Pocas personas en la cultura aragonesa son tan merecedoras de respeto y cariño como este Alfredo Castellón, siempre dulce en el hablar, siempre afectuoso, lleno de buenas noticias. Su obra, oculta un tiempo por el desorden de las memorias, va siendo conocida y reconocida. Lo es, por ejemplo, ahora, con la edición de un primoroso libro/disco, editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que ofrece la casi mítica adaptación cinematográfica que Alfredo y Eduardo Mann hicieron de “Platero y yo”.