• 05/04/2013

    En Teruel se cuentan con los dedos de una mano las canteras de arcilla que han hecho algo de restauración ambiental, cuando la legislación obliga a ello desde 1982. Y en su mayoría son restauraciones de un nivel bajo, muy lejos de las del carbón. En la cantera de Galve la restauración es inexistente. Y a pesar de este pobre currículo ambiental del sector, la administración aragonesa sigue facilitando el camino a proyectos que en los papeles anuncian mucho y en la práctica no muestran nada. Creemos que las instituciones tienen que replantearse seriamente esta política.