Ángel Alcalá, a sus ochenta bien cumplidos, sigue laboriosísimo, eficaz, intenso, profundo. Nos llega, por envío de su editora la Junta de Castilla y León, la segunda edición (Salamanca, 2009) del Proceso Inquisitorial de Fray Luis de León, que Alcalá transcribe, anota y critica, y remodela y añade en esta segunda instancia. Se trata de una obra monumental, importantísima, con un aparato crítico magnífico, que junto a otras muchas del profesor andorrano en Nueva York, le colocan en la cumbre filológica de nuestros expertos en Inquisición, judaísmo, conversos, heterodoxos, perseguidos en la Edad de Oro.