La Revolución de 1848 tuvo una doble vertiente en Alemania. Por un lado, se dieron Revoluciones en muchos de los Estados alemanes cuestionando el orden político existente en los mismos pero, por otro lado, y esto constituye una peculiaridad en relación con lo que ocurrió en otros lugares, se planteó una vía liberal hacia la unificación en el Parlamento de Frankfurt. Al final, tanto las Revoluciones particulares como este intento de plantear una Alemania unida bajo un signo relativamente progresista, fracasaron.