• 09/02/2021

    Análisis del programa televisivo 'Sálvame' y las razones de su éxito.

  • 10/01/2021

        La historiografía tardó poco en deshacer el entuerto: […]

  • 10/12/2020 

    10/12/2020

    Esta ‘Vida de Juan II de Aragón’ es, en realidad, el relato de las desavenencias entre el monarca y su hijo Carlos, el príncipe de Viana, por la cuestión sucesoria de Navarra, continuado después por la descripción de la rebelión de las instituciones de Cataluña, lo que dio paso una guerra civil dentro de la Corona de Aragón. Los acontecimientos que se cuentan pertenecen a la segunda mitad del siglo XV y transcurren durante el reinado de Juan II que lo fue ‘de facto’ de Navarra desde 1441 y de la Corona de Aragón entre 1458 y su fallecimiento en 1479. La crónica, firmada en latín por el humanista Gonzalo García de Santa María, es de inicios del siglo XVI y encargada por Fernando El Católico para enaltecer y publicitar la figura de la Casa Real Trastámara, de la monarquía como institución y de su padre en particular. Es la primera vez que se traduce al castellano este texto latino. La misma traducción que acompaña al escrito en latín, su edición anotada y el trabajo introductorio corren a cargo de Joaquín Fernández Cacho.

  • 29/11/2020 

    29/11/2020

    Azar, familia y tiempo constituyen los tres componentes básicos de […]

  • 23/11/2020 

    | Noticias 

    23/11/2020

      Es paradójica la situación en la que nos hallamos: […]

  • 11/11/2020

    En las primeras ruedas de prensa que se realizaron la primavera pasada acerca de la declarada pandemia, junto a los políticos y coordinadores científicos aparecían militares de alta graduación. La lucha contra el virus se escenificaba como una guerra. Se glosa aquí la diferencia entre Guerra y combate, al igual que la necesidad de solidaridad comunitaria.

  • 05/11/2020 

    | Política 

    05/11/2020

    De las ideologías nacidas en el siglo XIX, pocas como el nacionalismo y el liberalismo han permanecido intactas –y aun reverdecidas- en el tiempo presente. Nunca me he reclamado de la familia liberal pero los que se autoproclaman pertenecientes a esta grey lo son de manera muy particular, cuando no dudosa. A ellos nadie les dice cuánto vino deben beber, aunque conduzcan a continuación, ni a qué hora es obligatorio regresar a sus casas ni el dinero con el que tienen que participar vía impuestos a la vida comunitaria ni dónde han de desplazarse ni cuándo… Son libres, rabiosamente celosos de su individualidad y poco dotados para la vida en común. En realidad, crean una sociedad paralela con sus clubs privados, sus sociedades exclusivas, sus centros particulares tanto médicos como docentes, sus urbanizaciones cerradas con guardias de seguridad. Contra semejante in-dependencia, no existe “cientocincuentaycinco” que pueda con ellos, eximidos como están de cualquier control comunal y político, ajenos a cualquier pacto social.