en todos los grupos. la expansión del uso de internet y el desarrollo de nuevas aplicaciones y plataformas de mayor usabilidad contribuyen a reducir los costes de acceso a determinadas actividades políticas. Grupos tradicionalmente menos favorecidos están accediendo a nuevos recursos digitales políticos y no políticos.
http://www.falternativas.org/content/download/22335/548458/version/2/file/zoomPol23.pdf
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Las protestas de Hong Kong
68.1. Por qué los hongkoneses no quieren ser como los otros chinos, Luis Matías López
Cabría deducir que la pugna que se vive desde hace semanas en Hong Kong es un enfrentamiento clásico entre dictadura y democracia. Pero las cosas no son tan sencillas, y la actitud en Occidente ante las protestas, sobre todo la reacción del Reino Unido, está teñida por un velo de hipocresía que olvida que, bajo el dominio británico, la entonces colonia no tuvo ni remotamente, por la oposición rotunda de Londres, algo parecido a un sistema democrático, que tan solo se empezó a construir cuando la devolución a Pekín ya era inexorable. Por no hablar de que ni en Hong Kong ni en el resto de China tiene el sistema de libertades políticas arraigo histórico suficiente como para convertirse ya en la máxima prioridad, no ya de sus gobernantes, sino incluso de la mayoría de la población.
Si se preguntase en una encuesta con garantías de no manipulación cuáles son las prioridades de los 1.350 millones de chinos, el resultado sorprendería a quienes, desde Occidente, piensan que se consideran un pueblo oprimido que, solo por miedo, no lucha por su libertad. La realidad es muy diferente: los resultados del sondeo apuntarían con gran probabilidad a que reconocen y aprecian el espectacular aumento del nivel de vida de las últimas décadas, la salida de una economía de subsistencia de centenares de millones de agricultores que han emigrado a las grandes ciudades, al tiempo que aspiran a disponer-si aún no los tienen- de los principales signos externos de prosperidad, desde unSmartphone a un iPad, un automóvil… o un visado para Hong Kong. Y su descontento se centraría en los obstáculos para el asentamiento legal en las ciudades, la corrupción rampante, la destrucción del medio ambiente, la dificultad en el acceso a una vivienda digna y el deterioro o insufrible carestía de la educación y sanidad.
Comparar estos sucesos con los de hace 25 años en Tiananmen es absurdo, tanto por su menor trascendencia como por la actitud de Pekín que, hasta ahora, ha dejado la gestión de la crisis en manos de las autoridades locales, que han abierto una vía al diálogo que, sin variar las coordenadas principales, podría dejar a ambas partes una salida honrosa. Sin menospreciar el riesgo de un puñetazo en la mesa para reafirmar su autoridad, al poder central chino no le interesa una solución violenta, nique la crisis se cierre con la quiebra de la fórmula un país, dos sistemas, la misma con la que se intenta seducir a Taiwán.
68.2. Sueños chinos, Lluís Bassets
Deng Xioaoping tuvo un sueño. Y lo vio realizado. El fundador de la China actual es un modelo universal del pragmatismo político, la técnica que permite ver los sueños convertidos en realidad.
Xi Jinping, el líder de la quinta generación, en la cima del poder desde hace apenas año y medio, también tiene su sueño, que se inspira en la idea del sueño americano para redimir completamente el pasado chino de subdesarrollo y dependencia colonial del que empezó a sacarle el Partido Comunista. Aspira a completar, en fecha tan cercana como 2021, centenario de la fundación del PC, los dos sueños de Deng: el de la modernización capitalista, hasta sacar al país entero de la pobreza y convertirlo en una superpotencia desarrollada; y el de la recuperación de todos los dominios territoriales irredentos, es decir, Taiwan y, de paso, los puñados de islas disputadas en los mares circundantes, también encarrilada bajo el lema de un país, dos sistemas.
Hong Kong fue crucial para Deng, pues abrió las puertas a la experimentación con el capitalismo y se erigió en emblema de la recuperación de la soberanía. Y ahora aquella piedra es crucial también para Xi, cuando su sueño de riqueza para todos y de pleno dominio territorial en Asia se ve impugnado por el sueño impertinente de los jóvenes estudiantes hongkoneses que piden elecciones libres y competitivas y le dan la espalda a la bandera y al himno de China en las celebraciones patrióticas.
Los tibetanos y los uigures sueñan con la libertad que conserva Hong Kong. Los taiwaneses temen tanto como ellos que Hong Kong pierda sus márgenes de libertad, porque sería el adiós definitivo a la unificación. En Hong Kong empezó el sueño de Deng Xiaoping y puede empezar la pesadilla de Xi Jinping.
http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/2014/10/sue%C3%B1os-chinos.html
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Referendum
69.1. El referéndum palo, el referéndum flor, Alberto Penadés
Una anotación sobre las formas en las que la consulta popular se introduce en la democracia representativa, y sobre cómo aquí solo entendemos de una.
No he visto ningún país en que el referéndum sea todavía hoy, como en España, iniciativa reservada al jefe del ejecutivo, con la pertinente aprobación parlamentaria.
