Si el director de este Periódico amigo me lo permite, querría en cuarto y último lugar reproducir un párrafo de mi introducción a la Historia de Aragón editada por La Esfera hace casi diez años, que dirigí y en la que escribí la Introducción, de la que procede, y el capítulo sobre nuestra transición democrática (y luego, también con su permiso, me gustaría plantear varias cuestiones sobre nuestras lenguas):