La divulgación de la Geología ha dado un giro importante en las dos últimas décadas a través de un movimiento al que yo llamo Geología popular. Muchos geólogos hemos empezado a hacer divulgación mediante la transmisión personal y directa sobre el terreno. No hace falta presenciar en la televisión fenómenos espectaculares; cualquier montaña anónima guarda las claves de una parte de la historia de la Tierra, sólo hay que saber descifrarlas. Al mismo tiempo, este movimiento ha posibilitado sinergias con el movimiento de desarrollo rural, agregando valor al patrimonio natural y cultural de territorios olvidados, y autoestima a sus pobladores.