Cuando el Presidente del Gobierno dice que una consulta no es legal, no se hagan líos, no se pregunten si tiene o no razón, es infalible como Pío XI, porque sólo es legal si la autoriza.
http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/cosas-distintas-venimos-llamar_6_311528887.html
69.2. Cuando nos dejan, ¿Cómo votamos en los referéndums?, Braulio Gómez y Joan Font
En el libro Como votamos en los referéndums repasamos los factores que los ciudadanos tienen en cuenta para decidir su participación y el sentido de su voto.
Los partidos en los referéndums no solo levantan una mano sino todo un arsenal propagandístico para que sus votantes se cuadren alrededor de su posición.
La abstención se presenta como una alternativa más atractiva y una salida más práctica que en los procesos electorales regulares.
Los referéndums (desgraciadamente) también se utilizan para ajustar cuentas con nuestros gobernantes.
Los referéndums, más allá de la legalidad, tienen que estar legitimados por las dos partes en conflicto, o por los defensores de las diversas posiciones que hay sobre el tema sometido a consulta.
http://politikon.es/2014/10/08/cuando-nos-dejan-como-votamos-en-los-referendums/
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¿Independizarse es de pobres?, José Fernández-Albertos
Ningún país más rico que la República Checa en 1993 ha logrado nunca independizarse de su estado matriz.
Igual que las democracias ricas son inmunes al riesgo de convertirse en dictaduras, ¿se vuelven los países ricos invulnerables a la descomposición territorial?
http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/Independizarse-pobres_6_311178883.html
71
Cataluña
71.1. Callejón sin salida, Fernando Rey
Cataluña no vive un periodo de consulta, sino un proceso electoral, de momento, disfrazado
Los dirigentes de CiU deben abandonar su estrategia épica y pactar con partidos estatales
El enfoque actual de la cuestión catalana no da más de sí. Se abre paso el consenso sobre una reforma de la Constitución y el primer paso sería elaborar un Libro Blanco por un ‘comité de sabios’ aceptado por todos
http://elpais.com/elpais/2014/10/06/opinion/1412621794_917599.html
71.2. Esperando a Rajoy, de Antón Costas en La Vanguardia
Sorprende la desaparición del Gobierno de España del debate político en Catalunya. Lo que sorprende no es su falta de respuesta al reto independentista, sino la falta de respuesta a las demandas de cambio de la mayoría de la población. Probablemente esta inhibición ha sido el factor que más ha influido en la expansión del sentimiento independentista.
Muchos ciudadanos que en las encuestas de opinión se declaran independentistas de última hora están movidos por esa falta de respuesta. Y muchas personas, probablemente una mayoría de la población, que no desean la independencia pero que sí son favorables a una consulta legal, se han sentido también huérfanas de propuestas por parte del Gobierno central. Para muchos catalanes, ha actuado como si Catalunya no fuese una parte de España y no tuviese responsabilidad en su vida política.
Los catalanes saben ya lo que les ofrecen los partidarios de la independencia. Ahora están esperando a Mariano Rajoy.
http://www.caffereggio.net/2014/10/08/esperando-rajoy-de-anton-costas-en-la-vanguardia/
71.3. Lo que le espera a Barcelona, José Luis Álvarez
¿Qué ha sido de Barcelona? ¿Por qué la ciudad más poderosa del Mediterráneo ha cedido el liderazgo del país a las comarcas del interior? ¿Por qué es incapaz de generar una posición que responda a sus intereses y potencialidades, tan distintos del resto de Cataluña, ante un conflicto que la va a perjudicar más que a nadie?
A pesar de ser Barcelona y su entorno más de la mitad de la población y riqueza de Cataluña, sus posibles estrategias de futuro carecen de autonomía o dimensión crítica.
Lo que Barcelona y su comarca representan para el independentismo: un enclave a vaciar políticamente primero —imprescindible objetivo ya conseguido— y social y económicamente después; limitar Barcelona a exitosa villa turística costera; a una comarca, una más, de una Cataluña homogénea, de mínimo común denominador, el de las comarcas no metropolitanas.
Este designio comenzó en 1987 con la decisión del expresidente Pujol de suprimir la Corporación Metropolitana de Barcelona, a la que evaluaba, correctamente, como contrapoder de la Generalitat. Al catalanismo empresarial y burgués de la CiU de entonces le asustaba la doble condición del cinturón barcelonés: obrero e inmigrante. El vaciado político de Barcelona continuó por décadas con una normativa electoral todavía vigente, que privilegia el “territorio” sobre los votos de la provincia de Barcelona. Lo local, agrícola y turístico pesa más que lo metropolitano, industrial y cosmopolita. La base emocional y electoral de Convergencia ha estado en las comarcas del interior, pero puesta al servicio de los intereses de las clases medias altas barcelonesas. Sin embargo, en el verano-otoño de 2012 estas clases pierden el control del nacionalismo a manos de los enragés del interior, como ERC.
El soberanismo ha pasado a ser liderado por quienes nada tienen que ganar de Europa y la globalización —precisamente ambos ámbitos son lo que necesita Barcelona para seguir siendo la mejor ciudad del mundo para vivir—.
Barcelona —cosmopolita, irresistiblemente bella, inquieta— lo tiene casi todo. Sin ella, Cataluña no es. Pero la Barcelona que requiere el soberanismo es una ciudad controlada, global solo en lo turístico, homogénea con el “territorio”. Sí que hay un independentismo que valdría la pena: el de Barcelona.
http://elpais.com/elpais/2014/09/29/opinion/1411979147_876239.html