El poeta Paul Valery recuerda en sus escritos la bella aventura de haber nacido en un pueblo como Sète en el sur de Francia, mirando al mediterráneo. Dejó escrito que “todo poema que no tenga la precisión de la prosa no vale para nada”. Fue nombrado miembro de la Real Academia Francesa. En 2010 la ciudad de Séte le dedicó un museo.
La mañana de julio es deliciosa, con cielo límpido, sombras densas, olor de hierba agradecida y pájaros cantores. Es el saludo matinal de la naturaleza. Es el mejor aire del día. Después de regar los rosales, un magnolio y una madreselva, preparo comida para mis amigos gatunos que me visitan cada día.